Nulyeta
04-ene-2010, 14:08
Tauromaquia: Touradas o corridas de toros a la portuguesa
Un interesante trabajo de documental y de recopilación que explica la corrida a la portuguesa, y que desmiente su carácter compasivo e incruento.
La tourada portuguesa; el falso mito de corrida de toros incruenta.
http://www.liberaong.org/admin/_libera/imagenes/explotacion/43/0002312b.jpg
En Portugal se celebran las llamadas touradas, una variedad de corrida de toros con similitudes y diferencias notables con la corrida española, pero ambas son espectáculos de extrema crueldad hacia los animales.
Origen de las tradiciones taurinas en Portugal:
Datos históricos:
1580: Anexión del Reino de Portugal por la Monarquía Hispánica
1581: Coronación de Felipe II
1640: Inicio de la Guerra de la Independencia de Portugal
1668: Firma del Tratado de Lisboa, por la Monarquía Hispánica reconoce la soberanía portuguesa.
En Portugal se celebran las llamadas touradas por influencia española. En 1580, la Monarquía Hispánica se anexionó el Reino de Portugal bajo el reinado de Felipe II, quien introdujo las corridas en el país luso. Pese a la influencia española, las diferencias notables que existen entre ambos modelos de corridas son fundamentales para que los aficionados portugueses consideren la tourada un espectáculo folklórico genuinamente portugués muy exaltado como motivo de orgullo por los más nacionalistas. Sin embargo, la polémica relativa a la tauromaquia también cuenta con una larga tradición. En 1836, durante el reinado de María II, el Ministro del Reino, Passos Manuel, promulgó un decreto por el cual se prohibía la celebración de corridas de toros en todo el país:
“Considerando que as corridas de touros sâo um divertimento bárbaro e imprópio de Naçôes civilizadas, bem assim que semelhantes espectáculos server unicamente para habituar os homens ao crime e à ferocidades, e desejando eu remover todas as causas que posma impedir ou retardar o aperfeiçoamento moral da Naçâo Portuguesa, hei por bem decretar que de hora em diante fiquem proibidas em todo o Reino as corridas de touros”.
En la corrida portuguesa está prohibido picar y dar muerte al toro en la plaza. Esta es la principal diferencia entre corridas de toros española y portuguesa, y la principal razón por la que el aficionado español suele despreciar la tourada portuguesa.
La lidia portuguesa:
En el espectáculo portugués se muestran diferentes rasgos de crueldad, pero la tortura que reciben los toros se realiza en su mayoría de forma oculta. Igual que en España, se lidian seis toros por corrida y el objetivo de los tercios previos a la parte final es debilitar al toro cansándole y desangrándole, pero no para matarlo, sino para inmovilizarlo.
La plaza más importante es la Praça de Touros do Campo Pequeño, en Lisboa.
La tourada se desarrolla en tres tercios:
Lide a Cavalo
Lide a pé
A pega das caras
Tortura previa a la lidia
En Portugal los toros son lidiados con los cuernos cortados. El principio del calvario al que serán sometidos empieza con el corte de cuernos y la colocación de unos artilugios de cuero y hierro en los mismos, los cuales servirán para proteger a los caballos y sobretodo a los toreros. Esta práctica es conocida como “embolamento”.
El desarrollo de as touradas:
Lide a cavalo:
En el primer tercio, como en la corrida española, la lidia es caballo, pero a diferencia del picador español, el torero a caballo portugués (cavaleiro) no le clava la puya al toro, le clava banderillas (bandarilhas).
Durante la actuación del cavaleiro también hay algunos toreiros subalternos a pie, llamados banderilheiros, quiénes usan vestidos parecidos a los de los toreros de estilo español y que también usan capotes. Su función es intervenir si hay problemas y, sobretodo, atraer al toro.
En muchas ocasiones los caballos resultan heridos, especialmente, sufren hemorragias internas que les provocan la muerte.
