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Ver la versión completa : Entrevista a José Enrique Zaldívar.



Snickers
04-oct-2009, 15:46
Este hilo se lo dedico al New York Times



http://www.ellibrepensador.com/2009/10/01/jose-enrique-zaldivar-veterinario-y-miembro-de-la-asociacion-de-veterinarios-abolicionistas-de-la-tauromaquia-avat/


Entrevista a José Enrique Zaldívar. Veterinario y miembro de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVAT)

http://www.ellibrepensador.com/wp-content/uploads/2009/10/zaldivar-300x200.jpg


¿No cree Sr. Zaldívar, que el posicionarse como abolicionista de la tauromaquia es políticamente incorrecto en este país?



No creo que sea políticamente incorrecto, aunque evidentemente dependerá de en qué ambientes te manifiestes como tal. En la actualidad se está llevando el debate a un terreno que no me agrada. Los taurinos nos están acusando de que, un movimiento que en el fondo lo único que busca es el respeto a la vida de un animal, el toro de lidia, está siendo manipulado y manejado por algunas tendencias nacionalistas. Argumentan que el único fin que se persigue es acabar con una tradición española o por decirlo de otra manera con un símbolo patrio. Cuando me inicié en la militancia abolicionista con la creación de AVAT, hubo quién me comentó, a raíz de mi comparecencia en el Parlamento Europeo de Bruselas, que tuviera mucho cuidado con mis compañeros de viaje, en clara referencia a lo que he comentado anteriormente. La verdad es que, el gran paso que se puede dar si se consigue una votación favorable a la iniciativa de PROU en el Parlamento Catalán, va a reabrir este debate. Yo quiero dejar claro, que desde nuestra asociación estamos en contra de cualquier espectáculo taurino, por lo que, en el hipotético caso de que se consiga la abolición de las corridas de toros en la Comunidad Autónoma de Cataluña, exigiremos que el siguiente paso sea acabar con los Bous al Carrer en todas las poblaciones catalanas. Para mí no tendría ningún sentido acabar con una manifestación taurina, la lidia, y mantener las otras. Algo parecido puede ocurrir en Galicia, en caso de que se pusiera en marcha una iniciativa similar, y se mantuviera la tradición de rapa das bestas, aunque ésta no tenga nada que ver con el tema que estamos tratando. No creo que se sea menos español, asunto que en mi caso tiene escasa relevancia, por militar en el lado antitaurino, aunque no voy a negar que la tauromaquia esté rodeada de un halo de nacionalismo rancio y patriotero.



¿Se refiere a que el simbolismo acerca del toro que está impregnado en muchos estamentos de nuestro país?



Claro. El toro de lidia es un emblema español que todavía paseamos por el mundo entero como un símbolo de nuestro país. Hace muy poco, en la cadena televisiva Cuatro, se presentaba el desafío que tiene el F.C Barcelona esta temporada: los seis títulos a los que aspira este equipo de fútbol eran presentados como seis toros a los que tendrá que lidiar, y sus jugadores se presentaban como los toreros que tenían que intervenir en la hipotética corrida futbolera. Evidentemente, se trata de un canal de televisión que pertenece a un grupo empresarial que se ha decantado claramente por el lobby taurino, y tienen que hacer publicidad de ello. También recuerdo una eliminatoria de la Copa Davis en la que participó España, que se celebró en el año 2008 en la plaza de toros de Las Ventas, y en la que el comentarista de TVE parecía que estuviera retransmitiendo una lidia en vez de un partido de tenis, y nuestros tenistas se permitieron el lujo de celebrar el triunfo con unos pases de muleta en la cancha de juego. En el deporte del baloncesto se ha utilizado muchas veces el símbolo del toro para representar a nuestro equipo nacional. Sin ir muy lejos, la mascota del Europeo de baloncesto celebrado en nuestro país en el año 2007, era un toro que recibió el nombre de Bravo; una idea de gran originalidad, sin duda alguna. Sé que en el vestuario del equipo de baloncesto de Real Madrid, cuya cancha es el Palacio de Vista Alegre, hay una bandera española con la silueta del toro colgada de la pared. Creo que eliminar del léxico habitual todos estos términos relacionados con la tauromaquia y la denostada bravura del toro de lidia como símbolo de la entrega y el pundonor de nuestros deportistas, será un paso más para acabar con esta cruenta tradición. Es curioso que se acuse a los antiespecistas del uso antropológico de los animales otorgándoles aspectos biológicos y sociales del ser humano, y que luego se haga ostentación de las discutibles características de un animal para hacer de él un símbolo de lo machos y valientes que somos. A algunos, estos comentarios les podrán parecer nimiedades, pero para mí dicen mucho sobre el uso y abuso que hace de ellos, para mantener el atavismo del que envuelven de forma premeditada al toro de lidia, y las tradiciones.



