HDSVegan
21-oct-2009, 04:02
Encontre varios temas de nutricion en esta pagina y me parecieron interesantes y quizas alguien quiera leerlos.
Cuando la combustión de los alimentos no se lleva a cabo adecuadamente, aunque hayamos ingerido poca cantidad de comida, el resultado será un exceso de grasa, un bajo nivel de energía y un aumento de peso.
Control de peso y metabolismo
Para adelgazar no necesitas fuerza de voluntad sino información.
Hoy en día es raro encontrar una persona que no haya hecho algún tipo de régimen para adelgazar y que, por el contrario, no siga teniendo problemas de peso. Las enfermedades relacionadas con la obesidad, como son la hipertensión, diabetes, artritis y exceso de colesterol, entre otras, se han incrementado a pesar de que la gente se somete a nuevas dietas de adelgazamiento y consume los nuevos productos "light" bajos en grasas que aparecen cada día en el mercado. Sin embargo, nuestra sociedad sigue engordando.
Existen muchas razones por las cuales una persona puede presentar problemas de exceso de peso, desde un desequilibrio de las glándulas tiroides y/o suprarrenales, hasta problemas emocionales, pasando por una gran gama de causas como son la retención de líquidos, inactividad física, metabolismo lento, exceso de comida, exceso de acidez en la sangre, y otros.
Las dos causas más comunes del exceso de peso son
* El metabolismo lento.
* El desequilibrio entre las hormonas insulina y glucagón.
Antes de entrar a analizar estas dos causas, es importante, en primer lugar, que la persona evalúe realistamente cuál es su tipo de constitución y, en segundo, que lo asuma. Un individuo con una estructura ósea grande estará luchando contra él mismo si quiere conseguir el peso o la figura de una persona con una estructura ósea pequeña. Esto sólo le traerá angustia, insatisfacción y, posiblemente, problemas de salud por forzar su organismo en contra de su propia naturaleza.
Por otro lado, es importante que la báscula no se convierta en una obsesión. Hay que diferenciar entre un cuerpo delgado con un gran porcentaje de grasa y uno delgado con poca. Por ejemplo, una mujer delgada que mida 1,65 cms puede pesar 57 kilos y llevar una talla 40, pero puede que un gran porcentaje de su peso sea grasa. En cambio, la misma mujer, cuando pierde el exceso de grasa y recupera músculo, puede llegar a pesar 60 kilos y, sin embargo, llevar una talla 38. Por lo tanto, no es recomendable fiarse de la báscula.
Es fundamental entender que el objetivo no es perder peso, sin importar qué es lo que se pierde, sino perder grasa. El peso corporal se compone de muchos factores: contenido de agua, grasa, músculos, huesos, tendones, etc…
La mayoría de las dietas hipocalóricas consiguen que la persona pierda musculatura, más que grasa. La quema de músculo (proteína) deja unos residuos en el organismo que pueden causar malestar general, cansancio y un sinfín de síntomas. Por otro lado, como consecuencia de dicha pérdida, aumenta la proporción de grasa en comparación con la musculatura. Cuanta más grasa hay en el cuerpo, más lento funciona el metabolismo. Esto es debido a que el tejido graso es muy perezoso, en comparación con el tejido muscular que es, por el contrario, metabólicamente muy activo.
En mi opinión, creo que la mejor forma de obtener un peso sano es olvidándonos de las dietas para adelgazar y, por el contrario, aprendiendo a comer sanamente. Recordemos que cada célula de nuestro organismo está compuesta de carbohidratos, proteínas, ácidos grasos, vitaminas, minerales y agua. Por lo tanto, una buena alimentación nos ayudará a crear unas células sanas, y por consiguiente, un cuerpo equilibrado. Un organismo sano no tiene problemas de peso, puesto que ante todo sabe instintivamente lo que debe comer y en qué cantidades, y segundo sabe hacer uso perfecto de la comida, metabolizándola correctamente y produciendo un óptimo nivel de energía.
Metabolismo lento
Cuando la combustión de los alimentos no se lleva a cabo adecuadamente, aunque hayamos ingerido poca cantidad de comida, el resultado será un exceso de grasa, un bajo nivel de energía y un aumento de peso.
