Opción Respeto
26-nov-2008, 20:07
Los animales necesitan que aquellos que queremos abolir su esclavitud, hagamos las cosas del modo más eficiente posible. Si no nos esforzamos por elegir lo más adecuado para que el mundo avance hacia la abolición, podemos acabar desperdiciando tiempo, dinero y esfuerzo, y serán los animales los que pagarán el precio. No digo nada nuevo con esto, últimamente se oye mucho.
No es bueno que tengamos una visión irreal y exagerada de nuestras posibilidades. Por ejemplo, creo que es cuanto menos ilusorio aferrarnos a la creencia de que podemos lograr que los gobiernos, formados por políticos especistas que quieren seguir comiendo animales, vayan a tomar medidas encaminadas a desmantelar un sector que da trabajo a miles de personas (votantes) y que permite al 99% de la sociedad (votantes) seguir satisfaciendo su deseo de disfrutar del sabor de los productos de origen animal. Tampoco es realista pensar que lo van a hacer sin darse cuenta.
Pero lo que tampoco es positivo, es tirar la toalla a la mínima y tomar una actitud derrotista. Que no percibamos grandes victorias para los animales en nuestro día a día, no significa que la concienciación social solo pueda fracasar.
Opino que debemos tener una actitud positiva en cuanto a nuestras posibilidades, pero siempre con los pies en la tierra. Y creo que las posibilidades de la concienciación social sobre el veganismo y los derechos animales invitan a ser optimista. No hagamos caso de discursos derrotistas basados en humo.
Se dice que el crecimiento del veganismo no puede superar al de la población. Afirmaciones como estas son las que debemos mirar con lupa. Desde 1950, la población mundial ha crecido un 157%. Hoy somos unos 6.700 millones de humanos creciendo a un ritmo de unos 70 millones al año. Son cifras desalentadoras, pero lo cierto es que si esto es un problema para la concienciación, lo es también para cualquier otra medida. ¿O es que acaso alguien conoce una estrategia contra este hecho?
En los países occidentales la población casi no crece. Dado que estamos aquí, no podemos hacer mucho de momento para cambiar las cosas en los países en vías de desarrollo o en los subdesarrollados, por tanto, si hablamos de crecimiento poblacional o de analizar la sociedad para aplicar la estrategia correcta, deberíamos centrarnos en estudiar el tipo de sociedad donde aplicaremos dichas estrategias, es decir, en sociedades desarrolladas.
¿Cuántos veganos habría en Estados Unidos en 1950? No sé si es posible responder a esta pregunta, pero parece lógico pensar que había más bien pocos. Voy a proponer que había 60.000, lo cual creo que es muy exagerado. ¿Y cuantos veganos hay hoy en Estados Unidos? Tenemos dos datos (http://en.wikipedia.org/wiki/Vegan), uno apunta al 0,2% y otro al 1,3%. Cojamos el dato más conservador y tendremos que en EEUU hay unos 600.000 veganos. Esto supone que el veganismo en EEUU ha crecido desde 1950 en un 900%, mientras que la población ha crecido en un 100%. ¿Y en Europa? De los datos de Wikipedia podemos sacar estas cifras aproximadas de población vegana: Reino Unido 200.000; Alemania 70.000; Suecia 20.000; Holanda 16.000. En total unos 300.000 redondeando a la baja. Ignoremos los miles de veganos de países de los que no hay datos, como Bélgica, Austria, Suecia o Noruega. ¿Cuántos veganos habría en Europa en 1950? Pongamos la disparatada cifra de 60.000 de nuevo. Tendremos que desde 1950 la población vegana habrá aumentado en un 400% mientras que la población europea solo un 32% . Sin duda el veganismo en occidente crece a un ritmo mayor que la población.