Hablemos del famoso estudio del profesor Juan Carlos Illera acerca del dolor del toro durante la lidia.



Ya lo he comentado en alguna ocasión. La argumentación del mundo taurino nunca había dado un paso tan atrevido. Como veterinario nunca habría pensado que fueran capaces de sacarse de la chistera una justificación así, envolviéndola en estudios “pseudocientíficos”. No me cabe la menor duda de que hay importantes intereses en que el público en general se crea que en realidad la lidia no supone para el toro un gran dolor y un gran sufrimiento cómo ha manifestado el profesor Juan Carlos Illera. Lo que más me ha llamado la atención es que desde las altas instancias de nuestra profesión (Consejo General de Colegios Veterinarios de España, los propios Colegios Veterinarios Provinciales, y las numerosas Facultades de Veterinaria que pueblan nuestra geografía, así como las Asociaciones Profesionales Veterinarias), nadie haya cuestionado semejante afirmación. Lo que me parece aún más grave es que nuestra Asociación haya sido boicoteada en todos estos estamentos: han sido muchos los correos y peticiones que hemos realizado para que en sus medios de comunicación se hicieran eco de nuestra existencia, y salvo la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC), y el Colegio de Veterinarios de Bizkaia, ninguno ha informado a sus colegiados y asociados de que existimos, y de que cualquier veterinario puede pertenecer a AVAT. Tampoco voy a obviar que muchos de los Colegios Veterinarios de España, y facultades han cedido sus tribunas y programado conferencias para que el estudio tuviera la máxima difusión.



La semana pasada en el debate que se celebró en el Senado sobre los espectáculos que reciben la calificación de interés turístico el senador del PP, señor Márquez, que es secretario tesorero de la Asociación de Parlamentarios Taurinos, y que suele estar presente en muchos actos que se organizan para defender la tauromaquia, hacía referencia a los estudios del profesor Illera, como un método objetivo de justificar estos actos de maltrato animal. Se refería al hecho de que este profesor lleva más de ¡veinte años! estudiando el maltrato animal. Si le digo la verdad es la primera noticia que tengo al respecto, pero es una prueba más de lo interesados que están los taurinos en que se difundan sus estudios sobre el toro de lidia. Evidentemente, no dijo que existe una asociación como la nuestra (formada por setenta veterinarios) que mantiene una seria discrepancia con esas conclusiones, discrepancias que son explicadas y razonadas con estudios que si han sido publicados en revistas científicas.



Pero en ese estudio se habla de la capacidad del toro para superar el dolor que se le provoca en un 90%.



Lo que puedo añadir al respecto es que ninguna revista científica se ha hecho eco de dicho estudio. Me refiero a revistas en las que existen comités científicos que analizan con rigor lo que van a publicar y que, por tanto, actúan como filtro para que lo que vea la luz en sus publicaciones sea rigurosamente cierto. El que medios taurinos como 6 toros 6, lo haya publicado, o el que en las secciones taurinas de El Mundo, ABC o La Razón se lo hayan hecho llegar a sus lectores, no significa que dicha afirmación pueda ser tenida en cuenta. Indiscutiblemente, al mundo taurino, cada vez más cuestionado, y que cada día cuenta con menos adeptos, le ha venido muy bien que determinados medios de comunicación hayan hablado y escrito sobre ello. Le puedo decir que entre los puristas taurinos esta afirmación ha provocado una sonora carcajada, y conozco unos cuantos médicos y veterinarios aficionados a la fiesta a los que les ha provocado la misma reacción. Afortunadamente en algunas cadenas de televisión y radios se nos ha permitido expresar nuestra opinión, y también hemos estado presentes en algunas facultades de España. Evidentemente, todavía no hemos recibido invitación para expresarnos en Colegios ni Facultades de Veterinaria.



