margaly
03-sep-2009, 12:22
Transgénicos. La transferencia de genes entre especies genera efectos devastadores
03-09-09 Por Sylvia Ubal
Las compañías de biotecnología alegan falsamente que sus manipulaciones son similares a cambios genéticos naturales. Sin embargo la transferencia de genes de cruce de especies que se están realizando (como entre cerdos y plantas, o peces y tomates) nunca sucederían en la naturaleza y pueden permitir que se transfieran enfermedades y debilidades entre especies, con efectos tan desastrosos como se han visto en BSE (enfermedad de las vacas locas).
Las técnicas de ingeniería genética fueron descubiertas en 1950 por James Watson y Francis Crick y este descubrimiento trajo como consecuencia el desarrollo de la biotecnología y el conocimiento de la estructura de la molécula de ADN, donde se almacena la información genética, que es la herencia, en todos los seres vivos.
Partiendo de este importante logro, aparecen los primeros ensayos de manipulación genética (año 1980 cultivos transgénicos de tabaco recogidos en 1992 – China, en 1996 aparecieron 23 marcas de cereales en Estados Unidos, Canadá y Japón), Manipulación genética se realiza sobre cualquier vegetal, animal u organismo cuyo material genético original sea modificado intencionalmente.
El desarrollo y comercialización de éstas nuevas tecnologías están centrados en grandes multinacionales, que controlan el 85% del comercio mundial de los cereales y 10 empresas agroquímicas del mundo, que controlan el 91% de su mercado y se denominan COMPAÑIAS DE LA VIDA; las siete gigantes son: 1) Syngenta (Novartis y AstraZeneca), 2) Monsanto/Pharmacia, 3) Aventis (adquirida por Bayer en el 2001, 4) DuPont, 5) Dow, 6) Bayer y 7) BASF (1, 2 y 3) cuyos estudios científicos particulares defienden sus intereses, tratando de demostrar que los alimentos transgénicos, además de ser excelentes, mitigaran el hambre en los países pobres.
Las transferencias no naturales de genes de una especie a otra son peligrosas.
Las compañías de biotecnología alegan falsamente que sus manipulaciones son similares a cambios genéticos naturales. Sin embargo la transferencia de genes de cruce de especies que se están realizando (como entre cerdos y plantas, o peces y tomates) nunca sucederían en la naturaleza y pueden permitir que se transfieran enfermedades y debilidades entre especies, con efectos tan desastrosos como se han visto en BSE (enfermedad de las vacas locas).
Las compañías de biotecnología alegan que sus métodos son precisos y sofisticados. De hecho hay un elemento aleatorio en su método experimental de inserción del gen. Son inevitables los efectos secundarios y los accidentes y los riesgos se han evaluado científicamente como ilimitados. A diferencia de la contaminación química o nuclear, la contaminación genética no puede recogerse; y los efectos tóxicos de equivocaciones genéticas se pasarán a todas las futuras generaciones de una especie.
Los alimentos genéticamente diseñados están siendo introducidos sin etiquetar.
Las compañías de biotecnología han decidido no utilizar etiquetas alegando falsamente que no hay diferencia material entre alimentos genéticamente modificados y sus contrapartidas naturales. De hecho, la inteligencia genética natural de alimentos, acumulada en millones de años, está siendo alterada. Los gobiernos apoyan las compañías de biotecnología e ignoran los derechos de los consumidores a ser informados. Sin etiquetar, las causas de nuevas enfermedades pueden ser muy difíciles de rastrear. Por un lado, mientras todos los alimentos deberían etiquetarse fielmente, los alimentos genéticamente diseñados deberían prohibirse totalmente para proteger la vida.
En el año 1995, la siembra de semilla transgénica es utilizada en doscientas mil (200.000) hectáreas; seis años más tarde (2001) utilizan 52.6 millones de hectáreas y para (2009) utilizan 186.3 millones de hectáreas. Siendo Estados Unidos el mayor productor de elementos agrícolas modificados genéticamente, con el 68% de la cosecha transgénica mundial, Argentina, con el 22%, Canadá con el 6% y China con el 3% para un total de 99% sólo cuatro países y dominados por una sola compañía “Monsanto”. Estos son claros ejemplos de una agricultura no sostenible. En Argentina la entrada masiva de soja transgénica exacerbó la crisis de la agricultura con un alarmante incremento de la destrucción de sus bosques primarios, lo que motivó el desplazamiento de campesinos y trabajadores rurales, aumento del uso de herbicidas, y una grave sustitución de la producción de alimentos para consumo local.
