Nulyeta
15-mar-2010, 00:08
Galicia abre el debate sobre la prohibición
http://media.lavozdegalicia.es/default/2010/03/13/00121268510931712979240/Foto/Z04M0023.jpg
El BNG medita solicitar la modificación de la ley que permite las corridas, pero el PP ya ha avanzado que se opondrá
El pasado junio, los diputados Bieito Lobeira e Isabel Sánchez Montenegro, del BNG, presentaron en el Parlamento gallego una pregunta sobre la posición del Gobierno sobre «as touradas».
Se debatió en noviembre en la comisión institucional, «e a Xunta comprometeuse a non subsidiar con cartos este tipo de eventos», apunta Lobeira, quien, animado por el debate catalán, medita ir un paso más allá y solicitar la prohibición. Para ello habría que modificar la Lei de Protección de Animais Domésticos e Salvaxes en Cautividade, que prohíbe la muerte de animales en espectáculos salvo en el caso «do tiro ao pombiño e as touradas». En esa comisión, el PP, que goza de mayoría absoluta, ya avisó de que no estaba dispuesto a ese cambio. «Pero estamos meditando pedir a prohibición total, co obxecto de abrir o debate social sobre este tipo de tortura», avanza Lobeira.
El dinero público, aunque no de la Xunta, sí subvenciona uno de los dos principales ciclos taurinos de Galicia. En A Coruña, donde gobiernan PSOE y BNG en coalición, la feria de agosto recibe una subvención de 120.000 euros. Los pone una concejalía del PSOE, ayuda que la concejala de Cultura, la nacionalista María Xosé Bravo, critica abiertamente. «É subvencionar a tortura. Iso non é cultura, o baile flamenco é cultura, as touradas son barbarie». Para justificar la prohibición, el BNG apela a la falta de tradición en esta tierra del arte de Cúchares y al rechazo de los gallegos a los festejos, que apoyan en un estudio de Gallup que concluyó que «un 86% rexeitan ou aborrecen as touradas, e tan só un 3% se declara afeccionado».
Galicia solo ha tenido un matador de toros, Celita, y su rastro queda lejano, pues tomó la alternativa en 1912. Lo más parecido a un torero gallego que hay ahora es Iván Fandiño, vasco de padres gallegos. Mientras se entrena para afrontar una temporada que lo llevará a Las Ventas o la Maestranza, atiende el teléfono. «Usted que es el que lo tiene más cerca, ¿sufre el astado?». «No hay un estudio definitivo, aunque sí alguno que dice que el sufrimiento que puede tener el toro bravo es menor al que se percibe desde fuera, al que tendría un hombre u otro animal al que le clavasen unas banderillas o una puya». El empresario de la plaza de A Coruña, Luis Álvarez, alude a otro estudio, realizado «en Córdoba hace años por unos alemanes, que les colocaron unos sensores a los toros, y se demostró que no sufrían». «Donde se les ponen las banderillas y los puyazos es donde menos terminaciones nerviosas tienen, y el objetivo de la suerte de matar es llegar con la espada al corazón para que tenga una muerte rápida». «Que o toro sofre é algo que salta á vista máis alá das evidencias científicas», rebate Alexandre Ríos, de la Plataforma Antitouradas de Pontevedra, ciudad que acoge la feria gallega de más éxito.
Álvarez y Fandiño tienen claro que, sin corridas, desaparecía el toro de lidia. «Es carísimo criarlo. ¿Quién va a mimar a uno cinco años solo para que la gente lo vea?», se pregunta el primero. Además, sostiene que esa labor de las ganaderías favorece a otros animales: «En las dehesas donde se crían los toros hay buitres, águilas reales, linces ibéricos. Si ese hábitat desaparece, estas especies también». «Y están el cochinillo ibérico, mucho ganado que comen los humanos, las plantaciones de alcornoques de las que se saca el corcho...», completa Fandiño. Ligar el futuro existencial del toro de lidia o de otras especies a las corridas es «como dicir que a supervivencia de animais exóticos depende dos circos», replica Ríos.
Tanto Fandiño como Álvarez sostienen que el debate sobre la prohibición de los toros en Cataluña «es una cuestión política», fruto de una campaña para eliminar «la fiesta nacional», que consideran a salvo en Galicia. «En Pontevedra hay una afición consolidada y en A Coruña vamos paso a paso, porque esta ciudad estuvo 24 años sin toros», analiza Álvarez. «La prohibición queda muy lejos de la intención de los gallegos», sostiene Fandiño. Por ahora, dos ayuntamientos gallegos se han declarado contrarios a las corridas, Vedra y Cangas, secundando una iniciativa del colectivo Galicia Mellor sen Touradas. Los protaurinos lo consideran un brindis al sol, pues estas localidades no organizan corridas.
http://www.lavozdegalicia.es/sociedad/2010/03/13/00031268509249089269272.htm
http://media.lavozdegalicia.es/default/2010/03/13/00121268510931712979240/Foto/Z04M0023.jpg
El BNG medita solicitar la modificación de la ley que permite las corridas, pero el PP ya ha avanzado que se opondrá
El pasado junio, los diputados Bieito Lobeira e Isabel Sánchez Montenegro, del BNG, presentaron en el Parlamento gallego una pregunta sobre la posición del Gobierno sobre «as touradas».
