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Ver la versión completa : De por qué el principio de igualdad entre los humanos es extrapolable a los animales



nitta
17-jun-2010, 21:31
Espero que no esté ya subido. Me ha gustado tanto este extracto de "Liberación animal" que lo he transcrito...aunque supongo que la mayoría aquí ya se habrá leído este libro (a mí me ha costado horrores encontrarlo). Aquí os lo dejo :D:



Afortunadamente, hoy en día no hay necesidad de supeditar el tema de la igualdad (humana) a un resultado concreto de una investigación científica. La respuesta adecuada a quienes pretenden haber encontrado pruebas de diferencias con base genética entre razas o sexos en lo relativo a ciertas aptitudes no consiste en aferrarse a la creencia de que la explicación genética tiene que ser errónea, aunque existan pruebas de lo contrario, sino más bien en dejar muy claro que el derecho a la igualdad no depende de la inteligencia, capacidad moral, fuerza física u otros factores similares. La igualdad es una idea moral, no la afirmación de un hecho. No existe ninguna razón lógicamente persuasiva para asumir que una diferencia real de aptitudes entre dos personas deba justificar una diferencia en la consideración que concedemos a sus necesidades e intereses. El principio de la igualdad de los seres humanos no es una descripción de una supuesta igualdad real entre ellos: es una norma relativa a cómo deberíamos tratar a los seres humanos.

(…)Este principio de igualdad implica que nuestra preocupación por los demás y nuestra buena disposición a considerar sus intereses no deberían depender de cómo sean los otros ni de sus aptitudes. Precisamente, lo que nos exija esta preocupación o consideración puede variar según las características de aquellos a quienes afectan nuestras acciones: el interés por el bienestar de los niños de América requiere que les enseñemos a leer, mientras que el interés por el bienestar de los cerdos puede exigir tan sólo que les dejemos estar con otros cerdos en un lugar donde haya suficiente alimento y sitio para que se muevan libremente. Pero el elemento básico –tener en cuenta los intereses del ser, sean cuales sean– debe extenderse, según el principio de igualdad, a todos los seres, negros o blancos, masculinos o femeninos, humanos o no humanos.

Thomas Jefferson, responsable de que se incluyera el principio de la igualdad de los hombres en la Declaración de la Independencia americana (…) escribió lo siguiente en una carta dirigida al autor de un libro que subrayaba los considerables logros intelectuales de los negros para rebatir la opinión, por aquel entonces habitual, de que sus capacidades intelectuales eran limitadas:



Puede estar seguro de que nadie en el mundo desea más sinceramente que yo una refutación absoluta de las dudas que yo mismo he mantenido y expresado sobre el grado de inteligencia con que les ha dotado la naturaleza, y descubrir que son iguales a nosotros (…) pero cualquiera que sea su grado de talento, no constituye la medida de sus derechos. El que sir Isaac Newton fuera superior a nosotros en inteligencia no le erigió en dueño de la propiedad o de las personas de otros.

De modo semejante, cuando en la década de los cincuenta del siglo pasado surgió en EEUU la reivindicación de los derechos de las mujeres, una extraordinaria feminista negra llamada Sojourner Truth expresó lo mismo con más dureza en una convención feminista:



Hablan de esto que tenemos en la cabeza: ¿cómo lo llaman? (“Intelecto”, susurró alguien que estaba cerca). Exacto. ¿Qué tiene eso que ver con los derechos de las mujeres o de los negros? Si en mi taza sólo cabe una pinta y en la tuya cabe un cuarto de galón, ¿no pecarías de mezquindad si no me la dejaras llenar?

Las luchas contra el racismo y contra el sexismo deben apoyarse, en definitiva, sobre esta base, y de acuerdo con este principio la actitud que podemos llamar “especismo” también ha de condenarse. El especismo es un prejuicio o actitud parcial favorable a los intereses de los miembros de nuestra propia especie y en contra de los de otras. Debería resultar obvio que las objeciones fundamentales al racismo y al sexismo de Thomas Jefferson y Sojourner Truth se aplican igualmente al especismo. Si la posesión de una inteligencia superior no autoriza a un humano a que utilice a otro para sus propios fines, ¿cómo puede autorizar a los humanos a explotar a los no humanos con la misma finalidad?.