En general, el enfoque convencional para perder peso se basa en la relación entre las calorías que entran en el cuerpo (a través de la comida) y las que salen (a través del ejercicio). O sea, si comemos más de lo que quemamos, engordamos. De alguna forma, esto es cierto. Sin embargo ¿por qué hay personas que aún comiendo poco engordan a pesar de hacer ejercicio, y en cambio, otras pueden comer las cantidades que deseen, mantener un peso estable y sin necesidad de moverse del sofá? Si la ecuación de las calorías fuese tan simple como parece, perder peso sería una tarea fácil. Si cada día dejamos de comer 200 calorías (lo equivalente a unos 25 gr de grasa), cada año perderíamos unos 9 kilos, y al cabo de 7 ú 8 años habríamos desaparecido. La razón por la que esto no ocurre es gracias al metabolismo.
El metabolismo se podría definir como la suma de todos los cambios químicos que ocurren en el cuerpo para mantenernos vivos. Cuando abastecemos al cuerpo de oxígeno, agua, combustible y todos los nutrientes esenciales que requiere, las células del organismo pueden cumplir eficientemente su trabajo de mantenernos vivos, sanos y con un peso ideal. La eficiencia con la cual el metabolismo trabaja determina con qué facilidad ganamos o perdemos peso.
El cuerpo quema un combustible llamado glucosa (la forma más simple de energía que se extrae de los carbohidratos que ingerimos) para producir energía. La glucosa puede quemarse para producir energía o, por el contrario, ser convertida en grasa y guardada en el organismo. Cuando la glucosa ha sido quemada eficientemente existen pocas probabilidades de que ésta se convierta en grasa. Cuando, por el contrario, la combustión de los alimentos no se lleva a cabo adecuadamente, aunque hayamos ingerido poca cantidad de comida, el resultado será un exceso de grasa y un bajo nivel de energía.
Para que el metabolismo funcione bien y la combustión de la glucosa se lleve a cabo eficientemente, es de vital importancia la presencia de enzimas. Éstas son un tipo especial de moléculas de proteína responsables de los cambios químicos del organismo. Existen miles de enzimas en nuestro cuerpo y cada una de ellas desempeña una función específica en el metabolismo. Una pequeña enzima puede actuar en rápida sucesión en millones de moléculas, acelerando las reacciones químicas del metabolismo, y, a su vez, lubricando la maquinaria metabólica de nuestras células.
Cuando la combustión de los alimentos no se lleva a cabo adecuadamente, aunque hayamos ingerido poca cantidad de comida, el resultado será un exceso de grasa, un bajo nivel de energía y un aumento de peso.
Control de peso y metabolismo
Para adelgazar no necesitas fuerza de voluntad sino información.
Hoy en día es raro encontrar una persona que no haya hecho algún tipo de régimen para adelgazar y que, por el contrario, no siga teniendo problemas de peso. Las enfermedades relacionadas con la obesidad, como son la hipertensión, diabetes, artritis y exceso de colesterol, entre otras, se han incrementado a pesar de que la gente se somete a nuevas dietas de adelgazamiento y consume los nuevos productos "light" bajos en grasas que aparecen cada día en el mercado. Sin embargo, nuestra sociedad sigue engordando.
Existen muchas razones por las cuales una persona puede presentar problemas de exceso de peso, desde un desequilibrio de las glándulas tiroides y/o suprarrenales, hasta problemas emocionales, pasando por una gran gama de causas como son la retención de líquidos, inactividad física, metabolismo lento, exceso de comida, exceso de acidez en la sangre, y otros.
Las dos causas más comunes del exceso de peso son
* El metabolismo lento.
* El desequilibrio entre las hormonas insulina y glucagón.
Antes de entrar a analizar estas dos causas, es importante, en primer lugar, que la persona evalúe realistamente cuál es su tipo de constitución y, en segundo, que lo asuma. Un individuo con una estructura ósea grande estará luchando contra él mismo si quiere conseguir el peso o la figura de una persona con una estructura ósea pequeña. Esto sólo le traerá angustia, insatisfacción y, posiblemente, problemas de salud por forzar su organismo en contra de su propia naturaleza.
Por otro lado, es importante que la báscula no se convierta en una obsesión. Hay que diferenciar entre un cuerpo delgado con un gran porcentaje de grasa y uno delgado con poca. Por ejemplo, una mujer delgada que mida 1,65 cms puede pesar 57 kilos y llevar una talla 40, pero puede que un gran porcentaje de su peso sea grasa. En cambio, la misma mujer, cuando pierde el exceso de grasa y recupera músculo, puede llegar a pesar 60 kilos y, sin embargo, llevar una talla 38. Por lo tanto, no es recomendable fiarse de la báscula.