¿Alguien me puede explicar cómo se sabe que el toro supera el dolor en un 90%? ¿Por qué no en un 10%, en un 30%, en un 50%? ¿Qué fundamento científico hay que sirva cuantificar dicho porcentaje? ¿Con respecto a qué especie se está comparando? ¿Algún otro animal ha sido lidiado para poder hacer un estudio comparativo?



¿Por qué el toro sí sufre, entonces?



La respuesta es bastante sencilla: porque es un mamífero con un sistema neuroendocrino perfectamente desarrollado. En el estudio al que usted ha hecho referencia anteriormente se han cometido graves errores en cuanto al protocolo seguido en el desarrollo del estudio y en cuanto a la interpretación de los resultados, y lo que es más grave: se han ocultado hechos científicos ampliamente demostrados que lo echan por tierra.

Snickers
04-oct-2009, 15:47
¿A qué se refiere?



Antes de seguir con la explicación me gustaría hacer una puntualización importante: se ha hablado de que a los toros analizados se les habían implantado unos microchips para obtener muestras de sangre durante el desarrollo de la lidia. No existen en el mundo científico dichos “artilugios”, y por tanto es rigurosamente falso. Yo leí en una ocasión en algún medio que el profesor Illera hacía esa afirmación, y también salió publicado en un periódico de tirada nacional. He estado indagando y buscando en internet aquellas declaraciones de Illera, y misteriosamente han desaparecido.



¿Y qué daños le produce la lidia?



Lo que afortunadamente está y puede ser comprobado, son los profundos daños anatómicos que las diferentes suertes de la lidia provocan en el toro. Estos daños, estudiados por veterinarios de la facultad de Córdoba a petición de la Unión de Criaderos del Toro de Lidia, hablan de roturas de estructuras vertebrales, de sección de nervios espinales, de hemorragias en el interior del canal medular, de lesiones del plexo braquial (centro nervioso que se ocupa de la inervación de las extremidades anteriores del toro), de grandes hemorragias en los músculos que participan en la locomoción del animal, de perforaciones de la pleura que provocan neumotórax y por tanto insuficiencia respiratoria, de fracturas de costillas, y de pérdidas de sangre del hasta el 18% del volumen sanguíneo. Todo lo anterior está relacionado con el uso de la puya, instrumento cortante de 8.7 cm, capaz de penetrar en la zona dorsal del toro entre 20 y 30 cm. Alguno se extrañará de cómo un instrumento que mide 8.7 cm y que tiene un tope, puede penetrar más de lo que sus dimensiones deberían permitir. Que no se extrañen, es así.



¿Y en cuanto a la estocada?



La estocada debería seccionar la vena cava caudal y lesionar la arteria aorta posterior, pero la realidad indica que es capaz de lesionar el lóbulo apical pulmonar derecho, traspasar el diafragma, perforar la panza y a veces el hígado, y en otras ocasiones (en toros brevilineos) romper el corazón del animal. Todo ello va a provocar grandes hemorragias en la cavidad torácica, haciendo que la sangre pase de pulmón a bronquios, llegue a la tráquea, y salga por la boca y la nariz del toro. En otras ocasiones esa profusa hemorragia no saldrá al exterior, sino que inundará la cavidad torácica del toro, que se ahogará en su propia sangre. En otras ocasiones seccionará ramas nerviosas de los nervios espinales dorsales provocando la desconexión nerviosa de la caja torácica que hará que el animal muera en una lenta asfixia. Después de toda esta sangría: ¿se puede afirmar que el toro no sufre?



Pero esto no termina aquí, tras la estocada todavía falta el descabello y la puntilla.



