Mowgli
24-may-2009, 18:07
Rebelión contra las multas a los perros sin correa del Retiro
Los dueños de los perros que acostumbran a pasear por el Retiro se han puesto en pie de guerra. Aseguran que los agentes de parques del Ayuntamiento de Madrid y la Policía Municipal les fríen a multas por dejar corretear a sus mascotas por el parque cuando éste se encuentra vacío. Y van a contraatacar. Quieren que se vuelva a la antigua normativa de los 80, que les permitía pasear a sus perros con libertad hasta las nueve de la mañana y a partir de las siete de la tarde (las 20.00 horas en verano). Su primer ataque ha sido organizar una manifestación para el lunes a las 9.00 horas frente a la Casa de Fieras del Retiro. Su lema: "No somos delincuentes: ni nosotros ni los chuchos".
"Los dueños somos los primeros que cuidamos para que nuestras mascotas no corran o molesten, incluso a primera hora de la mañana, cuando en el parque no hay nadie. Y cuando empieza a llegar la gente, sobre las diez de la mañana, somos los primeros que los atamos", explica Ana María Quevedo, dueña de dos pequeños westys, Hector y Petra, y de Rita, un cruce entre galgo y podenco. Ana es conocida por ser la enciclopedia del parque del Retiro. Lleva 50 años paseando sus perros en él y se conoce todas sus reglas y normativas. Pero su erudición no ha impedido que acumule 1.800 euros en multas caninas. "A mí el Retiro me da vida, es lo único que me relaja en todo el día. Y lo están convirtiendo en un infierno", asevera.
Acoso y derribo
El carrusel de personas con sus respectivas mascotas que se dan cita junto a la Cuesta de Moyano, a pocos metros del Bosque del Recuerdo, es continuo cada mañana. Los propietarios de las mascotas llegan, miran a un lado y a otro, dejan un rato a su perro suelto y se ponen al día de los compañeros multados. Existe una especie de psicosis y, desde febrero, con la proliferación de multas, no hablan de otra cosa. «Es puro acoso y derribo, las denuncias son constantes», explica Paco, padre de alquiler de Xena. La lleva cuidando desde que su hijo se fue a Sevilla por motivos laborales hace unos meses.
Isabel, la dueña del perro labrador llamado Pipo, ahonda en la misma línea. "El trato de la Policía y los agentes de parques es terrible. Muchas veces no se saben ni la reglamentación. Además, todo en nombre de una ordenanza municipal que vulnera nuestros derechos como personas: nos persiguen, nos acosan y nos humillan", comenta Isabel.
La ordenanza a la que se refiere es la que regula la tenencia y protección de los animales en Madrid. Aunque los afectados aseguran que no existe homogeneidad a la hora de ser multados, la mayor parte de los expedientes sancionadores son por infringir los artículos 6 y 10 de la citada ordenanza. En ellos se especifican las responsabilidades de los propietarios, que estan obligados a contratar un seguro de responsabilidad civil para sus perros y conducirlos con "cadena o cordón resistente" en "los espacios públicos y privados de uso común".
A Francisca le multaron el 7 de mayo; a Giovanni, el 24 de abril; y a Roxanna, el día 20 del mismo mes. "Yo saco a pasear a mi perro, no a toda su documentación", protesta David mientras agarra a sus dos perras, Berta y Maya, ambas recogidas de un refugio. Fue multado el 9 de mayo. "Lo que no tiene razón de ser es que quien supera en 90 kilómetros por hora la velocidad permitida, y puede matar, sólo le caiga una multa de 90 euros. Y a mi, por sacar a mi perro a que se estire me caen 150. Y mientras, a los chaperos de la zona y a quienes venden droga no les dicen nada", expone José Antonio, dueño de Nala y multado el 13 de mayo.
Carmen, que tiene a su cargo a un bretón llamado Sete, asegura que a ella le "raptaron" a su mascota. "Mi perro es muy dócil, pero también muy vivo. No para de moverse. Y un día se va detrás de un árbol y no vuelve. Al rato lo oigo llorar y veo que lo han cogido unos agentes. No me querían entregar al perro porque, al no llevar la documentación encima, no podía justificar que era mío. Los acabé convenciendo con la ayuda de una amiga, pero nadie me libró de la multa. Me acusaban de haber perdido a mi perro durante 30 minutos", explica.
En los corrillos se buscan culpables. Unos dicen que la campaña de multas "es para recaudar"; otros culpan a "una concejala que odia a los perros porque uno mordió a su hijo en un parque"; y unos pocos señalan que los corredores y los ciclistas son quienes han presionado para espantar a los perros y a sus dueños.
Parque de gatos
Tuka es la husky siberiana de Carlos Muñiz, que la saca a correr con él todos lo días. En sus recorridos, observa con rabia cómo el parque "está plagados de gatos, a los que les ponen casetas, comida y nadie dice nada. Quieren convertir al Retiro en un parque de gatos", protesta.
"Lo peor es que el alcalde, al que le han regalado un beagle en diciembre, que lleva a pasear todos los días a la plaza de Villa de París, junto a mi casa, lo lleva suelto", sostiene una vecina de Alberto Ruiz-Gallardón.
El Retiro tiene un área canina. Pero los dueños de perros opinan que es nefasta. David dice que los guijarros del suelo se fraccionan y cortan a los perros. Paco lo llama "el campo de concentración de perros" y para Ana María es "un horror". "Yo entro en ella y me deprimo. Y mis dos perros se quedan pegaditos a mi, tienen miedo a que se los coman. Es un guantánamo para perros".