Si los defensores de los animales de los años 60 o 70, hubieran adoptado el discurso derrotista creyendo que la gente no cambia y que sólo sigue la corriente, hoy habría, creo que es evidente, cientos de miles de veganos menos y varios miles de esclavos más. La cuestión es que no hay motivos para pensar que el veganismo no se vaya a seguir extendiendo. No hay datos ni evidencias, solo afirmaciones gratuitas y desmoralizadoras. Para pensar que la concienciación es efectiva, al menos contamos con una tendencia. Además podemos sacar algunas conclusiones sobre la forma de esa tendencia. Creo que hay motivos para pensar que, no sólo el número de veganos crece, como se ha comprobado, sino que su crecimiento es cada vez mayor. ¿En qué me baso para pensarlo? Por ejemplo, en que la gente occidental, por lo general, o no tiene hijos, o tiene uno o dos, mientras que un vegano, ya tiene que hacer poco para no convencer en toda su vida a muchas más de dos personas. Si cada vegano convence a más de tres o cuatro personas en su vida, estará poniendo su grano de arena para que el ritmo de crecimiento del veganismo sea mucho mayor que el de la población. Por otro lado, el veganismo no solo reduce la demanda de alimentos de origen animal, sino que automáticamente promueve alternativas a esos productos, lo que ayuda a que haya más veganos. Las empresas gastan millonadas en estudios de mercado. Si ven cada vez más veganos, se intentarán quedarse con esa jugosa cuota de mercado que ha perdido la ganadería. Creo que no es casual que Central Lechera Asturiana o Hacendado saquen leches de soja enriquecidas en B12 o que Danone saque yogures 100% vegetales. Hoy ya existen hamburguesas, quesos, patés, salchichas y otros productos veganos que imitan de un modo impresionante los sabores y texturas de los productos de origen animal. Son más caros y más difíciles de encontrar, pero cuantos más veganos seamos, serán más baratos y más fáciles de encontrar (por la competencia entre empresas), lo que a su vez facilitará que haya más veganos y así ad infinitum. Por ejemplo, cuando estuve en Londres, me compré un paquete de imitación vegana del beicon. En Euros, me costó 3. El mismo producto en España me cuesta 6, y eso que los precios en Londres son más altos.
Viendo cómo ha crecido el veganismo (y también el vegetarianismo) desde los años cincuenta del siglo pasado, teniendo en cuenta que podemos convencer a muchas personas a lo largo de nuestra vida (que a su vez harán lo mismo), y que el veganismo promueve el desarrollo y la comercialización de alternativas libres de esclavitud (las cuales hacen más fácil que la gente se haga vegana), podemos darnos el lujo de ser optimistas respecto a la educación vegana y tener una actitud positiva en nuestro activismo, lo cual siempre viene bien para encarar la lucha.
En ocasiones se simplifica y ridiculiza la educación vegana, llegándose a decir que queremos convencer a la gente de una en una. La cuestión es que la concienciación no funciona así. No es que un activista vaya por la calle hablando con la gente y que unos digan “No, yo paso” y otros “Tienes razón, me hago vegano”.
Lo primero es que hay miles de formas de hacer concienciación y de comunicar un mensaje. En un pase de video o una charla, te diriges a varias personas a la vez, en ocasiones a veinte o treinta. Haciendo protestas en la calle te diriges a cientos en pocas horas. Realizando acciones impactantes, puedes salir en los medios y llegar a millones.
Lo segundo es que la persona que decide hacerse vegana, no lo hace generalmente como resultado de un único estímulo. En mi caso, por ejemplo, la primera vez que vi un mensaje sobre vegetarianismo, pensé: “Con todas las cosas por las que hay que luchar y hay gente dedicándose a esto”. Una reacción normal tras casi veinte años de educación especista, pero al mismo tiempo, un pequeño e inconsciente primer paso. Después conocí a dos vegetarianos. Nunca había hablado con alguno antes y resultó que ambos eran inteligentes y simpáticos y uno de ellos buen deportista. Ahí se me cayeron los mitos “vegetariano=freak, secta, budismo” y “vegetariano=enfermo saco de huesos”. Había dado otro paso. Otro día vi una horrible foto (http://opcionrespeto.blogspot.com/2007/03/esta-s-que-me-influy.html) de varios cerdos siendo subidos a un barco con una red, todos apiñados como mercancías. Me impactó mucho la cara de sufrimiento extremo que tenían. Seguía caminado. En una excursión vi un grupo de vacas. Me fije en una madre que caminaba con su bebé al lado. Las vi como personas. Fue un gran paso que me llevó al vegetarianismo. Meses después conocí a activistas veganos que me ayudaron a disipar mis dudas sobre nutrición. Paso final, me hice vegano.
