FLORBELA
29-jul-2009, 17:32
A veces, la vida nos da sorpresas que nos llenan de alegría y esperanza, cuando parece que todo ser humano es insensible al dolor de otros animales no humanos, cuando realmente no lo esperamos, aparece esa persona que, al igual que todos nosotros, siente amor por otros animales:
El pasado martes, cuando estaba estudiando en el dormitorio de mi hermano, un frágil y débil maullido proveniente de la calle llegó hasta la habitación. Alguien, carente de ninguna ética, había abandonado a su suerte a un gatito.
Desde arriba, pude oír como un niño trataba de buscarle un hogar sin éxito al bebé, hasta que se agotaron todas las posibilidades. Al rato, las voces y los maullidos se fueron y no pude saber nada más.
Cuando mi madre llegó a casa, le pedí que esa tarde buscara un gatito perdido. Así lo hizo: lo buscó, preguntó a vecinos, rastreo el barrio, pero nada…
Esa misma tarde, llevamos a Peter al veterinario, y allí, asustado, dentro de un trasportín que le quedaba enorme, lo vi. Era el gatito más pequeño que había visto en mi vida…!
El niño que trataba de buscarle un hogar, se lo había llevado a su madre, un ángel de la guardia que se llama Mari Carmen, que recoge a los gatitos de la calle y los lleva a su casa, los cuida y les busca un adoptante.
El destino (o el azar), quiso que ese gatito, maullara bajo nuestra calle, y lo puso en los brazos de un niño y su madre. El destino (o el azar), también quiso que yo lo encontrara en la sala de espera del veterinario para que mi hermano le diese un hogar donde le van a cuidar y le darán mucho cariño.
En estos momentos, el pequeñín ya está en Santiago, con su papá. Mi hermano, dice que es muy bueno y cariñoso.
Gracias a gente como Mari Carmen y su familia, se pueden contar historias como esta: con final feliz. Un ángel ha encontrado su estrella, gracias a vosotros. No cambiéis nunca y gracias por ser asi.
El pasado martes, cuando estaba estudiando en el dormitorio de mi hermano, un frágil y débil maullido proveniente de la calle llegó hasta la habitación. Alguien, carente de ninguna ética, había abandonado a su suerte a un gatito.
Desde arriba, pude oír como un niño trataba de buscarle un hogar sin éxito al bebé, hasta que se agotaron todas las posibilidades. Al rato, las voces y los maullidos se fueron y no pude saber nada más.
Cuando mi madre llegó a casa, le pedí que esa tarde buscara un gatito perdido. Así lo hizo: lo buscó, preguntó a vecinos, rastreo el barrio, pero nada…
Esa misma tarde, llevamos a Peter al veterinario, y allí, asustado, dentro de un trasportín que le quedaba enorme, lo vi. Era el gatito más pequeño que había visto en mi vida…!
El niño que trataba de buscarle un hogar, se lo había llevado a su madre, un ángel de la guardia que se llama Mari Carmen, que recoge a los gatitos de la calle y los lleva a su casa, los cuida y les busca un adoptante.
El destino (o el azar), quiso que ese gatito, maullara bajo nuestra calle, y lo puso en los brazos de un niño y su madre. El destino (o el azar), también quiso que yo lo encontrara en la sala de espera del veterinario para que mi hermano le diese un hogar donde le van a cuidar y le darán mucho cariño.
En estos momentos, el pequeñín ya está en Santiago, con su papá. Mi hermano, dice que es muy bueno y cariñoso.
Gracias a gente como Mari Carmen y su familia, se pueden contar historias como esta: con final feliz. Un ángel ha encontrado su estrella, gracias a vosotros. No cambiéis nunca y gracias por ser asi.