Exacto. Aún queda el descabello y la puntilla cuya misión es seccionar la médula espinal a nivel del primer espacio intervertebral, que junto a las lesiones nerviosas apuntadas por el uso de la puya echan por tierra el estudio del profesor Illera.



Cuando tuve constancia de la aparición del estudio, estuve durante bastante tiempo buscando datos científicos, publicados en revistas científicas, que me sirvieran para entender si dichas afirmaciones podían tener cierta consistencia, y fruto de esta investigación, hice pública una revisión bibliográfica en la que quedaba claro que no podía ser tenido en cuenta.

En el estudio al que estamos haciendo referencia se dice que el toro se va adaptando a la lidia, y que es capaz de controlar el estrés que ésta le provoca. Dicha afirmación se basa en la medición de los niveles de cortisol (hormona que sirve como indicadora del estrés) y que es descargada por una glándula que recibe el nombre de suprarrenal por su proximidad a los riñones. Curiosamente los niveles de dicha hormona en los toros analizados después de ser sacrificados en la plaza, eran, según el estudio, inferiores a los que presenta un toro que es transportado, por lo que se concluía que, una lidia estresa menos a un toro que un viaje en un camión.



En este razonamiento “pseudocientífico” se comete un grave error, que es conocido por la ciencia médica hace tiempo y que explicaría la razón de que los niveles de cortisol en el toro muerto tras la lidia sean menores de los esperados. Los párrafos que se pueden leer a continuación, figuran en una tesis doctoral realizada en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid en el año 2002. En ella se dice:



“Para que ocurran ciertas respuestas endocrinas, cómo la que media la liberación de cortisol, es necesario que estén intactos el estímulo neuronal y la transducción de la señal al sistema nervioso central. La respuesta a estímulos nociceptivos requiere VÍAS NEURONALES INTACTAS. El dolor actúa como estímulo del sistema neuroendocrino. Los estímulos nociceptivos NO ACTIVAN la respuesta hormonal (lo que ha medido el profesor Illera) a menos que estén intactas las vías neuronales. La respuesta puede AMORTIGUARSE o evitarse por LESIONES NEURONALES O DE LA MÉDULA ESPINAL”.

Para hacer inteligible lo expresado anteriormente, te diré que la nocicepción es el proceso neuronal mediante el que se codifican y procesan los estímulos nocivos. Esta actividad se inicia en los nociceptores que son los receptores del dolor. Una vez estimulado, un nociceptor transmite una señal a través de la médula espinal al cerebro que emitirá la respuesta pertinente.



La razón de que explique todo este “rollo” es para que se entienda que los valores de cortisol, y por tanto la respuesta al estrés en el toro durante la lidia, que ha quedado plasmada en el estudio, carece de validez al no haberse tenido en cuenta las numerosas lesiones de estructuras nerviosas que se le provocan al animal, lesiones que tienen su máxima expresión con la sección o corte de la médula espinal.

No olvidemos que los niveles de cortisol han sido determinados en su mayoría en toros muertos, y que por tanto no podemos hablar de estudio neuroendocrino durante la lidia, sino mucho después de que ésta haya finalizado, que es cuando se ha procedido las extracciones de sangre para medir los niveles hormonales. De ahí viene la invención de la colocación de los microchips, que hubiera permitido, según cuentan, la toma de muestras de sangre para su posterior análisis a lo largo de toda la corrida, es decir, que habría permitido un estudio seriado. Curiosamente, en el estudio, se nos dice que los máximos niveles de cortisol fueron detectados en toros que habían sido devueltos a los corrales antes de pasar por la suerte de varas, es decir, que no habían sufrido ninguna lesión neurológica, a excepción de aquellas que podría haber provocado la colocación de la divisa. Se concluía que estos toros, intactos, habían sufrido un gran estrés.

¿Hay algún otro error en el estudio?

