Terry
25-mar-2011, 07:30
Bueno, acabo de leer esto en facebook y me ha dejado con la garganta hecha un nudo y el corazón hecho trizas. Os copio:
El domingo 20 de marzo de 2011, en medio de la M-404, en El Álamo, un perro tipo labrador permanecía en pié, nervioso, sorteando con desgana los coches que frenaban y se desviaban lo suficiente como para no atropellarle. Intentamos disuadirle pero volvía una y otra vez al mismo punto kilométrico. De lejos oímos un golpe seco de un coche, volvimos y no le encontramos ya, pero frente al lugar donde había permanecido vacilante y desesperado, tumbada en un terraplén, encontramos una hembrita muy parecida a él, agonizando. No llegó viva a la clínica veterinaria. De él no volvimos a saber, a pesar de la intensa búsqueda nocturna.
Estoy consternado por esta horrible manera de morir y por no haber podido hacer nada por el perro que permanecía allí junto a ella. La jovencísima labradora no tendrá una reseña junto a una foto en ninguna página web pidiendo una casa de acogida o una buena familia para adoptarla. Aunque ella ya no pueda llegar a sentir nuestro calor y empatía, me gustaría dejar constancia, de alguna manera, de que a pasar de su desconocida existencia y de su trágico final, hay alguien que ha llegado a amarla y que nunca la olvidará.
El domingo 20 de marzo de 2011, en medio de la M-404, en El Álamo, un perro tipo labrador permanecía en pié, nervioso, sorteando con desgana los coches que frenaban y se desviaban lo suficiente como para no atropellarle. Intentamos disuadirle pero volvía una y otra vez al mismo punto kilométrico. De lejos oímos un golpe seco de un coche, volvimos y no le encontramos ya, pero frente al lugar donde había permanecido vacilante y desesperado, tumbada en un terraplén, encontramos una hembrita muy parecida a él, agonizando. No llegó viva a la clínica veterinaria. De él no volvimos a saber, a pesar de la intensa búsqueda nocturna.
Estoy consternado por esta horrible manera de morir y por no haber podido hacer nada por el perro que permanecía allí junto a ella. La jovencísima labradora no tendrá una reseña junto a una foto en ninguna página web pidiendo una casa de acogida o una buena familia para adoptarla. Aunque ella ya no pueda llegar a sentir nuestro calor y empatía, me gustaría dejar constancia, de alguna manera, de que a pasar de su desconocida existencia y de su trágico final, hay alguien que ha llegado a amarla y que nunca la olvidará.