Cotorra
31-ene-2011, 14:44
Todos los años, al menos en dos o tres ocasiones, no saco en el post del día a un animal necesitado de hogar o ayuda.
Todos los años, al menos en dos o tres ocasiones, veo algo que me horroriza tanto que tengo que usar este blog para denunciarlo.
Y no es fácil horrorizarme. Tengo el pellejo duro después de tantos años involucrada con la protección animal. Después de tantos años recibiendo a diario correos llenos de pruebas de la maldad humana hacia los animales que nos acompañan.
Lo han logrado casos como los matagatos de Talavera o la violación y tortura hasta la muerte de la mastina Regina.
Hoy es uno de esos días.
No he podido terminar el vídeo en el que unos policías nacionales colombianos están torturando a una perra entre risas. La arrojan a un agujero en la tierra, ella se ovilla allí, completamente rendida, e intentan matarla tirando de una cuerda sin éxito y luego a paletazos.
Es terriblemente duro de ver. Si queréis hacerlo, el vídeo está disponible aquí.
Mucha gente de bien en Colombia se está movilizando, sobre todo vía Facebook (Grupo: Yo También Quiero Que Los Policías Paguen Por La Muerte De La Perrita) para lograr que los responsables reciban algún tipo de sanción.
Está ha sido la contestación de Óscar Naranjo, director de la Policía Nacional.
“Pilar, mil gracias por liderar una causa tan noble que enaltece a todos los colombianos. El respeto y el valor por la vida que ustedes promueven lo asumimos como un ejemplo que debería llegar hasta el último de los policías y es por esa razón que comparto con ustedes la indignación y repudio por el comportamiento de funcionarios que francamente y es mi opinión como director general de la Policía, nunca debieron haber pertenecido a nuestra institución. Quiero reiterar mi compromiso para trabajar muy estrecha y coordinadamente con todos ustedes. Pueden estar seguros que he asumido el caso de esta denuncia personalmente y habrá resultados concretos. Mil gracias por permitirme compartir con ustedes sus sentimientos y haberme informado oportunamente de esta denuncia.
Espero que no se quede la cosa sólo en buenas palabras.
Todos los años, al menos en dos o tres ocasiones, veo algo que me horroriza tanto que tengo que usar este blog para denunciarlo.
Y no es fácil horrorizarme. Tengo el pellejo duro después de tantos años involucrada con la protección animal. Después de tantos años recibiendo a diario correos llenos de pruebas de la maldad humana hacia los animales que nos acompañan.
Lo han logrado casos como los matagatos de Talavera o la violación y tortura hasta la muerte de la mastina Regina.
Hoy es uno de esos días.
No he podido terminar el vídeo en el que unos policías nacionales colombianos están torturando a una perra entre risas. La arrojan a un agujero en la tierra, ella se ovilla allí, completamente rendida, e intentan matarla tirando de una cuerda sin éxito y luego a paletazos.
Es terriblemente duro de ver. Si queréis hacerlo, el vídeo está disponible aquí.
Mucha gente de bien en Colombia se está movilizando, sobre todo vía Facebook (Grupo: Yo También Quiero Que Los Policías Paguen Por La Muerte De La Perrita) para lograr que los responsables reciban algún tipo de sanción.
Está ha sido la contestación de Óscar Naranjo, director de la Policía Nacional.
“Pilar, mil gracias por liderar una causa tan noble que enaltece a todos los colombianos. El respeto y el valor por la vida que ustedes promueven lo asumimos como un ejemplo que debería llegar hasta el último de los policías y es por esa razón que comparto con ustedes la indignación y repudio por el comportamiento de funcionarios que francamente y es mi opinión como director general de la Policía, nunca debieron haber pertenecido a nuestra institución. Quiero reiterar mi compromiso para trabajar muy estrecha y coordinadamente con todos ustedes. Pueden estar seguros que he asumido el caso de esta denuncia personalmente y habrá resultados concretos. Mil gracias por permitirme compartir con ustedes sus sentimientos y haberme informado oportunamente de esta denuncia.
Espero que no se quede la cosa sólo en buenas palabras.