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/23/madrid/1243057600.html
Los dueños de los perros que acostumbran a pasear por el Retiro se han puesto en pie de guerra. Aseguran que los agentes de parques del Ayuntamiento de Madrid y la Policía Municipal les fríen a multas por dejar corretear a sus mascotas por el parque cuando éste se encuentra vacío. Y van a contraatacar. Quieren que se vuelva a la antigua normativa de los 80, que les permitía pasear a sus perros con libertad hasta las nueve de la mañana y a partir de las siete de la tarde (las 20.00 horas en verano). Su primer ataque ha sido organizar una manifestación para el lunes a las 9.00 horas frente a la Casa de Fieras del Retiro. Su lema: "No somos delincuentes: ni nosotros ni los chuchos".
"Los dueños somos los primeros que cuidamos para que nuestras mascotas no corran o molesten, incluso a primera hora de la mañana, cuando en el parque no hay nadie. Y cuando empieza a llegar la gente, sobre las diez de la mañana, somos los primeros que los atamos", explica Ana María Quevedo, dueña de dos pequeños westys, Hector y Petra, y de Rita, un cruce entre galgo y podenco. Ana es conocida por ser la enciclopedia del parque del Retiro. Lleva 50 años paseando sus perros en él y se conoce todas sus reglas y normativas. Pero su erudición no ha impedido que acumule 1.800 euros en multas caninas. "A mí el Retiro me da vida, es lo único que me relaja en todo el día. Y lo están convirtiendo en un infierno", asevera.
Acoso y derribo
El carrusel de personas con sus respectivas mascotas que se dan cita junto a la Cuesta de Moyano, a pocos metros del Bosque del Recuerdo, es continuo cada mañana. Los propietarios de las mascotas llegan, miran a un lado y a otro, dejan un rato a su perro suelto y se ponen al día de los compañeros multados. Existe una especie de psicosis y, desde febrero, con la proliferación de multas, no hablan de otra cosa. «Es puro acoso y derribo, las denuncias son constantes», explica Paco, padre de alquiler de Xena. La lleva cuidando desde que su hijo se fue a Sevilla por motivos laborales hace unos meses.
Isabel, la dueña del perro labrador llamado Pipo, ahonda en la misma línea. "El trato de la Policía y los agentes de parques es terrible. Muchas veces no se saben ni la reglamentación. Además, todo en nombre de una ordenanza municipal que vulnera nuestros derechos como personas: nos persiguen, nos acosan y nos humillan", comenta Isabel.
La ordenanza a la que se refiere es la que regula la tenencia y protección de los animales en Madrid. Aunque los afectados aseguran que no existe homogeneidad a la hora de ser multados, la mayor parte de los expedientes sancionadores son por infringir los artículos 6 y 10 de la citada ordenanza. En ellos se especifican las responsabilidades de los propietarios, que estan obligados a contratar un seguro de responsabilidad civil para sus perros y conducirlos con "cadena o cordón resistente" en "los espacios públicos y privados de uso común".
A Francisca le multaron el 7 de mayo; a Giovanni, el 24 de abril; y a Roxanna, el día 20 del mismo mes. "Yo saco a pasear a mi perro, no a toda su documentación", protesta David mientras agarra a sus dos perras, Berta y Maya, ambas recogidas de un refugio. Fue multado el 9 de mayo. "Lo que no tiene razón de ser es que quien supera en 90 kilómetros por hora la velocidad permitida, y puede matar, sólo le caiga una multa de 90 euros. Y a mi, por sacar a mi perro a que se estire me caen 150. Y mientras, a los chaperos de la zona y a quienes venden droga no les dicen nada", expone José Antonio, dueño de Nala y multado el 13 de mayo.
Carmen, que tiene a su cargo a un bretón llamado Sete, asegura que a ella le "raptaron" a su mascota. "Mi perro es muy dócil, pero también muy vivo. No para de moverse. Y un día se va detrás de un árbol y no vuelve. Al rato lo oigo llorar y veo que lo han cogido unos agentes. No me querían entregar al perro porque, al no llevar la documentación encima, no podía justificar que era mío. Los acabé convenciendo con la ayuda de una amiga, pero nadie me libró de la multa. Me acusaban de haber perdido a mi perro durante 30 minutos", explica.
En los corrillos se buscan culpables. Unos dicen que la campaña de multas "es para recaudar"; otros culpan a "una concejala que odia a los perros porque uno mordió a su hijo en un parque"; y unos pocos señalan que los corredores y los ciclistas son quienes han presionado para espantar a los perros y a sus dueños.
Parque de gatos
Tuka es la husky siberiana de Carlos Muñiz, que la saca a correr con él todos lo días. En sus recorridos, observa con rabia cómo el parque "está plagados de gatos, a los que les ponen casetas, comida y nadie dice nada. Quieren convertir al Retiro en un parque de gatos", protesta.
"Lo peor es que el alcalde, al que le han regalado un beagle en diciembre, que lleva a pasear todos los días a la plaza de Villa de París, junto a mi casa, lo lleva suelto", sostiene una vecina de Alberto Ruiz-Gallardón.
El Retiro tiene un área canina. Pero los dueños de perros opinan que es nefasta. David dice que los guijarros del suelo se fraccionan y cortan a los perros. Paco lo llama "el campo de concentración de perros" y para Ana María es "un horror". "Yo entro en ella y me deprimo. Y mis dos perros se quedan pegaditos a mi, tienen miedo a que se los coman. Es un guantánamo para perros".
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/23/madrid/1243057600.html