(continúa)
No es bueno que tengamos una visión irreal y exagerada de nuestras posibilidades. Por ejemplo, creo que es cuanto menos ilusorio aferrarnos a la creencia de que podemos lograr que los gobiernos, formados por políticos especistas que quieren seguir comiendo animales, vayan a tomar medidas encaminadas a desmantelar un sector que da trabajo a miles de personas (votantes) y que permite al 99% de la sociedad (votantes) seguir satisfaciendo su deseo de disfrutar del sabor de los productos de origen animal. Tampoco es realista pensar que lo van a hacer sin darse cuenta.
Pero lo que tampoco es positivo, es tirar la toalla a la mínima y tomar una actitud derrotista. Que no percibamos grandes victorias para los animales en nuestro día a día, no significa que la concienciación social solo pueda fracasar.
Opino que debemos tener una actitud positiva en cuanto a nuestras posibilidades, pero siempre con los pies en la tierra. Y creo que las posibilidades de la concienciación social sobre el veganismo y los derechos animales invitan a ser optimista. No hagamos caso de discursos derrotistas basados en humo.
Se dice que el crecimiento del veganismo no puede superar al de la población. Afirmaciones como estas son las que debemos mirar con lupa. Desde 1950, la población mundial ha crecido un 157%. Hoy somos unos 6.700 millones de humanos creciendo a un ritmo de unos 70 millones al año. Son cifras desalentadoras, pero lo cierto es que si esto es un problema para la concienciación, lo es también para cualquier otra medida. ¿O es que acaso alguien conoce una estrategia contra este hecho?
En los países occidentales la población casi no crece. Dado que estamos aquí, no podemos hacer mucho de momento para cambiar las cosas en los países en vías de desarrollo o en los subdesarrollados, por tanto, si hablamos de crecimiento poblacional o de analizar la sociedad para aplicar la estrategia correcta, deberíamos centrarnos en estudiar el tipo de sociedad donde aplicaremos dichas estrategias, es decir, en sociedades desarrolladas.
¿Cuántos veganos habría en Estados Unidos en 1950? No sé si es posible responder a esta pregunta, pero parece lógico pensar que había más bien pocos. Voy a proponer que había 60.000, lo cual creo que es muy exagerado. ¿Y cuantos veganos hay hoy en Estados Unidos? Tenemos dos datos (http://en.wikipedia.org/wiki/Vegan), uno apunta al 0,2% y otro al 1,3%. Cojamos el dato más conservador y tendremos que en EEUU hay unos 600.000 veganos. Esto supone que el veganismo en EEUU ha crecido desde 1950 en un 900%, mientras que la población ha crecido en un 100%. ¿Y en Europa? De los datos de Wikipedia podemos sacar estas cifras aproximadas de población vegana: Reino Unido 200.000; Alemania 70.000; Suecia 20.000; Holanda 16.000. En total unos 300.000 redondeando a la baja. Ignoremos los miles de veganos de países de los que no hay datos, como Bélgica, Austria, Suecia o Noruega. ¿Cuántos veganos habría en Europa en 1950? Pongamos la disparatada cifra de 60.000 de nuevo. Tendremos que desde 1950 la población vegana habrá aumentado en un 400% mientras que la población europea solo un 32% . Sin duda el veganismo en occidente crece a un ritmo mayor que la población.
