vellocinodeoro
18-ago-2010, 12:46
Si alguien les ofreciese dar un paseo, sonaría agradable. En cambio si ese paseo se prolonga durante todo el día y es en julio, en una ciudad como Málaga, donde se pueden llegan a rozar los cuarenta grados al sol los días de terral, es preferible quedarse en casa o resguardarse en la sombra. Una opción para muchos turistas que visitan Málaga, es dar ese paseo en un coche de caballos, que cuentan con una sombrilla para evitar que las sofocantes temperaturas les quiten las ganas de recorrer la ciudad. Sin embargo, los animales que tiran del peso de esos vehículos 'sin relinchar', se ven obligados a soportar altas temperaturas durante la jornada, y no sólo durante el paseo; sus propietarios, los cocheros, se quejan de que en las zonas habilitadas para el aparcamiento de los carruajes no existe ningún toldo que proteja a los animales del astro rey y son muchos los perjuicios que esto les puede acarrear.
El albergue privado de la fundación malagueña Cyd Santa María, situado entre Cártama y Coín, se dedica a proteger y curar a caballos abandonados y maltratados. Su directora, Concordia Márquez, explica que el hecho de que un corcel esté al sol en horas puntas puede tener las mismas consecuencias que para un ser humano ya que «es un mamífero igual que nosotros». De ésta manera, uno de los conductores de los coches de caballos que están aparcados frente al hotel Málaga Palacio, Domingo Vega, explica que murió un caballo blanco que llevaba su patrón hace dos años al darle un golpe de calor. «A los caballos nuevos como aquel que no están acostumbrados les dan mareos, empiezan a sudar muchísimo y caen al suelo», aclara el cochero.
Lejos del Centro
«Además de los paseos, las cuadras suelen encontrarse lejos, y los caballos tienen que ir y volver desde ellas hasta el Centro todos los días», añade la directora del albergue para caballos, Concordia Márquez, y explica que los animales deben estar hidratados en todo momento y no sólo en las paradas. «Pueden llegar a necesitar 60 litros en ocho horas», comenta Márquez. Domingo Vega declara por su parte que traen a los caballos desde una cuadra en la Colonia Santa Inés, «a una media hora en caballo». El cochero aclara que su jornada y la del caballo puede terminar hasta pasada la media noche o «cuando uno se cansa», y hay días que empiezan a las seis de la mañana; sobre todo cuando se sabe que visitan la ciudad cruceristas, ansiosos por conocer los monumentos malagueños en unos 40 minutos por 30 euros a bordo de estas carrozas.
La responsable del albergue Cyd Santamaría por su parte apunta que «no es lo ideal» que estos animales anden por el asfalto ya que las herraduras que les tienen que poner, los 'ramblones', les producen problemas de artritis y que los arreos o enganches a los carruajes no son siempre los adecuados y les pueden causar heridas. «Se debería comprobar el estado de salud de los caballos con inspecciones y al que no los tenga bien cuidados, que le quiten la licencia», explica la directora de la fundación, y acto seguido recuerda el caso de un corcel en Marbella que «cabalgó hasta morir de exhausto».
«Si algunas personas no quieren que tengamos a los caballos trabajando que me den 30 euros y me voy a mi casa», replica otro de los cocheros de la parada, Emilio Padilla, dueño de 'Manolo', un caballo marrón. «Yo estoy cinco o seis horas y si me canso me voy, cuido a mi caballo», aclara el conductor y agrega que un día se cruzó con el alcalde y le dijo que «igual que en las paradas de autobuses hay toldos, pusiera también en las de caballos».
Otra de las responsables del albergue para caballos, Virginia Solera, aclara que el verano afecta a los caballos de una manera específica: «los mosquitos se les meten en los ojos y pueden producirles infecciones, además muchos pueden tener en la piel el problema de la 'rachiña', una enfermedad causada por el calor, los mosquitos y por el estrés cuando son maltratados que hace que los caballos se rasquen bruscamente con lo que pillan y terminen haciéndose heridas que pueden infectarse».
Economía y estética
Por otro lado, el cochero Domingo Vega manifiesta que su sector ha pedido que se pongan esos toldos para que los animales puedan resguardarse del sol en las paradas, pero que no se les concede «porque taparía la Catedral».
La postura del Ayuntamiento es explícita; el concejal del Área de Movilidad y Ordenación, Juan Ramón Casero, declara que «no podemos llenar la ciudad de toldos», apuntando a que son motivos económicos y estéticos los que les llevan a no atender a esta petición que dice que realizó la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga. «No se trata sólo de que se dañe la estética de la fachada de la Catedral; tenemos que elegir en qué invertir cuando los recursos son escasos, además yo he pasado muchos años en Sevilla, allí hace más calor, no hay toldos y ningún caballo se ha muerto de eso que yo sepa, es su naturaleza, están acostumbrados a estas temperaturas en el campo», explica el concejal y asevera que «si los cocheros los cuidan mal, la responsabilidad es suya, a lo mejor estaban viejos y no los habían cambiado», ante la noticia de la muerte de algunos de estos equinos a causa del calor.