Lide a pé:
En el segundo tercio, se torea a pie y con capa (muleta). El objetivo del torero es cansar al toro y clavarle un par de banderillas.
A cada toro, durante la corrida, se le clavarán seis banderillas, aunque existe la posibilidad de clavar más si el toro no llega suficientemente debilitado para la parte final de la corrida.
A pega das caras:
Para el aficionado portugués, este es el momento clímax de la tourada. Cuando el toro se encuentra herido por banderillas, cansado y debilitado debe enfrentarse a los forcados (os forcados), un grupo de 8 hombres que tratarán de inmovilizarlo sin ninguna protección, cuerpo a cuerpo. El forcado da cara (hombre que se lanzará sobre el toro), provoca al toro para que envista (pega de touros) y cuando el toro lo hace agarra la cabeza del animal, salta hacia el lomo del toro, para colocar su abdomen entre los cuernos. El resto de forcados agarran al animal por los costados y le tiran con fuerza del rabo. Esta práctica causa una media aproximada de un muerte humana por año y numerosos accidentes graves.
Los forcados logran su objetivo y son aplaudidos una vez el toro se arrodilla y no puede moverse. Este es el éxito de los forcados, su demostración de virilidad.
La retirada del toro:
Una vez terminada la pega das caras, los forcados se retiran de la arena. Entonces se abre un burladero para que el toro vea una salida. Se sueltan diez vacas para que circunvalen la arena y llamen la atención del toro. Con esta aparente posibilidad de escapar, el toro se levanta y sale por su propio pie de la plaza, rodeado de vacas. Este es el final “no trágico” de la tourada.
Este final pretende enmascarar el dolor del animal, ya que parte del publico cree que el toro volverá al campo con las vacas, olvidando que está gravemente herido por las banderillas que lleva clavadas en el lomo. Este final, sin dar muerte al toro, es el responsable del falso mito de “la corrida incruenta”.
Después de la tourada, los toros son enviados a un matadero donde se le sacrificará con pistola de pernos, pero antes, los toros pasarán por un verdadero infierno.
La tortura después del espectáculo:
Aparentemente, la corrida portuguesa no es tan perversa como la española, ya que la muerte del toro no forma parte de “la fiesta”.
Los toros, una vez retirados de la arena, son encerrados en un corral de la plaza donde les arrancarán las banderillas estando vivos. La extracción de las banderillas es muy dolorosa ya que estas están diseñadas para clavarse en la carne y no poder extraerse. Cuando una banderilla es arrancada, siempre desgarra y arranca trozos de carne. Si las banderillas están muy clavadas son retiradas cortando trozos de carne con una navaja.
Cuando las banderillas han sido arrancadas, el toro aún se encuentra más herido y sigue perdiendo sangre, ya que se le ha formado un verdadero cráter en el lomo, lo cual le causa un inmenso dolor.
El reglamento portugués establece que los toros de lidia no pueden ser matados en las plazas, deben ser trasladados a un matadero. Todos los toros de lidia deben ser sacrificados en el único matadero autorizado en todo el país para sacrificar toros de lidia, este se encuentra en la localidad de Santarém, a unos 100 kilometros al norte de Lisboa.
En Portugal, la mayoría de corridas se celebran en el sur, en localidades muy turísticas, sobretodo, en la provincia de Faro. Los toros que han sido sometidos al martirio de la lidia por ley deben ser trasladados en camión hasta el matadero de Santarém, independientemente de donde hayan sido toreados, con lo cual, cada año, unos 4.000 toros mal heridos son trasladados en camión durante horas hasta Santarém.
La mayoría de corridas se celebran en días festivos y fines de semana, por ello, el matadero está cerrado. Los toros, después de haber sido transportados durante horas mal heridos, en caso que no hayan muerto durante el camino, deben permanecer todavía más horas o inclusive días, hasta que no empiece la jornada laboral de los matarifes.