Si los defensores de los animales de los años 60 o 70, hubieran adoptado el discurso derrotista creyendo que la gente no cambia y que sólo sigue la corriente, hoy habría, creo que es evidente, cientos de miles de veganos menos y varios miles de esclavos más. La cuestión es que no hay motivos para pensar que el veganismo no se vaya a seguir extendiendo. No hay datos ni evidencias, solo afirmaciones gratuitas y desmoralizadoras. Para pensar que la concienciación es efectiva, al menos contamos con una tendencia. Además podemos sacar algunas conclusiones sobre la forma de esa tendencia. Creo que hay motivos para pensar que, no sólo el número de veganos crece, como se ha comprobado, sino que su crecimiento es cada vez mayor. ¿En qué me baso para pensarlo? Por ejemplo, en que la gente occidental, por lo general, o no tiene hijos, o tiene uno o dos, mientras que un vegano, ya tiene que hacer poco para no convencer en toda su vida a muchas más de dos personas. Si cada vegano convence a más de tres o cuatro personas en su vida, estará poniendo su grano de arena para que el ritmo de crecimiento del veganismo sea mucho mayor que el de la población. Por otro lado, el veganismo no solo reduce la demanda de alimentos de origen animal, sino que automáticamente promueve alternativas a esos productos, lo que ayuda a que haya más veganos. Las empresas gastan millonadas en estudios de mercado. Si ven cada vez más veganos, se intentarán quedarse con esa jugosa cuota de mercado que ha perdido la ganadería. Creo que no es casual que Central Lechera Asturiana o Hacendado saquen leches de soja enriquecidas en B12 o que Danone saque yogures 100% vegetales. Hoy ya existen hamburguesas, quesos, patés, salchichas y otros productos veganos que imitan de un modo impresionante los sabores y texturas de los productos de origen animal. Son más caros y más difíciles de encontrar, pero cuantos más veganos seamos, serán más baratos y más fáciles de encontrar (por la competencia entre empresas), lo que a su vez facilitará que haya más veganos y así ad infinitum. Por ejemplo, cuando estuve en Londres, me compré un paquete de imitación vegana del beicon. En Euros, me costó 3. El mismo producto en España me cuesta 6, y eso que los precios en Londres son más altos.
Viendo cómo ha crecido el veganismo (y también el vegetarianismo) desde los años cincuenta del siglo pasado, teniendo en cuenta que podemos convencer a muchas personas a lo largo de nuestra vida (que a su vez harán lo mismo), y que el veganismo promueve el desarrollo y la comercialización de alternativas libres de esclavitud (las cuales hacen más fácil que la gente se haga vegana), podemos darnos el lujo de ser optimistas respecto a la educación vegana y tener una actitud positiva en nuestro activismo, lo cual siempre viene bien para encarar la lucha.
En ocasiones se simplifica y ridiculiza la educación vegana, llegándose a decir que queremos convencer a la gente de una en una. La cuestión es que la concienciación no funciona así. No es que un activista vaya por la calle hablando con la gente y que unos digan “No, yo paso” y otros “Tienes razón, me hago vegano”.
Lo primero es que hay miles de formas de hacer concienciación y de comunicar un mensaje. En un pase de video o una charla, te diriges a varias personas a la vez, en ocasiones a veinte o treinta. Haciendo protestas en la calle te diriges a cientos en pocas horas. Realizando acciones impactantes, puedes salir en los medios y llegar a millones.
Lo segundo es que la persona que decide hacerse vegana, no lo hace generalmente como resultado de un único estímulo. En mi caso, por ejemplo, la primera vez que vi un mensaje sobre vegetarianismo, pensé: “Con todas las cosas por las que hay que luchar y hay gente dedicándose a esto”. Una reacción normal tras casi veinte años de educación especista, pero al mismo tiempo, un pequeño e inconsciente primer paso. Después conocí a dos vegetarianos. Nunca había hablado con alguno antes y resultó que ambos eran inteligentes y simpáticos y uno de ellos buen deportista. Ahí se me cayeron los mitos “vegetariano=freak, secta, budismo” y “vegetariano=enfermo saco de huesos”. Había dado otro paso. Otro día vi una horrible foto (http://opcionrespeto.blogspot.com/2007/03/esta-s-que-me-influy.html) de varios cerdos siendo subidos a un barco con una red, todos apiñados como mercancías. Me impactó mucho la cara de sufrimiento extremo que tenían. Seguía caminado. En una excursión vi un grupo de vacas. Me fije en una madre que caminaba con su bebé al lado. Las vi como personas. Fue un gran paso que me llevó al vegetarianismo. Meses después conocí a activistas veganos que me ayudaron a disipar mis dudas sobre nutrición. Paso final, me hice vegano.
(continúa)