De una u otra forma, muchos filósofos y escritores han propugnado como principio moral básico la consideración igualitaria de los intereses, pero pocos han reconocido que este principio sea aplicable a los miembros de otras especies distintas a la nuestra. Jeremy Bentham fue uno de los pocos que tuvo esto en cuenta. En un pasaje con visión de futuro, escrito en una época en que los franceses ya habían liberado a sus esclavos negros mientras que en los dominios británicos aún se les trataba como tratamos hoy a los animales, Bentham escribió:



Puede llegar el día en que el resto de la creación animal adquiera esos derechos que nunca se le podrían haber negado de no ser por la acción de la tiranía. Los franceses han descubierto ya que la negrura de la piel no es razón para abandonar sin remedio a un ser humano al capricho de quien le atormenta. Puede que llegue un día en que el número de piernas, la vellosidad de la piel o la terminación del os sacrum sean razones igualmente insuficientes para abandonar a un ser sensible al mismo destino. ¿Qué otra cosa es la que podría trazar la línea infranqueable? ¿Es la facultad de la razón, o acaso la facultad del discurso? Mas un caballo o un perro adulto es sin comparación un animal más racional, y también más sociable, que una criatura de un día, una semana o incluso un mes. Pero, aún suponiendo que no fuera así, ¿qué nos esclarecería? No debemos preguntarnos: ¿pueden razonar?, ni tampoco: ¿pueden hablar?, sino: ¿pueden sufrir?”.

(…) Bentham señala la capacidad de sufrimiento como la característica básica que le otorga a un ser el derecho a una consideración igual. La capacidad de sufrir no es una característica más, como la capacidad para el lenguaje o las matemáticas superiores. (…) Al decir que tenemos que considerar los intereses de todos los seres con capacidad de sufrimiento o goce, no excluye arbitrariamente ningún tipo de interés, como hacen los que trazan la línea divisoria en función del lenguaje: la capacidad para sufrir y disfrutar es un requisito para tener cualquier otro interés, una condición que tiene que satisfacerse antes de que podamos hablar con sentido de intereses. Sería una insensatez decir que se actúa contra los intereses de una piedra porque un colegial le da un puntapié y rueda por la carretera. Una piedra no tiene intereses porque no puede sufrir, y nada que pudiéramos hacerle afectaría a su bienestar. No obstante, la capacidad de sufrir y gozar no sólo es necesaria sino también suficiente para que podamos decir que un ser tiene interés, aunque sea mínimo, en no sufrir.

(…) Si un ser sufre, no puede haber justificación moral alguna para negarse a tener en cuenta este sufrimiento. Al margen de la naturaleza del ser, el principio de igualdad exige que su sufrimiento cuente tanto como el mismo sufrimiento de cualquier otro ser. Cuando un ser carece de capacidad de sufrir, o de disfrutar o ser feliz, no hay nada que tener en cuenta. Por tanto, el único límite defendible a la hora de preocuparnos por los intereses de los demás es el de la sensibilidad. Establecer el límite por alguna otra característica como la inteligencia o el raciocinio sería arbitrario ¿Por qué no habría de escogerse entonces otra característica, como el color de la piel?

veganauta
17-jun-2010, 22:34
(…) Si un ser sufre, no puede haber justificación moral alguna para negarse a tener en cuenta este sufrimiento. Al margen de la naturaleza del ser, el principio de igualdad exige que su sufrimiento cuente tanto como el mismo sufrimiento de cualquier otro ser. Cuando un ser carece de capacidad de sufrir, o de disfrutar o ser feliz, no hay nada que tener en cuenta. Por tanto, el único límite defendible a la hora de preocuparnos por los intereses de los demás es el de la sensibilidad. Establecer el límite por alguna otra característica como la inteligencia o el raciocinio sería arbitrario ¿Por qué no habría de escogerse entonces otra característica, como el color de la piel?


Muy bueno todo el texto, Nitta.

Gracias por ponerlo aquí.

Ecomobisostrans
18-mar-2014, 07:09
Ecofeminisme i veganisme. Pattrice Jones (V.O)


https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=kRrT2H5jXnk

El cruce entre la opresión de las mujeres y la opresión de los animales
no es extraordinario. Las mujeres y los animales, junto con la tierra y
los niños, han sido vistos históricamente como la propiedad del cabeza
de familia masculino. El patriarcado (el control masculino de la vida
política y doméstica) y el pastoreo (el cuidado de los rebaños como
forma de vida) aparecieron en el mismo estadio histórico y no pueden ser
separados, porque ambos se justifican y son perpetuados en base a las
mismas ideologías y prácticas.

http://latele.cat/ecofeminisme-i-veganisme-pattrice-jones-vo Ha salido en un canal de TV de Barcelona y el Maresme !!!