JustVegetal
06-feb-2010, 10:53
El alimento más sano del mundo
Por Nicholas D. Kristof - The New York Times
09:08 | 01/08/10
Entonces, ¿cuál es el alimento más delicioso, sano, exquisito, saludable y gratificante del mundo?
No es la ambrosía, y ni siquiera la pizza de pepperoni. Una pista: es mucho más barato. El suministro para un año cuesta mucho menos que la hamburguesa más barata. ¿Se rinden? Otra pista: salva las vidas de niños y mujeres que podrían embarazarse. Si conocen a una mujer que pudiera embarazarse, asegúrense que consuma esta sustancia milagrosa.
Una última pista: la falta de esta sustancia llevó a una tragedia con la que me topé el otro día en un hospital aquí, en la capital hondureña. Tres bebés yacían en catres uno junto al otro, con malformaciones congénitas en cerebro y médula espinal.
En el primer catre estaba Rosa Alvarez, de 18 días de nacida, recuperándose de la cirugía para reparar un agujero en la columna. También padece una malformación cerebral.
Angel Flores estaba en el siguiente, tejido suave sobresalía de su espalda.
Más cerca de la puerta, estaba José Tercera. Su madre quitó una venda de la cabeza y vi una bola de cerebro del tamaño de una pelota de golf que salía por un hueco en la frente.
Los médicos creen que la razón de estas malformaciones, llamadas defectos del tubo neural, es que las madres no tuvieron una ingesta suficiente de micronutrientes, particularmente de ácido fólico, durante el embarazo. Estos micronutrientes son la sustancia milagrosa de la que hablo, y apenas si hay una forma de ayuda extranjera de mejor rendimiento que ponerlos en el suministro alimentario.
“Es innecesario tener estos tipos de problemas”, dijo el doctor Alí Flores, un pediatra y experto en estas malformaciones, mientras miraba a los tres infantes.
Si una mujer embarazada no tiene suficiente ácido fólico (también conocido como vitamina B9) en su organismo en el inicio del embarazo, entonces el feto puede padecer estos defectos del tubo neural. Esta es la razón por la que los médicos recetan ácido fólico a las mujeres que planean embarazarse.
Igualmente importante es otro micronutriente, el yodo. La peor consecuencia de una deficiencia de yodo no es el bocio, sino una malformación del cerebro del feto, de tal forma que puede tener entre 10 y 15 puntos menos de coeficiente intelectual. También está el zinc, que reduce las muertes infantiles por diarrea e infecciones. Está el hierro, cuya carencia causa anemia generalizada. Y la vitamina A: unos 670,000 niños mueren cada año debido a que no reciben suficiente vitamina A, y su carencia sigue siendo la causa principal de la ceguera infantil en el mundo.
“Los dados están echados en las primeras etapas de la vida”, dijo David Dodson, el fundador del Proyecto Niños Sanos, un organismo de ayuda que combate las deficiencias de micronutrientes en Honduras y otros países pobres. “Si el niño no recibe los micronutrientes correctos, el efecto es permanente”.
Hace nueve años, Dodson era simplemente un empresario estadounidense que operaba una compañía de desechos con 300 empleados, la cual fundó. Entonces, sucedió que visitó Honduras y, en un hospital, encontró a una madre cuyo recién nacido tenía un hueco en el cráneo. Se enteró que cantidades insignificantes de ácido fólico prevendrían tales malformaciones desgarradoras, y se transformó su vida.
“Nunca antes en mi vida había visto nada que pudiera tener tanto impacto por tan poco dinero y ser sustentable”, expresó Dodson. El y su esposa Stephanie vendieron su compañía y usaron parte de las ganancias para empezar el Proyecto Niños Saludables.
La forma de mayor rendimiento para dar micronutrientes no es distribuirlos. Mary Flores, una ex primera dama hondureña, activa en temas de nutrición, señala que es posible que sea difícil llegar a las mujeres pobres, e, incluso, si se les dan pastillas de ácido fólico en ocasiones no las toman por temor a que en realidad sean anticonceptivos. Así que a menudo se agregan los micronutrientes a alimentos comunes como sal, azúcar, harina o aceite para cocinar.
Agregar yodo, hierro, vitamina A, zinc y varias vitaminas del complejo B, incluido el ácido fólico, a una diversidad de alimentos cuesta al año unos 30 centavos de dólar por cada persona con la que se trabaja. Los organismos que se centran en los micronutrientes también incluyen a Helen Keller International y Vitamin Angels.
En EU, la Administración de Alimentos y Drogas ha demandado que se enriquezca a la harina con ácido fólico desde 1998. Incluso en EU, con mejores dietas, atención médica y fortificación generalizada, no todas las mujeres reciben micronutrientes suficientes, pero el problema es mucho peor en los países pobres.
Dodson señala que es mucho más barato prevenir malformaciones congénitas que tratarlas.
“No se trata de un tema atractivo de salud mundial, sino sobre los detalles prácticos de conformar a una población saludable”, dijo Dodson. “Poner cantidades reducidas de hierro, yodo y ácido fólico en el suministro de alimentos no ha atraído la atención en la forma en la que sucede cuando tratas a alguien enfermo o en un campo para refugiados. Hasta hace poco, esto había estado fuera de la pantalla del radar de todos”.
A medida que EU reorganiza su caótico programa de ayuda, podría tratar de promover lo que bien podría ser el alimento más exquisito del mundo: los micronutrientes.