Sí. En las propiedades mágicas que se les ha atribuido a unas sustancias que al parecer el toro descarga en grandes cantidades durante la lidia y que reciben el nombre de endorfinas. Se nos quiere hacer creer que gracias a ellas, el toro neutraliza el dolor que se le está provocando. Por lo menos se reconoce que hay dolor, que ya es algo. Aquí también se han obviado datos científicos perfectamente contrastados. Por ejemplo: no se dice que las endorfinas se producen cuando hay hemorragias (cosa que es evidente en la lidia) para restablecer el volumen de sangre circulante, cuando hay que proporcionar sustratos de energía (no olvidemos que la lidia provoca un gran desgaste físico en el toro), cuando hay un shock neurogénico, cuando hay taquicardia e hipotensión, y cuando hay trastornos de ventilación cardiopulmonar (no hay más que observar la respiración del toro durante la corrida), y curiosamente también aumentan de forma considerable con el estrés. ¿Se me puede explicar por qué unas hormonas que nos sirven para cuantificar el estrés están por debajo de los valores esperados (cortisol) y otras, las endorfinas, que también son indicadoras de éste, están elevadísimas? Añadiré que los precursores hormonales que darán lugar a las descargas de cortisol son exactamente los mismos que darán lugar a las descargas de endorfinas. Yo sé la respuesta a este misterio, pero estoy esperando a que el autor del estudio la conteste.

Snickers
04-oct-2009, 15:48
¿Hay algún estudio que afirme que las endorfinas neutralizan el dolor?



Ninguno. Independientemente de las cantidades en que sean descargadas, pero sí podrás leer muchos en los que se dice que sirven para medirlo y cuantificarlo. Quiero decir que a mayor concentración de endorfinas en sangre, mayor es el dolor que se ha padecido. Hay estudios científicos que indican que las mujeres que tuvieron partos más dolorosos eran aquellas que más endorfinas habían descargado a lo largo de él. Ya hay estudios sobre acupuntura, terapia que basa sus efectos analgésicos en las descargas de endorfinas que provocan la colocación de las agujas, que niegan esta circunstancia, y que hablan más bien de un efecto placebo con un fuerte componente emocional. Lo comento porque recientemente, un veterinario venezolano, que también es ganadero, afirmaba que podíamos comparar los efectos que producen las puyas con los efectos que producen las agujas de acupuntura. Y se ha quedado tan ancho después de largar semejante aberración.



Afirmar que el toro de lidia produce diez veces más endorfinas que un ser humano, es no decir absolutamente nada, ya que nunca sabremos la cantidad de dichas sustancias que seríamos capaces de producir si se nos sometiera a una hipotética lidia, aunque estoy seguro de que las produciríamos en grandes cantidades. Ya que el profesor Illera se ha preocupado de analizar los niveles de cortisol que producen los toreros durante la lidia, podía haber aprovechado su sangre para medir las endorfinas que producen aquellos que han sido corneados por un toro. Quiero dejar claro que este comentario no supone un menosprecio hacía ellos. No soy de los que se alegran cuando un torero es corneado por un toro, aunque evidentemente muchas profesiones tienen sus riesgos, y ésta es una de ellas.



A finales de octubre se celebrará en Zafra, el IX Symposium del Toro de Lidia. Dentro de las ponencias que se van a presentar hay una que se titula: “nuevos avances en la investigación del dolor en el toro de lidia” que será presentada por el profesor Illera. Estoy ansioso por saber lo que comentará al respecto, pero seguro que hablará de las endorfinas. Con anterioridad, en el VII Symposium que se celebró en la misma localidad, presento otra ponencia con el título: ” Neurofisiología del estrés y síndrome de adaptación en el bovino de lidia”.



Cambiando un poco de tema. Los taurinos se escudan en la tradición, entendida como una costumbre que se transmite de generación en generación con el único fin de preservarla, para justificar la tortura de animales en un sinfín de lugares de España. ¿La ética y la tradición están reñidas?



