Mowgli
29-jun-2010, 19:39
El mito de "deporte popular" encubre una aceitada maquinaria propagandística-comercial montada por los grandes beneficiarios políticos y económicos de la danza multimillonaria con la industrialización del espectáculo de la pelota.
"Si el Mundial mueve al mundo entero los empresarios corren al mismo ritmo de un jugador en busca del gol. Es que no sólo 22 futbolistas son los que andan detrás de un balón. Mientras miles de fanáticos vibran con Sudáfrica 2010, los agentes de mercadeo se emocionan con hacer su negocio mundial por estos días", señala con extraña crudeza el diario El País de España.
El "fanatismo futbolero", convierte a las mayorías mundiales, en distintas escalas de consumo, en células consumistas y reproductoras de un macro-negocio que se presenta mundialmente con el ingenuo rotulo de "diversión de las mayorías".
Las grandes cadenas mediáticas, internacionales y locales, intervienen en la multimillonaria facturación publicitaria que genera la industria del fútbol a escala global, y se convierten en usinas difusoras y propagandísticas de la alienación programada y masiva del negocio.
La estructura de comunicación internacional, parte integrante del negocio, difunde y nivela el Mundial de Fútbol como un hecho de significancia estratégica para toda la humanidad.
A tal punto, que durante el desarrollo del Mundial que se juega en Sudáfrica toda la "escala valorativa" de la información internacional pasa por el fútbol y sus protagonistas en el evento. Crisis económica, guerras de ocupación, catástrofes, naturales, etc, resultan irrelevantes frente a las noticias y las "coberturas" sobre el evento en Sudáfrica.
Y esta realidad del macro-negocio comunicacional con el fútbol, a la vez fundamenta y explica la conversión masiva del cerebro humano en una pelota de fútbol.
Lo que presentan como una reacción "espontánea de los pueblos", o una "manifestación de alegría que nace de la pasión", no es nada más que una gigantesca maquinaria de acción psicológica que manipula, durante las 24 horas, emociones colectivas y "sentimientos nacionales" con la competencia de las selecciones que intervienen.
El fútbol, a escala mundial, es un macronegocio capitalista que maneja, miles de millones de dólares, que incluye a empresas patrocinantes, cadenas mediáticas y jugadores, que lo convierten en un multi-rubro de facturación con incidencia en toda la economía global.
Facturaciones millonarias, sueldos millonarios, para un negocio multimillonario. Ni deporte, ni espectáculo, 22 robots corriendo un balón y una maquinaria mediática para seguir convirtiendo al fútbol en un "show" funcional al negocio del fútbol con la alienación del cerebro humano.
Desde el 11 junio, cuando comenzó el Mundial en Sudáfrica, la cabeza del alienado nivel promedio estadístico (las mayorías "seducidas" por el "espectáculo" del fútbol) adquirió forma de pelota de fútbol.
El objetivo no es divertir a las masas, sino generar rentabilidad capitalista con la alienación futbolera.
Los gobiernos utilizan el fútbol como estrategia de manipulación y de control social, mientras que los bancos y empresas transnacionales lo utilizan como herramienta de rentabilidad expansiva y de posicionamiento en el mercado.
Según la ONU, en el mundo ya hay más de 3.500 millones de personas que padecen hambre, pobreza o desnutrición, la cifra más alta de la historia, cerca de la mitad de la población mundial, que hoy ya se estima en alrededor de 7.000 millones de personas.
Según las estimaciones oficiales, con "menos del 1%" de los fondos económicos que han utilizado los gobiernos capitalistas centrales para salvar al sistema financiero global (bancos y empresas que han desatado la crisis económica), se podría resolver la calamidad y el sufrimiento de los miles de millones que son víctimas de la hambruna a escala mundial.
Pero la industria del fútbol, y el capitalismo en general, no están para salvar a los miles de millones que padecen hambre, desocupación o exclusión social, sino para generar nuevos mercados de rentabilidad comercial y de concentración de riqueza en pocas manos.
Para la mayoría de los especialistas, el Mundial de Sudáfrica se convirtió en un paraíso de las ganancias empresariales en medio de una crisis global que se devora a las primeras economías del mundo y se contagia por las periferias de Asia, África y América Latina.
En el contexto de una crisis mundial del consumo y de una desocupación récord a escala global, el fútbol se ha convertido en un negocio cada vez más floreciente que derrama ganancias y concentra activos y fortunas personales de los que se dedican a esa actividad desarrollada en todo el mundo.