Los alimentos que han sido modificados genéticamente son: maíz, soya, uvas, salmón, arroz, tomate, colza. Las semillas mas comerciales a nivel mundial son: maíz, soya, eucalipto, algodón y colza, desarrollados y distribuidos por una sola compañía “La multinacional Monsanto”. Según fuente de la FAO, los alimentos transgénicos que están disponibles actualmente son: Maíz, soya, algodón, escherillia coolí K-12, claveles y dentro de la selección de OMG elaborado al 2009: Uvas, tilapia, álamos, salmón, eucalipto, arroz y ovejas.
Amenaza global al abastecimiento alimenticio de la humanidad.
Las compañías gigantes transnacionales de biotecnología controlan grandes segmentos del abastecimiento alimenticio del mundo incluyendo patentes alimentarias, compañías de semillas, y otros aspectos de la cadena alimentaria. Están introduciendo productos genéticamente diseñados experimentales sin verificación en un peligroso experimento global. Si las intenciones de la industria se llevan a cabo, casi todos los alimentos que llevemos a nuestra mesa se alteraran dentro de unos años. Este cambio radical en el abastecimiento alimenticio de la humanidad resultará en muchos problemas irrevocables e inesperados tales como serias escaseces alimentarias y amenazas para la salud de amplias dimensiones.
¿Que es Monsanto?
Monsanto se presenta a sí misma como una empresa visionaria, una fuerza de la historia mundial que trabaja para aportar ciencia de vanguardia y una actitud ambientalmente responsable a la solución de los problemas más urgentes de la humanidad. Pero, ¿Qué es en realidad Monsanto? ¿Cuál es su origen? ¿Cómo llegó a ser el segundo productor mundial de agroquímicos y uno de los principales proveedores de semillas en el planeta?. ¿Es Monsanto la compañía "limpia y verde" que proclaman sus anuncios, o los mismos apenas representan una operación de imagen que oculta la naturaleza criminal de la compañía? Una mirada a su historia nos dará algunas claves reveladoras, y puede ayudarnos a entender mejor las prácticas actuales de dicha compañía.
Monsanto con sede en San Louis, Missouri, Estados Unidos, Monsanto Chemical Company fue fundada en 1901 por John Francis Queeny, un químico autodidacta que llevó la tecnología de la fabricación de sacarina, el primer edulcorante artificial, de Alemania a Estados Unidos. En los años 20, Monsanto se convirtió en uno de los principales fabricantes de ácido sulfúrico y de otros productos básicos de la industria química, y desde la década de los 40 hasta nuestros días, es una de las cuatro únicas compañías que han estado siempre entre las 10 primeras empresas químicas de Estados Unidos.
En los años 40, el negocio de Monsanto giraba en torno a los plásticos y las fibras sintéticas. En 1947, un carguero francés que transportaba nitrato de amonio (utilizado como fertilizante) explotó en un muelle a unos 90 metros de la fábrica de plásticos de Monsanto en las afueras de Galveston, en Texas. Más de 500 personas murieron en lo que llegó a ser considerado como uno de los más grandes desastres de la industria química. La planta producía estireno y plásticos de poliestireno, que aún se usan para envases de alimentos y otros productos de consumo masivo. En los años 80, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos (EPA), colocó al poliestireno en el quinto lugar de la clasificación de productos químicos cuya producción genera las mayores cantidades totales de residuos peligrosos.
En 1929, la Swann Chemical Company, adquirida poco después por Monsanto, desarrolló los bifenilos policlorados (PCBs por sus siglas en inglés), que fueron muy alabados por su estabilidad química y su inflamabilidad. Su uso más frecuente se dio en la industria de equipos eléctricos, que escogió a los PCBs como refrigerantes de combustibles de una nueva generación de transformadores. En el transcurso de los años 60, los compuestos de la cada vez más numerosa familia de los PCBs de Monsanto fueron también usados como lubricantes, líquidos hidráulicos, aceites lubricantes de herramientas, revestimientos impermeables y selladores líquidos. Las pruebas de los efectos tóxicos de los PCBs se remontan a los años 30, cuando científicos suecos que estudiaban los efectos biológicos del DDT comenzaron a hallar concentraciones significativas de PCBs en la sangre, pelo y tejidos grasos de los animales silvestres.