No creo que los conceptos tradición y ética estén reñidos, pero no debemos olvidar que la ética es un concepto totalmente subjetivo. Es evidente que podemos respetar un sinfín de costumbres que tienen mucho arraigo en los numerosos pueblos que forman parte de nuestra geografía, pero debemos erradicar todas aquellas que hacen uso de los animales, que son utilizados como meros objetos de diversión. El trabajo a desarrollar es bastante complicado, porque hacer entender a una parte importante de los ciudadanos que todos estos seres vivos tienen la capacidad de sentir, y por tanto de sufrir, no es tarea fácil. Mucha gente se imagina o piensa que el que un toro pesa 500 o más kilos le exime de esa capacidad. Incluso los hay que ni se lo plantean. Piensan que colocar bolas de fuego en sus cuernos, perseguirles por el campo hasta darles muerte con lanzas, hacer que se tiren al mar huyendo aterrados por un medio hostil que les rodea, o hacerles correr por calles empedradas, forma parte del derecho de la especie humana a someterlos a nuestro libre albedrío, y que han nacido para cumplir esa función. Lo cierto es que gracias a mi profesión he observado que desde hace años los sentimientos de la mayoría de la gente han cambiado, pero me sigue resultando chocante que esa entrega y cariño que una gran parte de la humanidad desarrolla hacía los animales de compañía, no se traslade a otras especies. Creo que aquí, el apego, el dar y recibir cariño, el sentir que ese animal depende de nuestras atenciones y cuidados, y que no pide nada a cambio para hacernos sentir bien, juega un importante papel.

Nuestros políticos dictan normas, pero no existen campañas de concienciación ciudadana en las que expliquen con meridiana claridad estos conceptos. Para mí sería de vital importancia dedicar una pequeña parte de los programas educativos en los centros de enseñanza a tratar esta problemática.

¿Se refiere a que educando a las nuevas generaciones en valores de respeto hacia cualquier ser vivo llegaría a erradicarse este tipo de festejos que embrutecen la cultura de un país civilizado?



Es evidente. Las nuevas generaciones deben ser educadas en el respeto a la vida del resto de los animales que pueblan nuestro planeta. Todos sabemos que existen muchos animales que son sacrificados en los mataderos a diario y de los que obtenemos muchos de los alimentos que nos llevamos a la boca todos los días, pero también se debería saber que muchos de ellos son explotados en condiciones deplorables, y por qué no decirlo, que son sacrificados sin guardar los mínimos principios éticos y morales. En este aspecto las normativas europeas son cada vez más exigentes, y tienen como fin que ese momento, el de la muerte de un animal en un matadero, sea lo menos cruel y doloroso para ellos.

Además, existe una diversificación dentro del Reino Animal, que hace que unos animales sean contemplados y tratados de una manera, y otros de otra. Cómo comentaba antes, la cercanía o el apego que se pueda tener de unos y de otros, hace que cambie de forma radical nuestro comportamiento y consideración hacia ellos. Aún así, por lo que respecta a los animales de compañía, y me refiero especialmente al perro y al gato, queda todavía un largo camino por recorrer con respecto a algunos países de la UE, que tienen una cultura mucho más desarrollada en este aspecto.

No hay más que echar un vistazo a las enormes cifras de animales abandonados, y a los impresionantes esfuerzos altruistas de los trabajan en protectoras y asociaciones animalistas para mantener a todos estos animales en unas mínimas condiciones de calidad de vida.

La existencia en muchos hogares de animales catalogados como exóticos (iguanas, serpientes, determinadas aves que no han nacido en cautividad, urones, tortugas, monos, ardillas…) tampoco parece indicar que se estén haciendo las cosas demasiado bien.

Lo circos con animales son otro de los frentes de batalla que deberíamos considerar seriamente, y conseguir que el público en general no acudiera a estos espectáculos con sus hijos, así como la existencia de zoos en que las condiciones de vida de los animales dejan mucho que desear. Hay que acabar con todo esto a través de leyes y normativas, y el que las incumpla que pague las consecuencias.

En cuanto a la asistencia de nuestros jóvenes a los festejos que como bien dices embrutecen la cultura de nuestro país, creo que hay un componente que no podemos pasar por alto, y es el carácter festivo en que se envuelven. Son las fiestas de los pueblos, en las que se baila, se bebe, se ríe, se come, y se organizan otro tipo de actividades paralelas, y en ése todo, entran los festejos taurinos típicos de cada localidad. Muchos de los que acuden a ellos no lo hacen por la existencia de estos espectáculos con animales, sino que participan en ellos porque están ahí, con todo lo demás. Estoy seguro de que muchos de los que acuden a las manifestaciones populares que se dan a lo largo y ancho de nuestra geografía, no los echarían de menos. Otra cosa son aquellos que, como el Toro de la Vega, Coria, Benavente o Galápagos, por poner algún ejemplo, tienen una profunda raigambre en las poblaciones en las que se celebran.