«Comprendo la sensibilidad de la Protectora, pero cada uno llega con los recursos donde puede», concluye. Desde la Sociedad Protectora de Animales y Plantas se alega que «ya que tienen a los animales trabajando por lo menos que no les de el sol, ya que la ley los ampara y dice que todo animal debe tener su zona de esparcimiento para correr, sombra, agua y comida».
http://www.diariosur.es/v/20100712/malaga/paseo-sofocante-20100712.html
El albergue privado de la fundación malagueña Cyd Santa María, situado entre Cártama y Coín, se dedica a proteger y curar a caballos abandonados y maltratados. Su directora, Concordia Márquez, explica que el hecho de que un corcel esté al sol en horas puntas puede tener las mismas consecuencias que para un ser humano ya que «es un mamífero igual que nosotros». De ésta manera, uno de los conductores de los coches de caballos que están aparcados frente al hotel Málaga Palacio, Domingo Vega, explica que murió un caballo blanco que llevaba su patrón hace dos años al darle un golpe de calor. «A los caballos nuevos como aquel que no están acostumbrados les dan mareos, empiezan a sudar muchísimo y caen al suelo», aclara el cochero.
Lejos del Centro
«Además de los paseos, las cuadras suelen encontrarse lejos, y los caballos tienen que ir y volver desde ellas hasta el Centro todos los días», añade la directora del albergue para caballos, Concordia Márquez, y explica que los animales deben estar hidratados en todo momento y no sólo en las paradas. «Pueden llegar a necesitar 60 litros en ocho horas», comenta Márquez. Domingo Vega declara por su parte que traen a los caballos desde una cuadra en la Colonia Santa Inés, «a una media hora en caballo». El cochero aclara que su jornada y la del caballo puede terminar hasta pasada la media noche o «cuando uno se cansa», y hay días que empiezan a las seis de la mañana; sobre todo cuando se sabe que visitan la ciudad cruceristas, ansiosos por conocer los monumentos malagueños en unos 40 minutos por 30 euros a bordo de estas carrozas.
La responsable del albergue Cyd Santamaría por su parte apunta que «no es lo ideal» que estos animales anden por el asfalto ya que las herraduras que les tienen que poner, los 'ramblones', les producen problemas de artritis y que los arreos o enganches a los carruajes no son siempre los adecuados y les pueden causar heridas. «Se debería comprobar el estado de salud de los caballos con inspecciones y al que no los tenga bien cuidados, que le quiten la licencia», explica la directora de la fundación, y acto seguido recuerda el caso de un corcel en Marbella que «cabalgó hasta morir de exhausto».
«Si algunas personas no quieren que tengamos a los caballos trabajando que me den 30 euros y me voy a mi casa», replica otro de los cocheros de la parada, Emilio Padilla, dueño de 'Manolo', un caballo marrón. «Yo estoy cinco o seis horas y si me canso me voy, cuido a mi caballo», aclara el conductor y agrega que un día se cruzó con el alcalde y le dijo que «igual que en las paradas de autobuses hay toldos, pusiera también en las de caballos».
Otra de las responsables del albergue para caballos, Virginia Solera, aclara que el verano afecta a los caballos de una manera específica: «los mosquitos se les meten en los ojos y pueden producirles infecciones, además muchos pueden tener en la piel el problema de la 'rachiña', una enfermedad causada por el calor, los mosquitos y por el estrés cuando son maltratados que hace que los caballos se rasquen bruscamente con lo que pillan y terminen haciéndose heridas que pueden infectarse».
Economía y estética
Por otro lado, el cochero Domingo Vega manifiesta que su sector ha pedido que se pongan esos toldos para que los animales puedan resguardarse del sol en las paradas, pero que no se les concede «porque taparía la Catedral».
La postura del Ayuntamiento es explícita; el concejal del Área de Movilidad y Ordenación, Juan Ramón Casero, declara que «no podemos llenar la ciudad de toldos», apuntando a que son motivos económicos y estéticos los que les llevan a no atender a esta petición que dice que realizó la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga. «No se trata sólo de que se dañe la estética de la fachada de la Catedral; tenemos que elegir en qué invertir cuando los recursos son escasos, además yo he pasado muchos años en Sevilla, allí hace más calor, no hay toldos y ningún caballo se ha muerto de eso que yo sepa, es su naturaleza, están acostumbrados a estas temperaturas en el campo», explica el concejal y asevera que «si los cocheros los cuidan mal, la responsabilidad es suya, a lo mejor estaban viejos y no los habían cambiado», ante la noticia de la muerte de algunos de estos equinos a causa del calor.
«Comprendo la sensibilidad de la Protectora, pero cada uno llega con los recursos donde puede», concluye. Desde la Sociedad Protectora de Animales y Plantas se alega que «ya que tienen a los animales trabajando por lo menos que no les de el sol, ya que la ley los ampara y dice que todo animal debe tener su zona de esparcimiento para correr, sombra, agua y comida».
http://www.diariosur.es/v/20100712/malaga/paseo-sofocante-20100712.html