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Senyor_X
08-sep-2009, 14:04
El ritmo de desaparición de especies animales es altísimo y de fatal pronóstico si no se detiene el ritmo de su extinción. La especie hombre avanza en esa dirección cada vez que desaparecen especies vivas, pues el ser humano es un depredador incapaz de fabricar, como las plantas, su propio alimento, y por depender del resto de la cadena alimentaria, nuestra especie está condenada desaparecer si no cambiamos de hábitos.

Cada vez con mayor frecuencia parecemos ir aceptando esta realidad y a veces encontramos actividades y manifestaciones públicas en nuestras ciudades europeas contra la violencia hacia el mundo animal y contra el consumo de cadáveres cárnicos. Dietas, como la vegetariana, o la vegana, como alternativas, permiten una alimentación sana, sin tener que encontrar en nuestro plato un animal que ha sufrido lo indecible desde la estrechez de su establo hasta una muerte de la que es consciente mientras espera su turno en el matadero.

Quien visita uno de esos antros donde se “fabrica” la materia prima de su bistec o de su chuleta no puede evitar una convulsión interior. Quien pasa por esta experiencia difícilmente vuelve a comerse un bistec o una chuleta en su vida.

Ahora el código penal español califica como delito el maltrato a los animales de compañía. Esos son síntomas de civilización, pero bien escasos... Extrañamente quedan excluidos los inocentes toros, los inocentes animales que se descuartizan en los laboratorios de las multinacionales, y todas las especies consideradas animal-alimento. Ellos son tratados como simples objetos de diversión en corridas, o en experimentos científicos para satisfacer el ego de los matarifes de blancas batas o, lo que es más común, son matados despiadadamente en mataderos para satisfacción de los paladares humanos. En esta línea se pretende ahora utilizar la carne de animales clonados, el último grito del mundo animal en sentido literal.

La Administración Federal de Alimentos y Medicamentos de EEUU, ha autorizado su consumo basado en las conclusiones de dos informes favorables realizados por Larisa Rudenko y John C Matheson. Contra estas conclusiones están en contra las asociaciones de consumidores y el público del mundo en un porcentaje abrumador, porque no se fían de ese tipo de alimento, ni de la conclusión de esos dos expertos…Hasta que presumiblemente los “sensatos” expertos médicos, o veterinarios pagados por el gremio de la carne con el martilleo mediático y sus campañas publicitarias les convenzan de que es normal comer carne clonada, y que toda la carne es igual de buena y saludable.

Ya de por sí la carne, como sabe cualquier médico, ni es buena ni saludable, porque acidifica la sangre, produce problemas metabólicos y origina, potencia la diabetes, causa obesidad, aumenta el riesgo de osteoporosis y de enfermedades como la gota o el cáncer. Y más aún las carnes que se producen en las granjas industriales, donde los animales son tratados con anabolizantes, tranquilizantes, y antibióticos.

Y si razones para ser vegetariano hay muchas- éticas, ecológicas y de salud-tampoco faltan para los que se oponen al consumo de carne clonada, pues los animales clonados carecen de la energía vital y la salud de aquellos que proceden. Recuérdese el caso de la clonación de la oveja Dolly, enferma con frecuencia a pesar de los cuidados exquisitos para que el experimento diese resultado y muerta prematuramente con su sistema nervioso degenerado.

Si todo el mundo supiera que los clonados mueren antes que sus “padres” celulares y enferman con más frecuencia como en el caso de la “abuela Dolly”, todo el mundo debería deducir por lógica natural que esa carne no es sana y es de peor calidad para el consumo que la de un animal normal. Pero tiene un aliciente para el mercado: se produce a niveles industriales, que es lo que interesa. Y para mayor sarcasmo se pretende venderla más cara con la excusa de que es más sana que la de un animal normal (ellos le llaman “convencional”).Ahora va a resultar que la Naturaleza es convencional, y la clonación la referencia “natural”.

¿Qué importa si los que están tras este negocio van contra las leyes de la naturaleza, el Mandamiento de no matar o la salud de los consumidores? Sin embargo, fíjense en este pequeño detalle: no se pondrá a la venta la carne de oveja clonada hasta que no se hayan experimentado durante tres meses los resultados entre los consumidores, convertidos en conejillos de indias con toda desfachatez. Y uno tiene que preguntarse:¿No estaban tan claras las conclusiones de aquel informe favorable de los expertos? ¿O es este otro más de esa clase donde el “científico” dice lo que conviene a la multinacional que paga su salario? El detalle de las ovejas habla por sí sólo: el consumidor es ahora la cobaya. Si alguien sufre las consecuencias se sabrá mucho después. ¿Recuerdan el caso de las “vacas locas”?...La saga no ha terminado.

El mundo de la economía, las finanzas, la biotecnología y las investigaciones científicas ha perdido la noción del límite, de la moral y la decencia profesional y cada uno a su modo, pero todos en comandita se precipitan hacia sus propios abismos en caída libre, y pretenden arrastrarnos. Por el camino elegido ese es su inevitable destino, pero convencen y conducen con ellos presumiblemente a multitudes dormidas que se dejan embaucar y les siguen porque creen en la televisión como si fuese la Biblia y en científicos inmorales como si fuesen profetas.