Es fundamental entender que el objetivo no es perder peso, sin importar qué es lo que se pierde, sino perder grasa. El peso corporal se compone de muchos factores: contenido de agua, grasa, músculos, huesos, tendones, etc…
La mayoría de las dietas hipocalóricas consiguen que la persona pierda musculatura, más que grasa. La quema de músculo (proteína) deja unos residuos en el organismo que pueden causar malestar general, cansancio y un sinfín de síntomas. Por otro lado, como consecuencia de dicha pérdida, aumenta la proporción de grasa en comparación con la musculatura. Cuanta más grasa hay en el cuerpo, más lento funciona el metabolismo. Esto es debido a que el tejido graso es muy perezoso, en comparación con el tejido muscular que es, por el contrario, metabólicamente muy activo.
En mi opinión, creo que la mejor forma de obtener un peso sano es olvidándonos de las dietas para adelgazar y, por el contrario, aprendiendo a comer sanamente. Recordemos que cada célula de nuestro organismo está compuesta de carbohidratos, proteínas, ácidos grasos, vitaminas, minerales y agua. Por lo tanto, una buena alimentación nos ayudará a crear unas células sanas, y por consiguiente, un cuerpo equilibrado. Un organismo sano no tiene problemas de peso, puesto que ante todo sabe instintivamente lo que debe comer y en qué cantidades, y segundo sabe hacer uso perfecto de la comida, metabolizándola correctamente y produciendo un óptimo nivel de energía.
Metabolismo lento
Cuando la combustión de los alimentos no se lleva a cabo adecuadamente, aunque hayamos ingerido poca cantidad de comida, el resultado será un exceso de grasa, un bajo nivel de energía y un aumento de peso.
En general, el enfoque convencional para perder peso se basa en la relación entre las calorías que entran en el cuerpo (a través de la comida) y las que salen (a través del ejercicio). O sea, si comemos más de lo que quemamos, engordamos. De alguna forma, esto es cierto. Sin embargo ¿por qué hay personas que aún comiendo poco engordan a pesar de hacer ejercicio, y en cambio, otras pueden comer las cantidades que deseen, mantener un peso estable y sin necesidad de moverse del sofá? Si la ecuación de las calorías fuese tan simple como parece, perder peso sería una tarea fácil. Si cada día dejamos de comer 200 calorías (lo equivalente a unos 25 gr de grasa), cada año perderíamos unos 9 kilos, y al cabo de 7 ú 8 años habríamos desaparecido. La razón por la que esto no ocurre es gracias al metabolismo.
El metabolismo se podría definir como la suma de todos los cambios químicos que ocurren en el cuerpo para mantenernos vivos. Cuando abastecemos al cuerpo de oxígeno, agua, combustible y todos los nutrientes esenciales que requiere, las células del organismo pueden cumplir eficientemente su trabajo de mantenernos vivos, sanos y con un peso ideal. La eficiencia con la cual el metabolismo trabaja determina con qué facilidad ganamos o perdemos peso.
El cuerpo quema un combustible llamado glucosa (la forma más simple de energía que se extrae de los carbohidratos que ingerimos) para producir energía. La glucosa puede quemarse para producir energía o, por el contrario, ser convertida en grasa y guardada en el organismo. Cuando la glucosa ha sido quemada eficientemente existen pocas probabilidades de que ésta se convierta en grasa. Cuando, por el contrario, la combustión de los alimentos no se lleva a cabo adecuadamente, aunque hayamos ingerido poca cantidad de comida, el resultado será un exceso de grasa y un bajo nivel de energía.
Para que el metabolismo funcione bien y la combustión de la glucosa se lleve a cabo eficientemente, es de vital importancia la presencia de enzimas. Éstas son un tipo especial de moléculas de proteína responsables de los cambios químicos del organismo. Existen miles de enzimas en nuestro cuerpo y cada una de ellas desempeña una función específica en el metabolismo. Una pequeña enzima puede actuar en rápida sucesión en millones de moléculas, acelerando las reacciones químicas del metabolismo, y, a su vez, lubricando la maquinaria metabólica de nuestras células.