La ley establece que los toros deben ser sacrificados con pistola de pernos.
(...)
Un interesante trabajo de documental y de recopilación que explica la corrida a la portuguesa, y que desmiente su carácter compasivo e incruento.
La tourada portuguesa; el falso mito de corrida de toros incruenta.
http://www.liberaong.org/admin/_libera/imagenes/explotacion/43/0002312b.jpg
En Portugal se celebran las llamadas touradas, una variedad de corrida de toros con similitudes y diferencias notables con la corrida española, pero ambas son espectáculos de extrema crueldad hacia los animales.
Origen de las tradiciones taurinas en Portugal:
Datos históricos:
1580: Anexión del Reino de Portugal por la Monarquía Hispánica
1581: Coronación de Felipe II
1640: Inicio de la Guerra de la Independencia de Portugal
1668: Firma del Tratado de Lisboa, por la Monarquía Hispánica reconoce la soberanía portuguesa.
En Portugal se celebran las llamadas touradas por influencia española. En 1580, la Monarquía Hispánica se anexionó el Reino de Portugal bajo el reinado de Felipe II, quien introdujo las corridas en el país luso. Pese a la influencia española, las diferencias notables que existen entre ambos modelos de corridas son fundamentales para que los aficionados portugueses consideren la tourada un espectáculo folklórico genuinamente portugués muy exaltado como motivo de orgullo por los más nacionalistas. Sin embargo, la polémica relativa a la tauromaquia también cuenta con una larga tradición. En 1836, durante el reinado de María II, el Ministro del Reino, Passos Manuel, promulgó un decreto por el cual se prohibía la celebración de corridas de toros en todo el país:
“Considerando que as corridas de touros sâo um divertimento bárbaro e imprópio de Naçôes civilizadas, bem assim que semelhantes espectáculos server unicamente para habituar os homens ao crime e à ferocidades, e desejando eu remover todas as causas que posma impedir ou retardar o aperfeiçoamento moral da Naçâo Portuguesa, hei por bem decretar que de hora em diante fiquem proibidas em todo o Reino as corridas de touros”.
En la corrida portuguesa está prohibido picar y dar muerte al toro en la plaza. Esta es la principal diferencia entre corridas de toros española y portuguesa, y la principal razón por la que el aficionado español suele despreciar la tourada portuguesa.
La lidia portuguesa:
En el espectáculo portugués se muestran diferentes rasgos de crueldad, pero la tortura que reciben los toros se realiza en su mayoría de forma oculta. Igual que en España, se lidian seis toros por corrida y el objetivo de los tercios previos a la parte final es debilitar al toro cansándole y desangrándole, pero no para matarlo, sino para inmovilizarlo.
La plaza más importante es la Praça de Touros do Campo Pequeño, en Lisboa.
La tourada se desarrolla en tres tercios:
Lide a Cavalo
Lide a pé
A pega das caras
Tortura previa a la lidia
En Portugal los toros son lidiados con los cuernos cortados. El principio del calvario al que serán sometidos empieza con el corte de cuernos y la colocación de unos artilugios de cuero y hierro en los mismos, los cuales servirán para proteger a los caballos y sobretodo a los toreros. Esta práctica es conocida como “embolamento”.
El desarrollo de as touradas:
Lide a cavalo:
En el primer tercio, como en la corrida española, la lidia es caballo, pero a diferencia del picador español, el torero a caballo portugués (cavaleiro) no le clava la puya al toro, le clava banderillas (bandarilhas).
Durante la actuación del cavaleiro también hay algunos toreiros subalternos a pie, llamados banderilheiros, quiénes usan vestidos parecidos a los de los toreros de estilo español y que también usan capotes. Su función es intervenir si hay problemas y, sobretodo, atraer al toro.
En muchas ocasiones los caballos resultan heridos, especialmente, sufren hemorragias internas que les provocan la muerte.
