FLORBELA
05-ene-2009, 13:35
Detesto las fiestas gastronómicas en las que la gente es capaz de pasarse horas en una fila quilométrica para pillar un pedazo de carne de un ser vivo que mataron con el fin de saciar la gula de tantas personas que no conocen otra forma de divertirse que saciando su apetito sin fin.
Perdonad si he comenzado este post de esta forma tan abrupta, pero desde el día de ayer no puedo reprimir mi ira, ni mí indignación (y no es para menos). Es más, NO quiero hacerlo.
Os cuento:
La pasada mañana han dicho en la Radio Galega, que desde el día 2 se está celebrando una fiesta gastronómica-medieval en Galicia (no recuerdo dónde), en la que han matado a un ternero, siete corderos y un cerdo con el fin de abastecer el furibundo e insaciable apetito de más de 150 personas que se espera que asistirán a dicha orgia de carne.
Y eso no es todo, no. Los vecinos se ocupan de que no falten provisiones llevándoles más víveres a base de vino y más animales muertos! En dicha “fiesta” queda estrictamente prohibida la entrada a las mujeres. Y como colofón y guinda de la tarta, un jinete montado en un burro tendrá el “privilegio” de arrancarle la cabeza a un pato que en presencia de una masa enloquecida esperará con pavor, suspendido boca a abajo por sus patas a que un “valiente” caballero de Camelot le arranque de cuajo su vida.
El miembro de la comisión de fiestas nombrado Rey Arturo, describió ese acto como “algo salvaje” y lo justificó con resignación diciendo que “era una tradición”.
Ojalá algún día la gente tome conciencia y dejen de sacrificar (tomo el título del poema de Toni) a “sangrientos inocentes” y que por fin comprendan los conceptos de “diversión” y “fiesta”.
Gracias por leerme y por vuestra atención.
Perdonad si he comenzado este post de esta forma tan abrupta, pero desde el día de ayer no puedo reprimir mi ira, ni mí indignación (y no es para menos). Es más, NO quiero hacerlo.
Os cuento:
La pasada mañana han dicho en la Radio Galega, que desde el día 2 se está celebrando una fiesta gastronómica-medieval en Galicia (no recuerdo dónde), en la que han matado a un ternero, siete corderos y un cerdo con el fin de abastecer el furibundo e insaciable apetito de más de 150 personas que se espera que asistirán a dicha orgia de carne.
Y eso no es todo, no. Los vecinos se ocupan de que no falten provisiones llevándoles más víveres a base de vino y más animales muertos! En dicha “fiesta” queda estrictamente prohibida la entrada a las mujeres. Y como colofón y guinda de la tarta, un jinete montado en un burro tendrá el “privilegio” de arrancarle la cabeza a un pato que en presencia de una masa enloquecida esperará con pavor, suspendido boca a abajo por sus patas a que un “valiente” caballero de Camelot le arranque de cuajo su vida.
El miembro de la comisión de fiestas nombrado Rey Arturo, describió ese acto como “algo salvaje” y lo justificó con resignación diciendo que “era una tradición”.
Ojalá algún día la gente tome conciencia y dejen de sacrificar (tomo el título del poema de Toni) a “sangrientos inocentes” y que por fin comprendan los conceptos de “diversión” y “fiesta”.
Gracias por leerme y por vuestra atención.