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03-09-09 Por Sylvia Ubal
Las compañías de biotecnología alegan falsamente que sus manipulaciones son similares a cambios genéticos naturales. Sin embargo la transferencia de genes de cruce de especies que se están realizando (como entre cerdos y plantas, o peces y tomates) nunca sucederían en la naturaleza y pueden permitir que se transfieran enfermedades y debilidades entre especies, con efectos tan desastrosos como se han visto en BSE (enfermedad de las vacas locas).
Las técnicas de ingeniería genética fueron descubiertas en 1950 por James Watson y Francis Crick y este descubrimiento trajo como consecuencia el desarrollo de la biotecnología y el conocimiento de la estructura de la molécula de ADN, donde se almacena la información genética, que es la herencia, en todos los seres vivos.
Partiendo de este importante logro, aparecen los primeros ensayos de manipulación genética (año 1980 cultivos transgénicos de tabaco recogidos en 1992 – China, en 1996 aparecieron 23 marcas de cereales en Estados Unidos, Canadá y Japón), Manipulación genética se realiza sobre cualquier vegetal, animal u organismo cuyo material genético original sea modificado intencionalmente.
El desarrollo y comercialización de éstas nuevas tecnologías están centrados en grandes multinacionales, que controlan el 85% del comercio mundial de los cereales y 10 empresas agroquímicas del mundo, que controlan el 91% de su mercado y se denominan COMPAÑIAS DE LA VIDA; las siete gigantes son: 1) Syngenta (Novartis y AstraZeneca), 2) Monsanto/Pharmacia, 3) Aventis (adquirida por Bayer en el 2001, 4) DuPont, 5) Dow, 6) Bayer y 7) BASF (1, 2 y 3) cuyos estudios científicos particulares defienden sus intereses, tratando de demostrar que los alimentos transgénicos, además de ser excelentes, mitigaran el hambre en los países pobres.
Las transferencias no naturales de genes de una especie a otra son peligrosas.
Las compañías de biotecnología alegan falsamente que sus manipulaciones son similares a cambios genéticos naturales. Sin embargo la transferencia de genes de cruce de especies que se están realizando (como entre cerdos y plantas, o peces y tomates) nunca sucederían en la naturaleza y pueden permitir que se transfieran enfermedades y debilidades entre especies, con efectos tan desastrosos como se han visto en BSE (enfermedad de las vacas locas).
Las compañías de biotecnología alegan que sus métodos son precisos y sofisticados. De hecho hay un elemento aleatorio en su método experimental de inserción del gen. Son inevitables los efectos secundarios y los accidentes y los riesgos se han evaluado científicamente como ilimitados. A diferencia de la contaminación química o nuclear, la contaminación genética no puede recogerse; y los efectos tóxicos de equivocaciones genéticas se pasarán a todas las futuras generaciones de una especie.
Los alimentos genéticamente diseñados están siendo introducidos sin etiquetar.
Las compañías de biotecnología han decidido no utilizar etiquetas alegando falsamente que no hay diferencia material entre alimentos genéticamente modificados y sus contrapartidas naturales. De hecho, la inteligencia genética natural de alimentos, acumulada en millones de años, está siendo alterada. Los gobiernos apoyan las compañías de biotecnología e ignoran los derechos de los consumidores a ser informados. Sin etiquetar, las causas de nuevas enfermedades pueden ser muy difíciles de rastrear. Por un lado, mientras todos los alimentos deberían etiquetarse fielmente, los alimentos genéticamente diseñados deberían prohibirse totalmente para proteger la vida.
En el año 1995, la siembra de semilla transgénica es utilizada en doscientas mil (200.000) hectáreas; seis años más tarde (2001) utilizan 52.6 millones de hectáreas y para (2009) utilizan 186.3 millones de hectáreas. Siendo Estados Unidos el mayor productor de elementos agrícolas modificados genéticamente, con el 68% de la cosecha transgénica mundial, Argentina, con el 22%, Canadá con el 6% y China con el 3% para un total de 99% sólo cuatro países y dominados por una sola compañía “Monsanto”. Estos son claros ejemplos de una agricultura no sostenible. En Argentina la entrada masiva de soja transgénica exacerbó la crisis de la agricultura con un alarmante incremento de la destrucción de sus bosques primarios, lo que motivó el desplazamiento de campesinos y trabajadores rurales, aumento del uso de herbicidas, y una grave sustitución de la producción de alimentos para consumo local.