La codicia,- motor del capitalismo,- no es síntoma de evolución personal ni lo es de civilización cuando se aplica a los inocentes animales, pero ¿de qué podemos extrañarnos se aplica a la muerte de personas como pasa a diario con sus guerras?.. Pero olvidan algo importante: que los responsables de la muerte de un ser, sea humano o animal, antes o después sufrirán sus consecuencias.

Los primeros cristianos - no confundir con los de iglesias institucionales-, eran vegetarianos, pues Jesús de Nazaret enseñó y practicó el derecho a la vida de todos los seres sin distinción alguna.

También otros, como Buda, Confucio y Lao Tse, hicieron lo propio y lo enseñaron a sus discípulos. ¿Es correcto afirmar que las personas más inteligentes no comen nada que tenga ojos? La siguiente cita es de Einstein: “Nada incrementaría tanto la posibilidad de de supervivencia sobre la tierra como el paso a una alimentación vegetariana”.

Tolstoi afirmaba: “Alimentarse de carne es un vestigio del primitivismo más grande. El paso al vegetarianismo es la primera conciencia natural de la Ilustración”. Y Gandhi: ” Creo que el crecimiento espiritual, llegado a un cierto grado, exige de nosotros que dejemos de matar a los seres vivos animales para satisfacer nuestras necesidades físicas”.

Anteriormente a todos ellos, Pitágoras ya expresó lo siguiente: “Todo lo que el hombre hace a los animales regresa de nuevo a él”. También Leonardo da Vinci fue muy claro en su tiempo: “El hombre es en verdad el rey de los animales, pues sus crueldades sobrepasan a las de estos. Vivimos de la muerte de los otros. ¡Somos tumbas andantes!”

Jesús de Nazaret se expresó con toda rotundidad afirmando que quien hiciese daño a cualquiera de los más pequeños de los seres se lo hacía a Él mismo. En el libro profético “Esta es Mi palabra” dice lo siguiente:” Y quien se entregue al eterno Dios Padre-Madre, transformando lo humano que haya en él en divino, no matará animal alguno para comer su carne y tampoco matará animal alguno deliberadamente. Tales hombres también tratarán con amor desinteresado al reino vegetal, ya que es igualmente un regalo que Dios ha creado para Sus hijos humanos. Las plantas y los frutos del campo y del bosque se regalan gustosos al hombre y quieren servirle como alimento y como medios curativos para su cuerpo enfermo”.

¿Cuándo seguiremos el ejemplo de los espíritus evolucionados y miraremos al mundo animal con el amor que merece todo ser capaz de experimentar los mismos sentimientos que nosotros: amor, tristeza, angustia, felicidad? ...Miren a los ojos de un animal y después miren los suyos. Déjese reflejar por un instante –si quiere- en los ojos de ese animal y después pregúntese lo que quiera.

Y cuando vea la carne (clonada o no) en la vitrina de la carnicería o aderezada en su mesa, piense, si lo desea, en ese animal vivo. Tal vez llegue a sentir algo diferente.

Entre tanto, en todo el mundo se matan cada año 45 mil millones de animales para el consumo humano, y una persona que come carne al final de su vida ha sido causante de la muerte de unos 450 de esos animales.

Patrocinio Navarro, Agosto 2009.

sacado de: movimentp3.blogspot.com (http://movimentp3.blogspot.com)

Snickers
08-sep-2009, 14:37
Mi respuesta al título del artículo es NO, no la comería.

No creo q sea más q un parche esta "solución", y a quien no la vea falta de ética q se clone trozos del brazo y luego invite a sus familiares a q dejen el bistec.

Me parece una aberración no ver las cosas de forma sencilla, no entender q hay q fomentar una sociedad cercana a la naturaleza, aunq no quite q usemos herramientas, pero estas han de ser para facilitarnos las cosas. Y las cosas en su fundamento viene cruditas. Lo cual me hace dudar de si nos comeriamos un trozo de brazo y luego lo dejariamos regenerar y pasado el tiempo nos hariamos otro bistec

La carne clonada no sale de la nada, sale de las células de un animal, un ser vivo. O sea q se esta usando parte de ese ser vivo. Yo creo q hay q fomentar una sociedad en la cual no usemos a los demás animales, ni a sus partes. En la cual nos sirvamos de los frutos de la naturaleza. De las semillas, de los vegetales, q tienen su ciclo

Me sumo a lo q dice el texto, tenemos q afirmarnos en q las cosas tiene q tener un límite. Yo ni animaes clonados ni carne clonada.

Ahora bien, mejor carne clonada q animales clonados, lo q pasa es q como dice el refrán "Lo mejor es enemigo de lo bueno". Más q nada pq es implantar un nuevo método q no cambia el anterior en toda su dimensión, y uno como biocentrista q es no le atrae el modificar la esencia de las cosas (q no la sustancia). Me refiero a la esencia de la alimentación como relación armoniosa con lo q ofrece la naturaleza