Lide a pé:
En el segundo tercio, se torea a pie y con capa (muleta). El objetivo del torero es cansar al toro y clavarle un par de banderillas.
A cada toro, durante la corrida, se le clavarán seis banderillas, aunque existe la posibilidad de clavar más si el toro no llega suficientemente debilitado para la parte final de la corrida.
A pega das caras:
Para el aficionado portugués, este es el momento clímax de la tourada. Cuando el toro se encuentra herido por banderillas, cansado y debilitado debe enfrentarse a los forcados (os forcados), un grupo de 8 hombres que tratarán de inmovilizarlo sin ninguna protección, cuerpo a cuerpo. El forcado da cara (hombre que se lanzará sobre el toro), provoca al toro para que envista (pega de touros) y cuando el toro lo hace agarra la cabeza del animal, salta hacia el lomo del toro, para colocar su abdomen entre los cuernos. El resto de forcados agarran al animal por los costados y le tiran con fuerza del rabo. Esta práctica causa una media aproximada de un muerte humana por año y numerosos accidentes graves.
Los forcados logran su objetivo y son aplaudidos una vez el toro se arrodilla y no puede moverse. Este es el éxito de los forcados, su demostración de virilidad.
La retirada del toro:
Una vez terminada la pega das caras, los forcados se retiran de la arena. Entonces se abre un burladero para que el toro vea una salida. Se sueltan diez vacas para que circunvalen la arena y llamen la atención del toro. Con esta aparente posibilidad de escapar, el toro se levanta y sale por su propio pie de la plaza, rodeado de vacas. Este es el final “no trágico” de la tourada.
Este final pretende enmascarar el dolor del animal, ya que parte del publico cree que el toro volverá al campo con las vacas, olvidando que está gravemente herido por las banderillas que lleva clavadas en el lomo. Este final, sin dar muerte al toro, es el responsable del falso mito de “la corrida incruenta”.
Después de la tourada, los toros son enviados a un matadero donde se le sacrificará con pistola de pernos, pero antes, los toros pasarán por un verdadero infierno.
La tortura después del espectáculo:
Aparentemente, la corrida portuguesa no es tan perversa como la española, ya que la muerte del toro no forma parte de “la fiesta”.
Los toros, una vez retirados de la arena, son encerrados en un corral de la plaza donde les arrancarán las banderillas estando vivos. La extracción de las banderillas es muy dolorosa ya que estas están diseñadas para clavarse en la carne y no poder extraerse. Cuando una banderilla es arrancada, siempre desgarra y arranca trozos de carne. Si las banderillas están muy clavadas son retiradas cortando trozos de carne con una navaja.
Cuando las banderillas han sido arrancadas, el toro aún se encuentra más herido y sigue perdiendo sangre, ya que se le ha formado un verdadero cráter en el lomo, lo cual le causa un inmenso dolor.
El reglamento portugués establece que los toros de lidia no pueden ser matados en las plazas, deben ser trasladados a un matadero. Todos los toros de lidia deben ser sacrificados en el único matadero autorizado en todo el país para sacrificar toros de lidia, este se encuentra en la localidad de Santarém, a unos 100 kilometros al norte de Lisboa.
En Portugal, la mayoría de corridas se celebran en el sur, en localidades muy turísticas, sobretodo, en la provincia de Faro. Los toros que han sido sometidos al martirio de la lidia por ley deben ser trasladados en camión hasta el matadero de Santarém, independientemente de donde hayan sido toreados, con lo cual, cada año, unos 4.000 toros mal heridos son trasladados en camión durante horas hasta Santarém.
La mayoría de corridas se celebran en días festivos y fines de semana, por ello, el matadero está cerrado. Los toros, después de haber sido transportados durante horas mal heridos, en caso que no hayan muerto durante el camino, deben permanecer todavía más horas o inclusive días, hasta que no empiece la jornada laboral de los matarifes.
La ley establece que los toros deben ser sacrificados con pistola de pernos.
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