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Ver la versión completa : ¿Cómo se siente una persona vegana?



Vegronica
05-ago-2010, 17:32
¿Quién entiende a los veganos? Ese extraño sector de gente oscura y gris, que quieren prohibirlo todo, tan sectarios, tan fanáticos. Nadie los entiende. Así que, desde Cuestión de Respeto vamos a tratar de ofrecer a nuestras lectoras y lectores un acercamiento a su vida, de forma que cualquier persona, aunque no tenga nada que ver con el veganismo, pueda entender cómo es el día a día de una persona vegana.

Por la mañana, sueña el despertador. Las noticias suenan desde algún lugar y van penetrando en los sueños de nuestra protagonista. “… la lapidación de ayer resultó un bochornoso espectáculo. Las féminas, del prestigioso criadero “Venus in Stones” presentaban buen talle, hermosa cabellera y sinuosos andares. Unos buenos ejemplares para los cuales, sin embargo, los maestros no estuvieron a la altura. Las piedras arrojadas como si estuvieran jugando en el río de su pueblo, los brazos mal sincronizados, el gesto desacompasado. La tercera de la tarde tuvo que ser retirada porque la cantidad de sangre que brotaba de su cabeza lo manchaba todo e impedía al diestro lapidador distinguir su objetivo. Su cuerpo fue retirado entre los abucheos del respetable, que sin duda esperaba una faena mejor. El maestro López sufrió una luxación del codo mientras acertaba el ojo de la segunda de la tarde – “Su estado no reviste gravedad, un par de semanas y podrá volver a lapidar, afirma el facultativo…” nuestra protagonista cambia de sintonía porque se está poniendo enferma. “…el representante del gobierno contestó a una serie de preguntas de los científicos. La parte más complicada fue cuando se abordó el tema de la experimentación en ancianos. “Sabemos que existe oposición por parte de algunos sectores que consideran la experimentación en ancianos cruel. Pero lo cierto es que gracias a ella se salvan muchas vidas de personas jóvenes y vigorosas. Por supuesto el gobierno fomentará el uso de alternativas no cruentas, pero siempre habrá cosas que los modelos alternativos no podrán cubir. El cuerpo humano de un anciano o anciana constituye un modelo único de investigación que nunca podrá ser reemplazado por…”.

Finalmente nuestra protagonista apaga la radio y consigue levantarse. Después de la ducha y el desayuno, toma el autobús para trabajar. Como siempre, está lleno. De pronto, una conversación a pocos metros de ella le saca de sus pensamientos. “…y lo pasamos genial. Los niños disfrutaron mucho. El etno-zoo es un gran invento, la verdad. Pudimos ver auténticos beduinos con sus camellos en una zona que parecía un desierto de verdad. El área tropical era una pasada, con aquellos pájaros tropicales y los negritos por allí en taparrabos deslizándose entre los árboles. Bueno, eso decía el folleto explicativo, porque la verdad es que estaban todos sentados con aire aburrido y la mirada perdida. No sé, quizás deberían motivarlos más. Luego fuimos a la zona de los esquimales y…” el autobús llegó a su parada, ahorrándole a nuestra protagonista el resto.

En el trabajo, todo bastante monótono. Lo peor era la hora de la comida. Había conseguido que la respetaran, pero claro, algunos comentarios eran difíciles. Hoy tuvo que escuchar al jefe de contabilidad contándole a la jefa de informática lo deliciosas que eran aquellas manitas de niño retrasado. “con un buen valdepeñas, son insuperables. Las compré en aquella tienda de delicatessen, que está bastante escondida porque ya sabes que hay gente que se queja, total si los niños retrasados van a pasar una vida mísera, les haces un favor matándolos y aprovechando su carne.” “Y además qué buena está la jodía” “Desde luego”.

Por la tarde había quedado con su pareja y unos amigos, no estaba muy lejos y decidió ir caminando, le apetecía dar un paseo. Tuvo que intentar no mirar los escaparates, pues era plena temporada de invierno y las tiendas de ropa estaban llenas de abrigos de pelo humano, la última moda. Aunque no pudo evitar acercarse a uno de ellos que presentaba un llamativo cartel con la palabra “Ecológico” escrita en letras grandes. Leyó: “Pelo ecológico de indígenas Hama-Putra del Asia Central que están hundidos en la miseria y que de todas formas iban a morir pronto. Gran oportunidad”.

