Alejandro-)
15-may-2010, 23:20
Si alguien conoce algun lugar donde hacer esto estaría bien.
Los ‘freegan’ reciclan los alimentos que otros desechan. Es una convicción y una forma de vida. Les acompañamos ‘de compras’ por los contenedores de Nueva York. Y luego, a cenar.
No les empuja ni el hambre ni la pobreza. Revolver cada semana entre las basuras responde simplemente a la llamada de sus conciencias. Hastiados de observar cómo la sociedad occidental deja morir en sus calles toneladas de comida en perfecto estado, un puñado de ciudadanos repartidos por el mundo y autodenominados freegan tratan de retrasar el colapso ecológico al que afirman que está abocado el planeta evitando pagar por consumir y recuperando parte de la comida salvable que se tira a diario. Que no es poca.
En la puerta de supermercados neoyorquinos como D’Agostino, en el barrio de Midtown, se hacinan cada noche decenas de bolsas de supuestos residuos. Pero si uno mira dentro, como hacen dos veces por semana profesores de instituto como Janet Kalish o expertos en comunicación como Madeleine Nelson, es posible encontrar todo tipo de frutas y verduras en perfecto estado, yogures, zumos de fruta, pasta, arroz, huevos, carne, pescado ahumado…
(...)
Según un estudio de la Universidad de Arizona, el 40% de los alimentos que se producen en Estados Unidos acaba en la basura sin pasar por ningún estómago; lo que significa que las familias tiran cada año al estercolero 40.000 millones de dólares. Un escándalo si se tiene en cuenta que hay 852 millones de personas malnutridas en el mundo, según la FAO, y que dentro de una ciudad como Nueva York, casi dos millones de personas viven por debajo del índice de pobreza, según el censo nacional.
Los ‘freegan’ reciclan los alimentos que otros desechan. Es una convicción y una forma de vida. Les acompañamos ‘de compras’ por los contenedores de Nueva York. Y luego, a cenar.
No les empuja ni el hambre ni la pobreza. Revolver cada semana entre las basuras responde simplemente a la llamada de sus conciencias. Hastiados de observar cómo la sociedad occidental deja morir en sus calles toneladas de comida en perfecto estado, un puñado de ciudadanos repartidos por el mundo y autodenominados freegan tratan de retrasar el colapso ecológico al que afirman que está abocado el planeta evitando pagar por consumir y recuperando parte de la comida salvable que se tira a diario. Que no es poca.
En la puerta de supermercados neoyorquinos como D’Agostino, en el barrio de Midtown, se hacinan cada noche decenas de bolsas de supuestos residuos. Pero si uno mira dentro, como hacen dos veces por semana profesores de instituto como Janet Kalish o expertos en comunicación como Madeleine Nelson, es posible encontrar todo tipo de frutas y verduras en perfecto estado, yogures, zumos de fruta, pasta, arroz, huevos, carne, pescado ahumado…
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Según un estudio de la Universidad de Arizona, el 40% de los alimentos que se producen en Estados Unidos acaba en la basura sin pasar por ningún estómago; lo que significa que las familias tiran cada año al estercolero 40.000 millones de dólares. Un escándalo si se tiene en cuenta que hay 852 millones de personas malnutridas en el mundo, según la FAO, y que dentro de una ciudad como Nueva York, casi dos millones de personas viven por debajo del índice de pobreza, según el censo nacional.