Por Nicholas D. Kristof - The New York Times
09:08 | 01/08/10
Entonces, ¿cuál es el alimento más delicioso, sano, exquisito, saludable y gratificante del mundo?
No es la ambrosía, y ni siquiera la pizza de pepperoni. Una pista: es mucho más barato. El suministro para un año cuesta mucho menos que la hamburguesa más barata. ¿Se rinden? Otra pista: salva las vidas de niños y mujeres que podrían embarazarse. Si conocen a una mujer que pudiera embarazarse, asegúrense que consuma esta sustancia milagrosa.
Una última pista: la falta de esta sustancia llevó a una tragedia con la que me topé el otro día en un hospital aquí, en la capital hondureña. Tres bebés yacían en catres uno junto al otro, con malformaciones congénitas en cerebro y médula espinal.
En el primer catre estaba Rosa Alvarez, de 18 días de nacida, recuperándose de la cirugía para reparar un agujero en la columna. También padece una malformación cerebral.
Angel Flores estaba en el siguiente, tejido suave sobresalía de su espalda.
Más cerca de la puerta, estaba José Tercera. Su madre quitó una venda de la cabeza y vi una bola de cerebro del tamaño de una pelota de golf que salía por un hueco en la frente.
Los médicos creen que la razón de estas malformaciones, llamadas defectos del tubo neural, es que las madres no tuvieron una ingesta suficiente de micronutrientes, particularmente de ácido fólico, durante el embarazo. Estos micronutrientes son la sustancia milagrosa de la que hablo, y apenas si hay una forma de ayuda extranjera de mejor rendimiento que ponerlos en el suministro alimentario.
“Es innecesario tener estos tipos de problemas”, dijo el doctor Alí Flores, un pediatra y experto en estas malformaciones, mientras miraba a los tres infantes.
Si una mujer embarazada no tiene suficiente ácido fólico (también conocido como vitamina B9) en su organismo en el inicio del embarazo, entonces el feto puede padecer estos defectos del tubo neural. Esta es la razón por la que los médicos recetan ácido fólico a las mujeres que planean embarazarse.
Igualmente importante es otro micronutriente, el yodo. La peor consecuencia de una deficiencia de yodo no es el bocio, sino una malformación del cerebro del feto, de tal forma que puede tener entre 10 y 15 puntos menos de coeficiente intelectual. También está el zinc, que reduce las muertes infantiles por diarrea e infecciones. Está el hierro, cuya carencia causa anemia generalizada. Y la vitamina A: unos 670,000 niños mueren cada año debido a que no reciben suficiente vitamina A, y su carencia sigue siendo la causa principal de la ceguera infantil en el mundo.
“Los dados están echados en las primeras etapas de la vida”, dijo David Dodson, el fundador del Proyecto Niños Sanos, un organismo de ayuda que combate las deficiencias de micronutrientes en Honduras y otros países pobres. “Si el niño no recibe los micronutrientes correctos, el efecto es permanente”.
Hace nueve años, Dodson era simplemente un empresario estadounidense que operaba una compañía de desechos con 300 empleados, la cual fundó. Entonces, sucedió que visitó Honduras y, en un hospital, encontró a una madre cuyo recién nacido tenía un hueco en el cráneo. Se enteró que cantidades insignificantes de ácido fólico prevendrían tales malformaciones desgarradoras, y se transformó su vida.
“Nunca antes en mi vida había visto nada que pudiera tener tanto impacto por tan poco dinero y ser sustentable”, expresó Dodson. El y su esposa Stephanie vendieron su compañía y usaron parte de las ganancias para empezar el Proyecto Niños Saludables.
La forma de mayor rendimiento para dar micronutrientes no es distribuirlos. Mary Flores, una ex primera dama hondureña, activa en temas de nutrición, señala que es posible que sea difícil llegar a las mujeres pobres, e, incluso, si se les dan pastillas de ácido fólico en ocasiones no las toman por temor a que en realidad sean anticonceptivos. Así que a menudo se agregan los micronutrientes a alimentos comunes como sal, azúcar, harina o aceite para cocinar.
Agregar yodo, hierro, vitamina A, zinc y varias vitaminas del complejo B, incluido el ácido fólico, a una diversidad de alimentos cuesta al año unos 30 centavos de dólar por cada persona con la que se trabaja. Los organismos que se centran en los micronutrientes también incluyen a Helen Keller International y Vitamin Angels.
En EU, la Administración de Alimentos y Drogas ha demandado que se enriquezca a la harina con ácido fólico desde 1998. Incluso en EU, con mejores dietas, atención médica y fortificación generalizada, no todas las mujeres reciben micronutrientes suficientes, pero el problema es mucho peor en los países pobres.
Dodson señala que es mucho más barato prevenir malformaciones congénitas que tratarlas.
“No se trata de un tema atractivo de salud mundial, sino sobre los detalles prácticos de conformar a una población saludable”, dijo Dodson. “Poner cantidades reducidas de hierro, yodo y ácido fólico en el suministro de alimentos no ha atraído la atención en la forma en la que sucede cuando tratas a alguien enfermo o en un campo para refugiados. Hasta hace poco, esto había estado fuera de la pantalla del radar de todos”.
A medida que EU reorganiza su caótico programa de ayuda, podría tratar de promover lo que bien podría ser el alimento más exquisito del mundo: los micronutrientes.