Según un estudio de la consultora Deloitte & Touche, el fútbol es un un multimillonario negocio, equivalente a la 17a. economía del mundo, que mueve US$ 500.000 millones anuales.
A pesar de una de las más rentables industrias capitalistas, al fútbol se le considera el "deporte más popular" del mundo, ya que unos 300 millones de personas lo practican como recreamiento a lo largo y ancho del planeta, desde los países periféricos de Asia, Africa y América hasta Europa, Estados Unidos y los países centrales que usufructúan el grueso de la facturación y las ganancias.
Esto da pie para que las empresas involucradas en este multimillonario negocio presenten como "entretenimiento, diversión y pasión" a una actividad en la practica sólo orientada a generar rentabilidad comercial mediante el mito del "deporte popular".
El fútbol es un multimillonario negocio capitalista, una exitosa industria globalizada del espectáculo, una formidable máquina de concentrar riqueza en pocas manos, que derrama rentabilidad en medio de la pobreza masiva, las guerras de ocupación, y las políticas de exterminio de "población sobrante" en las periferias de Asia, África y América Latina.
El mito de "deporte popular" encubre una aceitada maquinaria propagandística-comercial montada por grandes beneficiarios económicos de la danza multimillonaria con la industrialización del fútbol.
En la realidad, fuera del mito para alienar y generar consumo, el fútbol, es, en primer lugar, una actividad de lucro millonario tanto para las federaciones nacionales, para la Federación Internacional de fútbol Asociación (FIFA) y para las empresas trasnacionales, socias de esta institución en la organización de los torneos locales, regionales, intrarregionales, interregionales e, incluso, las copas mundiales.
En el área de los grandes beneficiarios económicos de la danza multimillonaria del Mundial, se anotan las firmas patrocinadoras, empresas trasnacionales como Adidas, Nike y Puma, que utilizan al evento como vitrina y como herramienta de facturación y de posicionamiento en el mercado.
A esto hay que sumar la multimillonaria facturación con el turismo, los eventos "colaterales", y la multiplicidad de negocios que posibilita la mercadotecnia del Mundial en Sudáfrica.
En cuyo rubro de mayor facturación debe incluirse la "gran torta" publicitaria y las ganancias multimillonarias que le genera el evento a las grandes cadenas mediáticas internacionales.
Contiúna aquí:
http://www.iarnoticias.com/2010/secciones/contrainformacion/0051_el_mundial_en_bolsa_26jun2010.html
"Si el Mundial mueve al mundo entero los empresarios corren al mismo ritmo de un jugador en busca del gol. Es que no sólo 22 futbolistas son los que andan detrás de un balón. Mientras miles de fanáticos vibran con Sudáfrica 2010, los agentes de mercadeo se emocionan con hacer su negocio mundial por estos días", señala con extraña crudeza el diario El País de España.
El "fanatismo futbolero", convierte a las mayorías mundiales, en distintas escalas de consumo, en células consumistas y reproductoras de un macro-negocio que se presenta mundialmente con el ingenuo rotulo de "diversión de las mayorías".
Las grandes cadenas mediáticas, internacionales y locales, intervienen en la multimillonaria facturación publicitaria que genera la industria del fútbol a escala global, y se convierten en usinas difusoras y propagandísticas de la alienación programada y masiva del negocio.
La estructura de comunicación internacional, parte integrante del negocio, difunde y nivela el Mundial de Fútbol como un hecho de significancia estratégica para toda la humanidad.
A tal punto, que durante el desarrollo del Mundial que se juega en Sudáfrica toda la "escala valorativa" de la información internacional pasa por el fútbol y sus protagonistas en el evento. Crisis económica, guerras de ocupación, catástrofes, naturales, etc, resultan irrelevantes frente a las noticias y las "coberturas" sobre el evento en Sudáfrica.
Y esta realidad del macro-negocio comunicacional con el fútbol, a la vez fundamenta y explica la conversión masiva del cerebro humano en una pelota de fútbol.
Lo que presentan como una reacción "espontánea de los pueblos", o una "manifestación de alegría que nace de la pasión", no es nada más que una gigantesca maquinaria de acción psicológica que manipula, durante las 24 horas, emociones colectivas y "sentimientos nacionales" con la competencia de las selecciones que intervienen.
El fútbol, a escala mundial, es un macronegocio capitalista que maneja, miles de millones de dólares, que incluye a empresas patrocinantes, cadenas mediáticas y jugadores, que lo convierten en un multi-rubro de facturación con incidencia en toda la economía global.