Se debatió en noviembre en la comisión institucional, «e a Xunta comprometeuse a non subsidiar con cartos este tipo de eventos», apunta Lobeira, quien, animado por el debate catalán, medita ir un paso más allá y solicitar la prohibición. Para ello habría que modificar la Lei de Protección de Animais Domésticos e Salvaxes en Cautividade, que prohíbe la muerte de animales en espectáculos salvo en el caso «do tiro ao pombiño e as touradas». En esa comisión, el PP, que goza de mayoría absoluta, ya avisó de que no estaba dispuesto a ese cambio. «Pero estamos meditando pedir a prohibición total, co obxecto de abrir o debate social sobre este tipo de tortura», avanza Lobeira.
El dinero público, aunque no de la Xunta, sí subvenciona uno de los dos principales ciclos taurinos de Galicia. En A Coruña, donde gobiernan PSOE y BNG en coalición, la feria de agosto recibe una subvención de 120.000 euros. Los pone una concejalía del PSOE, ayuda que la concejala de Cultura, la nacionalista María Xosé Bravo, critica abiertamente. «É subvencionar a tortura. Iso non é cultura, o baile flamenco é cultura, as touradas son barbarie». Para justificar la prohibición, el BNG apela a la falta de tradición en esta tierra del arte de Cúchares y al rechazo de los gallegos a los festejos, que apoyan en un estudio de Gallup que concluyó que «un 86% rexeitan ou aborrecen as touradas, e tan só un 3% se declara afeccionado».
Galicia solo ha tenido un matador de toros, Celita, y su rastro queda lejano, pues tomó la alternativa en 1912. Lo más parecido a un torero gallego que hay ahora es Iván Fandiño, vasco de padres gallegos. Mientras se entrena para afrontar una temporada que lo llevará a Las Ventas o la Maestranza, atiende el teléfono. «Usted que es el que lo tiene más cerca, ¿sufre el astado?». «No hay un estudio definitivo, aunque sí alguno que dice que el sufrimiento que puede tener el toro bravo es menor al que se percibe desde fuera, al que tendría un hombre u otro animal al que le clavasen unas banderillas o una puya». El empresario de la plaza de A Coruña, Luis Álvarez, alude a otro estudio, realizado «en Córdoba hace años por unos alemanes, que les colocaron unos sensores a los toros, y se demostró que no sufrían». «Donde se les ponen las banderillas y los puyazos es donde menos terminaciones nerviosas tienen, y el objetivo de la suerte de matar es llegar con la espada al corazón para que tenga una muerte rápida». «Que o toro sofre é algo que salta á vista máis alá das evidencias científicas», rebate Alexandre Ríos, de la Plataforma Antitouradas de Pontevedra, ciudad que acoge la feria gallega de más éxito.
Álvarez y Fandiño tienen claro que, sin corridas, desaparecía el toro de lidia. «Es carísimo criarlo. ¿Quién va a mimar a uno cinco años solo para que la gente lo vea?», se pregunta el primero. Además, sostiene que esa labor de las ganaderías favorece a otros animales: «En las dehesas donde se crían los toros hay buitres, águilas reales, linces ibéricos. Si ese hábitat desaparece, estas especies también». «Y están el cochinillo ibérico, mucho ganado que comen los humanos, las plantaciones de alcornoques de las que se saca el corcho...», completa Fandiño. Ligar el futuro existencial del toro de lidia o de otras especies a las corridas es «como dicir que a supervivencia de animais exóticos depende dos circos», replica Ríos.
Tanto Fandiño como Álvarez sostienen que el debate sobre la prohibición de los toros en Cataluña «es una cuestión política», fruto de una campaña para eliminar «la fiesta nacional», que consideran a salvo en Galicia. «En Pontevedra hay una afición consolidada y en A Coruña vamos paso a paso, porque esta ciudad estuvo 24 años sin toros», analiza Álvarez. «La prohibición queda muy lejos de la intención de los gallegos», sostiene Fandiño. Por ahora, dos ayuntamientos gallegos se han declarado contrarios a las corridas, Vedra y Cangas, secundando una iniciativa del colectivo Galicia Mellor sen Touradas. Los protaurinos lo consideran un brindis al sol, pues estas localidades no organizan corridas.
http://www.lavozdegalicia.es/sociedad/2010/03/13/00031268509249089269272.htm