Son los mismos que afirman que sienten amor por el toro.



Me resulta difícil entenderlo, pero esto al fin y al cabo no es más que un negocio. Lo del amor al toro, visto lo visto, es un chiste de mal gusto. El hecho de que los taurinos manifiesten un profundo desconocimiento de las graves lesiones anatómicas y de las grandes alteraciones fisiológicas que sufren los toros durante la lidia, durante los espectáculos taurinos que les sirven de diversión, me hace pensar que su supuesto amor al toro, del que tanto alardean, no es más que un ejercicio de hipocresía. He podido constatar este hecho en algunos debates de radio y televisión en los que he intervenido.

Snickers
04-oct-2009, 15:48
¿Por qué se empeñan en propagar a los cuatro vientos que si desaparece la tauromaquia desaparecería el toro de lidia, cuando éste no se trata de una especie? ¿Mienten o manipulan?



Éste es un debate que se mantiene entre los propios taurinos. Evidentemente, el toro de lidia no es una especie, y para mí, tampoco es una raza, pese a que se presuma que es una selección artificial que se remonta a siglos. Se dice que el toro de lidia español es un descendiente del uro, y tal vez, el único representante actual de esta especie de bóvido. Del mismo modo, podemos decir que se ha demostrado una relación estrecha entre el uro y las vacas domésticas. De hecho, el uro ha quedado clasificado como una subespecie, la del Bos Taurus Primigenius. Algunos investigadores caracterizan al toro como un Uro degenerado, cuyo tamaño se ha reducido por la domesticidad completa de las razas domesticas, o a la incompleta, que es propia de las razas bravas.

Se dice que el origen de la primera forma de cría del uro (Bos primigenius) se produce al ser mantenidos grupos de estos animales, en recintos fuera de los campamentos y seleccionados inicialmente en función de la forma de los cuernos (que recuerda la imagen de la luna creciente) para utilizarlos en rituales religiosos dedicados precisamente a la Diosa Madre Luna.

También la evolución de las técnicas de caza favoreció el proceso de domesticación de los bovinos: el hombre empieza de hecho a organizar verdaderas batidas, empujando a los animales al interior de grandes recintos; en las más afortunadas, el número de animales capturados era superior al que podía ser consumido en tiempo útil para que no se pudriese la carne y eran mantenidos en recintos o llevados en caso de necesidad para fines alimenticios y/o religiosos. A esto nadie puede negar que se llama DOMESTICACIÓN.

Lo que está claro es que TODAS las razas de bóvidos proceden del Uro primitivo, TODAS.

En la página del Centro Etnográfico y Bibliográfico del Toro de Lidia, de la que he sacado lo apuntado anteriormente, se puede leer:





“La definición del prototipo racial para el vacuno de lidia plantea numerosas dificultades, debido a que esta raza se ha seleccionado hacia la bravura, hacia la idoneidad para la lidia, dejando como secundarios los aspectos morfológicos o externos.

Debido a esta diversidad la primera pregunta que se nos plantea es: si el ganado de lidia constituye, o no, una raza.

La Real Academia Española define el concepto de raza de la siguiente manera: “cada uno de los grupos en que se subdividen algunas especies biológicas y cuyos caracteres diferenciales se perpetúan por herencia”.

A nuestro modesto entender, y basándonos en esta definición, podemos aplicar este concepto para referirnos al ganado de lidia, ya que su rasgo diferenciador, “la bravura” se transmite genéticamente”.

