RespuestasVeganas.Org
20-jun-2009, 20:49
¡Terror en el supermercado!
CARLOS FRESNEDA desde NUEVA YORK
20 de junio de 2009.- 'Arrástrame al infierno' aspiraba a convertirse en la película más terrorífica de la temporada en las carteleras norteamericanas. Pero en esto llegó un documental independiente, con una trama indigesta y un título más bien insípido: 'Food Inc.'.
http://www.youtube.com/watch?v=MgHqPTjAzYQ
Tráiler de 'Food Inc.'.
"Lo único que pretendía era mostrar a la gente de dónde vienen los alimentos", confiesa el director, Robert Kenner. "Yo no aspiraba a convertirme en Michael Moore, pero las grandes compañías me negaron una y otra vez el acceso a sus instalaciones, y allá donde iba me topaba con el silencio y con el miedo".
Con la ayuda de cámaras ocultas, 'Food Inc.' entra en los intestinos de los mataderos, y en las jaulas donde viven y mueren a oscuras decenas de miles de pollos, y en la fábricas de procesamiento en las que se consigue el milagro: la carne triturada de 1.000 vacas, contribuyendo generosamente a la hamburguesa que costará menos de un dólar o un euro.
"Es trágico ver cómo la dieta americana se ha convertido en la dieta del mundo", nos confesaba recientemente Michael Pollan, autor de 'El detective en el supermercado' y locuaz protagonista de 'Food Inc.'.
Su voz nos acompaña durante esta inmersión profunda a los secretos mejor guardados de la industria de la alimentación, cuyo desdén por el consumidor es tan sólo comparable con el que exhibía hace una década la industria del tabaco.
"Lo que nos venden como alimentos no son más que productos ultraprocesados con apariencia comestible", insiste Pollan, que nos adivierte contra la presencia insidiosa del sirope de maíz (el producto 'mágico' que todo lo endulza) y nos recomienda que no probemos lo que no seamos capaces de descifrar. "Comed alimentos reales, no demasiados, preferiblemente plantas", es su lema infalible.
Eric Schlosser, autor de 'Fast Food Nation', nos recuerda cómo la comida rápida ha marcado el tren hacia el que avanzan los gigantes de la alimentación industrial, con las lamentables consecuencias para la salud (obesidad, diabetes) y para el medio ambiente (monocultivos, deforestación, alimentos modificados genéticamente, emisiones de metano). Los poderes políticos, entre tanto, prefieren mirar hacia otro lado y se convierten periódicamente en cómplices del pánico alimenticio, como el que circula estos días por cuenta de la masa contaminada con la bacteria e coli.
"!Nunca mirarás a la cena de la misma manera!", advierte con razón el cartel de 'Food Inc.', rebautizada por los críticos como '¡Terror en el supermercado!'. La película aspira a convertirse en el aliño necesario de 'Una verdad incómoda', donde por cierto no se le hincaba el diente a la todopoderosa industria de la alimentación. Como sabroso antídoto, veremos en escena al agricultor ecológico Joel Salatin, y saborearemos de cerca alguno de los 5.000 mercados de granjeros en Estados Unidos, y viviremos desde dentro la revolución del Slow Food, de la comida local y de la agricultura urbana...
Pero el postre lo dejamos para otro día, cuando nos hayamos recuperado del susto y de los retortijones. ¡Que aproveche!
FUENTE: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/20/cronicasdesdeeeuu/1245456568.html
CARLOS FRESNEDA desde NUEVA YORK
20 de junio de 2009.- 'Arrástrame al infierno' aspiraba a convertirse en la película más terrorífica de la temporada en las carteleras norteamericanas. Pero en esto llegó un documental independiente, con una trama indigesta y un título más bien insípido: 'Food Inc.'.
http://www.youtube.com/watch?v=MgHqPTjAzYQ
Tráiler de 'Food Inc.'.
"Lo único que pretendía era mostrar a la gente de dónde vienen los alimentos", confiesa el director, Robert Kenner. "Yo no aspiraba a convertirme en Michael Moore, pero las grandes compañías me negaron una y otra vez el acceso a sus instalaciones, y allá donde iba me topaba con el silencio y con el miedo".
Con la ayuda de cámaras ocultas, 'Food Inc.' entra en los intestinos de los mataderos, y en las jaulas donde viven y mueren a oscuras decenas de miles de pollos, y en la fábricas de procesamiento en las que se consigue el milagro: la carne triturada de 1.000 vacas, contribuyendo generosamente a la hamburguesa que costará menos de un dólar o un euro.
"Es trágico ver cómo la dieta americana se ha convertido en la dieta del mundo", nos confesaba recientemente Michael Pollan, autor de 'El detective en el supermercado' y locuaz protagonista de 'Food Inc.'.
Su voz nos acompaña durante esta inmersión profunda a los secretos mejor guardados de la industria de la alimentación, cuyo desdén por el consumidor es tan sólo comparable con el que exhibía hace una década la industria del tabaco.
"Lo que nos venden como alimentos no son más que productos ultraprocesados con apariencia comestible", insiste Pollan, que nos adivierte contra la presencia insidiosa del sirope de maíz (el producto 'mágico' que todo lo endulza) y nos recomienda que no probemos lo que no seamos capaces de descifrar. "Comed alimentos reales, no demasiados, preferiblemente plantas", es su lema infalible.
Eric Schlosser, autor de 'Fast Food Nation', nos recuerda cómo la comida rápida ha marcado el tren hacia el que avanzan los gigantes de la alimentación industrial, con las lamentables consecuencias para la salud (obesidad, diabetes) y para el medio ambiente (monocultivos, deforestación, alimentos modificados genéticamente, emisiones de metano). Los poderes políticos, entre tanto, prefieren mirar hacia otro lado y se convierten periódicamente en cómplices del pánico alimenticio, como el que circula estos días por cuenta de la masa contaminada con la bacteria e coli.
"!Nunca mirarás a la cena de la misma manera!", advierte con razón el cartel de 'Food Inc.', rebautizada por los críticos como '¡Terror en el supermercado!'. La película aspira a convertirse en el aliño necesario de 'Una verdad incómoda', donde por cierto no se le hincaba el diente a la todopoderosa industria de la alimentación. Como sabroso antídoto, veremos en escena al agricultor ecológico Joel Salatin, y saborearemos de cerca alguno de los 5.000 mercados de granjeros en Estados Unidos, y viviremos desde dentro la revolución del Slow Food, de la comida local y de la agricultura urbana...
Pero el postre lo dejamos para otro día, cuando nos hayamos recuperado del susto y de los retortijones. ¡Que aproveche!
FUENTE: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/20/cronicasdesdeeeuu/1245456568.html