Facturaciones millonarias, sueldos millonarios, para un negocio multimillonario. Ni deporte, ni espectáculo, 22 robots corriendo un balón y una maquinaria mediática para seguir convirtiendo al fútbol en un "show" funcional al negocio del fútbol con la alienación del cerebro humano.
Desde el 11 junio, cuando comenzó el Mundial en Sudáfrica, la cabeza del alienado nivel promedio estadístico (las mayorías "seducidas" por el "espectáculo" del fútbol) adquirió forma de pelota de fútbol.
El objetivo no es divertir a las masas, sino generar rentabilidad capitalista con la alienación futbolera.
Los gobiernos utilizan el fútbol como estrategia de manipulación y de control social, mientras que los bancos y empresas transnacionales lo utilizan como herramienta de rentabilidad expansiva y de posicionamiento en el mercado.
Según la ONU, en el mundo ya hay más de 3.500 millones de personas que padecen hambre, pobreza o desnutrición, la cifra más alta de la historia, cerca de la mitad de la población mundial, que hoy ya se estima en alrededor de 7.000 millones de personas.
Según las estimaciones oficiales, con "menos del 1%" de los fondos económicos que han utilizado los gobiernos capitalistas centrales para salvar al sistema financiero global (bancos y empresas que han desatado la crisis económica), se podría resolver la calamidad y el sufrimiento de los miles de millones que son víctimas de la hambruna a escala mundial.
Pero la industria del fútbol, y el capitalismo en general, no están para salvar a los miles de millones que padecen hambre, desocupación o exclusión social, sino para generar nuevos mercados de rentabilidad comercial y de concentración de riqueza en pocas manos.
Para la mayoría de los especialistas, el Mundial de Sudáfrica se convirtió en un paraíso de las ganancias empresariales en medio de una crisis global que se devora a las primeras economías del mundo y se contagia por las periferias de Asia, África y América Latina.
En el contexto de una crisis mundial del consumo y de una desocupación récord a escala global, el fútbol se ha convertido en un negocio cada vez más floreciente que derrama ganancias y concentra activos y fortunas personales de los que se dedican a esa actividad desarrollada en todo el mundo.
Según un estudio de la consultora Deloitte & Touche, el fútbol es un un multimillonario negocio, equivalente a la 17a. economía del mundo, que mueve US$ 500.000 millones anuales.
A pesar de una de las más rentables industrias capitalistas, al fútbol se le considera el "deporte más popular" del mundo, ya que unos 300 millones de personas lo practican como recreamiento a lo largo y ancho del planeta, desde los países periféricos de Asia, Africa y América hasta Europa, Estados Unidos y los países centrales que usufructúan el grueso de la facturación y las ganancias.
Esto da pie para que las empresas involucradas en este multimillonario negocio presenten como "entretenimiento, diversión y pasión" a una actividad en la practica sólo orientada a generar rentabilidad comercial mediante el mito del "deporte popular".
El fútbol es un multimillonario negocio capitalista, una exitosa industria globalizada del espectáculo, una formidable máquina de concentrar riqueza en pocas manos, que derrama rentabilidad en medio de la pobreza masiva, las guerras de ocupación, y las políticas de exterminio de "población sobrante" en las periferias de Asia, África y América Latina.
El mito de "deporte popular" encubre una aceitada maquinaria propagandística-comercial montada por grandes beneficiarios económicos de la danza multimillonaria con la industrialización del fútbol.
En la realidad, fuera del mito para alienar y generar consumo, el fútbol, es, en primer lugar, una actividad de lucro millonario tanto para las federaciones nacionales, para la Federación Internacional de fútbol Asociación (FIFA) y para las empresas trasnacionales, socias de esta institución en la organización de los torneos locales, regionales, intrarregionales, interregionales e, incluso, las copas mundiales.
En el área de los grandes beneficiarios económicos de la danza multimillonaria del Mundial, se anotan las firmas patrocinadoras, empresas trasnacionales como Adidas, Nike y Puma, que utilizan al evento como vitrina y como herramienta de facturación y de posicionamiento en el mercado.
A esto hay que sumar la multimillonaria facturación con el turismo, los eventos "colaterales", y la multiplicidad de negocios que posibilita la mercadotecnia del Mundial en Sudáfrica.
En cuyo rubro de mayor facturación debe incluirse la "gran torta" publicitaria y las ganancias multimillonarias que le genera el evento a las grandes cadenas mediáticas internacionales.
Contiúna aquí:
http://www.iarnoticias.com/2010/secciones/contrainformacion/0051_el_mundial_en_bolsa_26jun2010.html