margaly
04-may-2009, 12:17
Comunicación entre animal y cazador
La Feria sirve de marco para la presentación de 'Mis perros', una obra en la que se resalta el diálogo de Miguel Delibes con los canes a lo largo de su vida
Es sabido que la relación de Miguel Delibes con el mundo rural ha sido muy estrecha a lo largo de su vida. De igual forma, el escritor siempre ha sentido verdadera devoción por uno de los deportes más nobles de la región, la caza.
Y para la práctica de ese ejercico es fundamental la comunicación con los perros. Delibes lo sabe, y por ello, «la complicidad entre el perro y el cazador, era uno de los mejores momentos de mi padre», afirma Germán Delibes de Castro, hijo del escritor.
Para mostar esta comunión, se presentó ayer en el marco de la 42 edidción de la Feria del Libro de Valladolid la obra 'Mis perros', en la que la editora Dolores Benavides profundiza entre los relatos y vivencias del ilustre autor, hecho por el cual se siente «profundamente agradecida».
El resultado ha sido un libro en el que se recogen la mayoría de historias de Delibes con «sus perros reales, ya que en un principio intentamos incluir a los ficticios que aparecían en sus obras, pero finalmente se descartó», explica Benavides.
Editado por El Pasaje de las Letras, el libro lleva un prólogo de Germán Delibes de Castro y ha sido ilustrado por Santiago Bellido a partir de fotografías, en su mayor parte inéditas, cedidas por la familia.
No en el hogar
En su interior se descubre que, en contra de lo que se pueda creer, Delibes no tenía perros en su casa porque su esposa, Ángeles de Castro, «no soportaba a los animales... y eso que tuvo que convivir con cuatro hijos que le salieron biólogos», bromeaba Germán Delibes de Castro, autor del prólogo de la obra. «En el año 1960 -contiŽnua Delibes de Castro- le regalaron un perro pachón muy bonito. Dócil, noble, que convivió con nosotros un verano en Sedano... parecía ser la oportunidad para que mi madre pasara por el aro, pero el animal tuvo ataques epilépticos, con lo que se descartó de lleno el tener un perro en casa».
Por ello, si la relación de Miguel Delibes con los canes no podría darse dentro del hogar familiar, estaba claro que habría que buscarla fuera. Y la mejor forma de encontrarla y desarrollarla era practicando el arte de la caza.
«El trato de Delibes con los perros era casi de igual a igual, de criatura a criatura. El animal adivinaba, con una simple mirada, quién era el patricarca... sólo con el debía de ser sumiso, y ese era Miguel», sentencia Ignacio Merino, presentador del acto y amigo de la famila Delibes.
Al prolífico escritor vallisoletano le gustaba hablar con los animales, pero su lenguaje con ellos, no era llano y extenso, sino simple y complejo: «Con un silbido, una mirada o unos monosílabos se entablaba la conversación. Ese era, además, el arte de criar a una perro de caza», explicó Merino durante su intervención en la presentación del libro.
«Encantado»
El trato del escritor con estos animales era aún más estrecho con las hembras: «Se podría decir que se trataba de una relación conyugal. Miguel se preocupaba mucho de los estados de las perras, de cuando se encontraban en celo, de la cría de la camada...», recuerda Merino.
El propio Miguel Delibes, que sobrelleva su precaria salud, se siente «encantado» con esta nueva publicación, pese a que su hijo Germán asegura que «no le hace gracia refreírse».
http://www.nortecastilla.es/20090503/cultura/comunicacion-entre-animal-cazador-20090503.html
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que fuerte...
"...el animal tuvo ataques epilépticos, con lo que se descartó de lleno el tener un perro en casa»
claaaro, pero queria mucho a los perros :hm:
"....El animal adivinaba, con una simple mirada, quién era el patricarca... sólo con el debía de ser sumiso, y ese era Miguel»
prefiero no pensar como llegó a ese estado.... :(
La Feria sirve de marco para la presentación de 'Mis perros', una obra en la que se resalta el diálogo de Miguel Delibes con los canes a lo largo de su vida
Es sabido que la relación de Miguel Delibes con el mundo rural ha sido muy estrecha a lo largo de su vida. De igual forma, el escritor siempre ha sentido verdadera devoción por uno de los deportes más nobles de la región, la caza.
Y para la práctica de ese ejercico es fundamental la comunicación con los perros. Delibes lo sabe, y por ello, «la complicidad entre el perro y el cazador, era uno de los mejores momentos de mi padre», afirma Germán Delibes de Castro, hijo del escritor.
Para mostar esta comunión, se presentó ayer en el marco de la 42 edidción de la Feria del Libro de Valladolid la obra 'Mis perros', en la que la editora Dolores Benavides profundiza entre los relatos y vivencias del ilustre autor, hecho por el cual se siente «profundamente agradecida».
El resultado ha sido un libro en el que se recogen la mayoría de historias de Delibes con «sus perros reales, ya que en un principio intentamos incluir a los ficticios que aparecían en sus obras, pero finalmente se descartó», explica Benavides.
Editado por El Pasaje de las Letras, el libro lleva un prólogo de Germán Delibes de Castro y ha sido ilustrado por Santiago Bellido a partir de fotografías, en su mayor parte inéditas, cedidas por la familia.
No en el hogar
En su interior se descubre que, en contra de lo que se pueda creer, Delibes no tenía perros en su casa porque su esposa, Ángeles de Castro, «no soportaba a los animales... y eso que tuvo que convivir con cuatro hijos que le salieron biólogos», bromeaba Germán Delibes de Castro, autor del prólogo de la obra. «En el año 1960 -contiŽnua Delibes de Castro- le regalaron un perro pachón muy bonito. Dócil, noble, que convivió con nosotros un verano en Sedano... parecía ser la oportunidad para que mi madre pasara por el aro, pero el animal tuvo ataques epilépticos, con lo que se descartó de lleno el tener un perro en casa».
Por ello, si la relación de Miguel Delibes con los canes no podría darse dentro del hogar familiar, estaba claro que habría que buscarla fuera. Y la mejor forma de encontrarla y desarrollarla era practicando el arte de la caza.
«El trato de Delibes con los perros era casi de igual a igual, de criatura a criatura. El animal adivinaba, con una simple mirada, quién era el patricarca... sólo con el debía de ser sumiso, y ese era Miguel», sentencia Ignacio Merino, presentador del acto y amigo de la famila Delibes.
Al prolífico escritor vallisoletano le gustaba hablar con los animales, pero su lenguaje con ellos, no era llano y extenso, sino simple y complejo: «Con un silbido, una mirada o unos monosílabos se entablaba la conversación. Ese era, además, el arte de criar a una perro de caza», explicó Merino durante su intervención en la presentación del libro.
«Encantado»
El trato del escritor con estos animales era aún más estrecho con las hembras: «Se podría decir que se trataba de una relación conyugal. Miguel se preocupaba mucho de los estados de las perras, de cuando se encontraban en celo, de la cría de la camada...», recuerda Merino.
El propio Miguel Delibes, que sobrelleva su precaria salud, se siente «encantado» con esta nueva publicación, pese a que su hijo Germán asegura que «no le hace gracia refreírse».
http://www.nortecastilla.es/20090503/cultura/comunicacion-entre-animal-cazador-20090503.html
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que fuerte...
"...el animal tuvo ataques epilépticos, con lo que se descartó de lleno el tener un perro en casa»
claaaro, pero queria mucho a los perros :hm:
"....El animal adivinaba, con una simple mirada, quién era el patricarca... sólo con el debía de ser sumiso, y ese era Miguel»
prefiero no pensar como llegó a ese estado.... :(