margaly
15-jun-2010, 10:52
Vaquillas
El verano trae matanzas de toros por toda España
http://fotos01.lne.es/fotos/noticias/318x200/2010-06-21_IMG_2010-06-14_01.56.15__4431529.jpg
RICARDO V. MONTOTO: Querido lector: si es usted de los aficionados a la tauromaquia y a los festejos populares con animales, le recomiendo que lo deje aquí y no siga leyendo, porque no le va a gustar.
Las imágenes de la muchedumbre matando a golpes a una vaquilla en un coso de un pueblecito malagueño me recuerdan que ya llega el verano y, con él, una nueva temporada de matanzas de toros por casi toda España. Viendo como la concurrencia disfruta de la tortura hasta la muerte, lenta y dolorosa, a base de golpes y patadas de una pobre vaquilla, me reafirmo en que somos un gran pueblo. Y vaya si lo demostramos. Ahorcamos y abandonamos a los galgos que no cumplen las expectativas en las cacerías. Emborrachamos burros para después molerlos a palos, decapitamos patos vivos para divertirnos en unos juegos, lanzamos cabras desde los campanarios, sembramos los montes con cepos para desollar a los pocos osos que sobreviven y a toros y vaquillas les hacemos de todo hasta que palman: lanceados durante horas, con los cuernos en llamas, acribillados de alfileres, ensogados a un poste, ahogados en el mar. De todo. Y no debemos olvidarnos de las peleas de perros y gallos. Imágenes todas de un país moderno, evolucionado, pacífico, en el que lloramos desconsoladamente si a nuestro equipo le meten un gol y donde participamos jubilosos en festejos en los que un animal finalmente muere tras quedar ciego y abrasarse la cabeza con cera derretida.
Cierto es que en otros países supuestamente avanzados también se maltrata a los animales. En Francia, además de toros, se hincha el hígado de las aves para hacer foie gras. Los canadienses desnucan focas. Los ingleses se resisten a dejar de perseguir a los zorros. Pero como en España, en ningún país moderno existe tanta oferta de «diversión» fundamentada en la tortura y muerte de animales. Y me espeluznan las imágenes de niños pequeños sobre los hombros de sus padres asistiendo a los festejos, reclamando sangre ya desde tan corta edad. Y si para redondear la faena me revisten estas barbaridades de españolidad, cultura y orgullo patrio, entonces apaga y vámonos.
http://www.lne.es/cuencas/2010/06/14/vaquillasbr/928923.html
El verano trae matanzas de toros por toda España
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RICARDO V. MONTOTO: Querido lector: si es usted de los aficionados a la tauromaquia y a los festejos populares con animales, le recomiendo que lo deje aquí y no siga leyendo, porque no le va a gustar.
Las imágenes de la muchedumbre matando a golpes a una vaquilla en un coso de un pueblecito malagueño me recuerdan que ya llega el verano y, con él, una nueva temporada de matanzas de toros por casi toda España. Viendo como la concurrencia disfruta de la tortura hasta la muerte, lenta y dolorosa, a base de golpes y patadas de una pobre vaquilla, me reafirmo en que somos un gran pueblo. Y vaya si lo demostramos. Ahorcamos y abandonamos a los galgos que no cumplen las expectativas en las cacerías. Emborrachamos burros para después molerlos a palos, decapitamos patos vivos para divertirnos en unos juegos, lanzamos cabras desde los campanarios, sembramos los montes con cepos para desollar a los pocos osos que sobreviven y a toros y vaquillas les hacemos de todo hasta que palman: lanceados durante horas, con los cuernos en llamas, acribillados de alfileres, ensogados a un poste, ahogados en el mar. De todo. Y no debemos olvidarnos de las peleas de perros y gallos. Imágenes todas de un país moderno, evolucionado, pacífico, en el que lloramos desconsoladamente si a nuestro equipo le meten un gol y donde participamos jubilosos en festejos en los que un animal finalmente muere tras quedar ciego y abrasarse la cabeza con cera derretida.
Cierto es que en otros países supuestamente avanzados también se maltrata a los animales. En Francia, además de toros, se hincha el hígado de las aves para hacer foie gras. Los canadienses desnucan focas. Los ingleses se resisten a dejar de perseguir a los zorros. Pero como en España, en ningún país moderno existe tanta oferta de «diversión» fundamentada en la tortura y muerte de animales. Y me espeluznan las imágenes de niños pequeños sobre los hombros de sus padres asistiendo a los festejos, reclamando sangre ya desde tan corta edad. Y si para redondear la faena me revisten estas barbaridades de españolidad, cultura y orgullo patrio, entonces apaga y vámonos.
http://www.lne.es/cuencas/2010/06/14/vaquillasbr/928923.html