Los alimentos que han sido modificados genéticamente son: maíz, soya, uvas, salmón, arroz, tomate, colza. Las semillas mas comerciales a nivel mundial son: maíz, soya, eucalipto, algodón y colza, desarrollados y distribuidos por una sola compañía “La multinacional Monsanto”. Según fuente de la FAO, los alimentos transgénicos que están disponibles actualmente son: Maíz, soya, algodón, escherillia coolí K-12, claveles y dentro de la selección de OMG elaborado al 2009: Uvas, tilapia, álamos, salmón, eucalipto, arroz y ovejas.
Amenaza global al abastecimiento alimenticio de la humanidad.
Las compañías gigantes transnacionales de biotecnología controlan grandes segmentos del abastecimiento alimenticio del mundo incluyendo patentes alimentarias, compañías de semillas, y otros aspectos de la cadena alimentaria. Están introduciendo productos genéticamente diseñados experimentales sin verificación en un peligroso experimento global. Si las intenciones de la industria se llevan a cabo, casi todos los alimentos que llevemos a nuestra mesa se alteraran dentro de unos años. Este cambio radical en el abastecimiento alimenticio de la humanidad resultará en muchos problemas irrevocables e inesperados tales como serias escaseces alimentarias y amenazas para la salud de amplias dimensiones.
¿Que es Monsanto?
Monsanto se presenta a sí misma como una empresa visionaria, una fuerza de la historia mundial que trabaja para aportar ciencia de vanguardia y una actitud ambientalmente responsable a la solución de los problemas más urgentes de la humanidad. Pero, ¿Qué es en realidad Monsanto? ¿Cuál es su origen? ¿Cómo llegó a ser el segundo productor mundial de agroquímicos y uno de los principales proveedores de semillas en el planeta?. ¿Es Monsanto la compañía "limpia y verde" que proclaman sus anuncios, o los mismos apenas representan una operación de imagen que oculta la naturaleza criminal de la compañía? Una mirada a su historia nos dará algunas claves reveladoras, y puede ayudarnos a entender mejor las prácticas actuales de dicha compañía.
Monsanto con sede en San Louis, Missouri, Estados Unidos, Monsanto Chemical Company fue fundada en 1901 por John Francis Queeny, un químico autodidacta que llevó la tecnología de la fabricación de sacarina, el primer edulcorante artificial, de Alemania a Estados Unidos. En los años 20, Monsanto se convirtió en uno de los principales fabricantes de ácido sulfúrico y de otros productos básicos de la industria química, y desde la década de los 40 hasta nuestros días, es una de las cuatro únicas compañías que han estado siempre entre las 10 primeras empresas químicas de Estados Unidos.
En los años 40, el negocio de Monsanto giraba en torno a los plásticos y las fibras sintéticas. En 1947, un carguero francés que transportaba nitrato de amonio (utilizado como fertilizante) explotó en un muelle a unos 90 metros de la fábrica de plásticos de Monsanto en las afueras de Galveston, en Texas. Más de 500 personas murieron en lo que llegó a ser considerado como uno de los más grandes desastres de la industria química. La planta producía estireno y plásticos de poliestireno, que aún se usan para envases de alimentos y otros productos de consumo masivo. En los años 80, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos (EPA), colocó al poliestireno en el quinto lugar de la clasificación de productos químicos cuya producción genera las mayores cantidades totales de residuos peligrosos.
En 1929, la Swann Chemical Company, adquirida poco después por Monsanto, desarrolló los bifenilos policlorados (PCBs por sus siglas en inglés), que fueron muy alabados por su estabilidad química y su inflamabilidad. Su uso más frecuente se dio en la industria de equipos eléctricos, que escogió a los PCBs como refrigerantes de combustibles de una nueva generación de transformadores. En el transcurso de los años 60, los compuestos de la cada vez más numerosa familia de los PCBs de Monsanto fueron también usados como lubricantes, líquidos hidráulicos, aceites lubricantes de herramientas, revestimientos impermeables y selladores líquidos. Las pruebas de los efectos tóxicos de los PCBs se remontan a los años 30, cuando científicos suecos que estudiaban los efectos biológicos del DDT comenzaron a hallar concentraciones significativas de PCBs en la sangre, pelo y tejidos grasos de los animales silvestres.
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