Finalmente llegó al lugar de la cita. Cuando vio a su pareja con la otra pareja de amigos se quebró su gesto. Había olvidado que habían quedado con los amigos esos tan conservadores. Rezó para sus adentros para que no saliera ningún tema “complicado” y tuvieran una tarde agradable bebiendo cerveza y hablando de naderías. Pero no hubo suerte. A la segunda cerveza, la chica disparó: “el otro día se metieron conmigo y con mi religión, y otra vez me reprocharon que se practique la ablación del clitorís. Como si mi religión fuera solo eso. Además, la ablación del clítoris es buena. Las mujeres no debemos disfrutar con el sexo porque lo dijo el profeta. Aunque resulta doloroso cuando te lo hacen de niña, luego disfrutas de una vida pura y verdadera”. Nuestra protagonista, mujer y también ya con dos cervezas, no pudo evitarlo y se enzarzó en el debate. “¿Pero a qué llamas tú una vida pura? ¿Por qué la mujer no va a poder disfrutar del sexo? ¿Es que la mujer es menos que el hombre?” Mientras profería estas palabras, observaba como su pareja escondía la cara entre las manos. El resto de la tarde fue ruinoso. El debate, como siempre, se convirtió en una sucesión de gritos que no llevó a ningún sitio. De vuelta a casa, tuvo encima que soportar la bronca de su compañero, que entendía sus puntos de vista pero no los compartía del todo. “Si, ya sé que tú tienes tus ideales y crees que la mujer debe poder también disfrutar del sexo. Pero ya sabes que casi nadie es como tú. ¿Por qué has tenido que liarla otra vez, si sabes que no les vas a convencer? Además, son mis amigos, me gustaría que los respetaras y pudiéramos tener la fiesta en paz.”

Llega la noche. Antes de dormir, pone un poco la tele para distraerse, a esa hora echaban el programa de variedades. Parece que hay debate, un grupo de tertulianos apalancados en sus sillas hablando del bien y el mal. Un señor con barba dice “…y es de rigor que merecemos un mundo mejor, un mundo donde los grandes problemas de nuestro tiempo encuentren al fin solución, problemas de la envergadura del divorcio de nuestros reyes, las goteras que han aparecido en la sede del Parlamento o, sobre todo, el súbito agotamiento de los ventiladores en pleno verano, ya que…” Un señor con gafas interrumpe y, con voz tímida y trémula, se atreve a sugerir “Bu…bueno, y también otros problemas no menos importantes, como los derechos de la mujer, de los ancianos o de los pueblos indígenas, ¿no?” – El señor con barba mira con desdén al señor con gafas y le dice “Sí, bueno, claro, pero yo estoy hablando de temas REALMENTE importantes. ¿Cómo va Usted a comparar…?”

Nuestra protagonista apaga la tele y entorna los ojos, una noche más soñará con un mundo mejor…

Si ahora, querida lectora o lector, siente rabia, indignación y/o ganas de abofetear al que ha escrito estas líneas, enhorabuena: ahora ya sabe cómo se siente en su día a día alguien que cree en la justicia más allá de la raza, sexo, edad o especie.

http://www.cuestionderespeto.com/como-se-siente-una-vegana/

Pride
05-ago-2010, 17:48
Esto tengo que llevarlo al facebook!!! :D

Me he encantado :)

Xykyz
05-ago-2010, 18:25
Pues sí que se identifica uno, oye xD

roxy
05-ago-2010, 18:33
Joder, qué duro. Creo que me estoy acostumbrando demasiado a esto de que se rian delante de mi cara por no matar animales.
Por cierto, compartido.

Spinoza88
05-ago-2010, 18:47
¡Pero como puedes comparar a los animales con los seres humanos!

(Ah Marge, por si no te habías dado cuenta estaba siendo sarcástico)

nitta
06-ago-2010, 17:02
Muy bueno :)

Snickers
06-ago-2010, 19:05
si, me ha gustao mussssso

joze.49
06-ago-2010, 20:55
walaaa :eek: molaaa

reyK.0.
10-ago-2010, 22:19
wow y como se siente un crudivegano despues de comer aceitunas??????? respuesta: hinchado