Y yo me pregunto: “¿Podemos admitir que un carácter de dudosa heredabilidad como es la bravura, sea suficiente para establecer que el toro de lidia es una raza? ¿Podemos admitir que un animal con una gran variabilidad de caracteres morfológicos es una raza? ¿Existen dos toros de lidia morfológicamente iguales?” ¿Todos los toros que salen al ruedo hacen ostentación de eso que llaman bravura? Soy incapaz de recordar la gran cantidad de artículos taurinos en los que los cronistas hablan de la mansedumbre de las reses lidiadas, utilizando para ello todo tipo de adjetivos calificativos. El toro que no demuestra su valor en el ruedo es un perro, un cordero,

Existen estudios que demuestran grandes diferencias genéticas entre los toros de las diferentes ganaderías y sus encastes. Es éste un dato más para poner en entredicho la catalogación del toro de lidia como raza.

Lo cierto es que es un debate bastante interesante, pero los que nos decantamos por la abolición de la tauromaquia en todas sus manifestaciones no debemos preocuparnos demasiado de él. Lo que no debemos olvidar es que el toro de lidia es un animal criado para el disfrute público de su sufrimiento y agónica muerte. De nada deben valernos los falsos argumentos de que es un animal que vive 3 ó 4 años a cuerpo de rey. En días pasados, un empresario taurino me echaba en cara que nuestra postura no demostraba nuestra defensa del toro de lidia. Argumentaba que abolir las corridas de toros era impedir el nacimiento del animal: “tanto le queréis que pretendéis que no nazca”. No tengo el mínimo reparo en decirlo: “si la abolición de la tauromaquia supone la desaparición del toro de lidia, adelante, que desaparezca”.

Lo que la gente debe saber en que en las ganaderías del toro bravo, el 70% de las hembras nunca llegarán madres, ya que después de las tientas acaban en el matadero.



Para acabar, ¿la tauromaquia sólo subsiste por las subvenciones públicas?



Sobre el tema que me preguntas no estoy demasiado bien informado, por lo que mis opiniones al respecto pueden que no tengan demasiada consistencia. Consulto con frecuencia una página en internet: http://reguerodedinerosangriento.blogspot.com/ en la que quedan patentes los millones de euros con los que el Estado, las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos ayudan a la tauromaquia. Resulta evidente que a todos los españoles a través de nuestros impuestos colaboramos con su mantenimiento. Hace tiempo se inició una campaña que bajo el eslogan de ” ¿Toros?, con mis impuestos no” organizada por Stop Our Shame, dejaba constancia de este hecho. Podemos decir que la mayoría de las infraestructuras de las que goza el mundo taurino para el desarrollo de sus espectáculos son de propiedad pública y por lo tanto en la mayoría de los casos, sus mejoras y mantenimiento recae en el gasto público. La UE también provee de subvenciones a los ganaderos del toro de lidia, que ya tienen una denominación de origen para la carne de su ganado. La mayoría de los festejos populares reciben ayudas para su celebración, así como las ferias taurinas y los muchos eventos que se desarrollan alrededor del toro de lidia. Por poner un ejemplo cercano, la Mesa del Toro, plataforma creada para defender la fiesta en la UE, estuvo presente en el Parlamento Europeo de Bruselas en el año 2007, y recibió una importante cantidad de dinero de diversos gobiernos autonómicos. El último dato con el que cuento y lo he podido certificar durante el mes de agosto en Santander, es que el Ayuntamiento de dicha ciudad, ha empleado 400.000 euros en ayudas para la semana taurina que allí se celebró en el mes de julio.

El argumento que ellos, los taurinos, usan es que todos estos festejos reportan importantes beneficios en las poblaciones en que se celebran. Atraen a gente de otros lugares, que dejan su dinero durante los días en que se celebran, y reportan también beneficios a los organismos públicos de dichas localidades. Yo me pregunto si la tortura y el sufrimiento de unos cuantos animales, para diversión de los que acuden, justifica este tipo de razones. No puedo decir otra cosa que no sea, no. Existen muchos pueblos y ciudades en nuestro país que organizan fiestas sin la presencia de estos animales que tienen gran éxito y un gran número de visitantes. Aquí no hay más que una cuestión de fondo: ética, moral, y capacidad de evolucionar. Justificar en un beneficio económico el dolor y el sufrimiento de un animal, no puede ocupar el más mínimo espacio en un cerebro como el mío.