Mowgli
19-sep-2008, 09:27
Manolo y Bosco han probado un "antipsicótico", un "diurético" y un "antibiótico contra el Antrax" en los últimos años pero no sufren ninguna enfermedad ni están explorando nuevos campos en el mundo de las drogas. Lo que han hecho es participar en ensayos clínicos en los hospitales madrileños de La Princesa y La Paz a razón de 550 euros por cabeza en cada experimento. El último, a principios de este año.
Aunque ninguno rehuye el tema, tienen visiones distintas de esta forma de conseguir dinero extra. Manolo lo ve como "un chollo" y bromea con el tema. Para Bosco se trata de algo "más serio" que "exige un esfuerzo" y que, por supuesto, tiene una recompensa.
La primera prueba fue hace ya algunos años, tuvo lugar en la Paz y de forma casual. Se enteraron de que necesitaban gente para un ensayo clínico y se apuntaron. Pasaron las pruebas médicas y se convirtieron por primera vez en "cobayas humanas".
Les dieron "un diurético, no recuerdo si por vena o en una pastilla", y estuvieron dos días ingresados en el centro. "Nos pasamos todo el tiempo meando", recuerdan. "Se trataba de comparar los efectos de un medicamento que estaba en el mercado y del genérico que querían sacar". Manolo estudió veterinaria y le resulta más sencillo averiguar qué tipo de pruebas les hacen. 550 euros para cada uno, "somos como una ONG", bromea, "gracias a nosotros mejoran los fármacos".
No es tan fácil
Para Bosco la historia no es tan divertida: "Las pruebas previas que te hacen son muy exigentes. No puedes ser fumador ni haber bebido en una semana ni por supuesto haber consumido ninguna droga, sólo les vale la gente sana". Después de hacer el ensayo, añade, "tienes que ir al hospital otros tres ó cuatro días para que te sigan sacando sangre. Tampoco pueden participar en otro ensayo en menos de tres meses. "Te sacas un dinerillo y sabes que estás colaborando a mejorar los tratamientos para la gente que de verdad está enferma".
"La última prueba que nos hicimos fue a principios de este año, fueron también algo más de 500 euros por cabeza, en el hospital de La Princesa", en Madrid. Aseguran que les dieron un "antipsicótico" y que estuvieron "dormiditos" todo el día.
Entre el experimento del "diurético" y el del "antipsicótico" participaron también en una prueba de "un antibiótico contra el Antrax llamado Ciprofloxacino". El pago fue el mismo: "Algo menos de 600 euros".
Sin riesgos
"Estamos muy tranquilos en cuanto a los riesgos, los ensayos están muy controlados, confiamos en los doctores que trabajan en los experimentos", afirman al unísono.
"El riesgo es el mismo que el de ir por la calle y que te pille un coche o te caiga una maceta en la cabeza", afirma Francisco Abad, responsable de la Unidad de Ensayos clínicos del Hospital de La Princesa. Abad confirma las pruebas de bioequivalencia: ensayos para comparar el efecto de un medicamento cuya patente caduca con un genérico de iguales prestaciones.
Este farmacólogo clínico ha trabajado en los ensayos en los que participaron Manolo y Bosco. Nos cuenta que en España hay varias unidades de este tipo: la mayoría en Barcelona y Madrid. Su visión es más científica que la de los participantes, pero se escuda en un acuerdo de confidencialidad con los laboratorios promotores para no soltar prenda. No pueden confirmar con qué medicamentos realizan las pruebas aunque explican con claridad el proceso.
Abad asegura que el mínimo de participantes por experimento es de 12 personas, "pero en algún ensayo ha habido hasta 36 voluntarios". Así es como los llaman: "voluntarios", personas como Bosco y Manolo, que cobraron más de 500 euros por cada prueba.
Los euros
Las tarifas no dependen del medicamento en pruebas, "son fijas, 150 euros por día ingresado y otros 15 por las extracciones de sangre posteriores". Lo que Manolo llama los "chupitos".
La forma de anunciar la necesidad de estos "voluntarios" no supone un gran problema. "Tenemos bases de datos y el boca a boca funciona muy bien", asegura el doctor. Otra forma de buscar participantes pueden ser los anuncios en la prensa aunque "un comité ético lo tiene que autorizar y nosotros no lo hemos hecho nunca".
Tras el proceso de selección, los participantes en el experimento reciben información "por escrito y de forma oral" acerca de la prueba a la que se someten aunque Abad admite que "algunos no recuerdan nada unos días después del ensayo".
Los participantes tienen un tiempo para decidir si desean continuar o abandonan el ensayo. Para el responsable del área de Ensayos del Hospital de la Princesa lo más importante es dejar clara la seriedad de su trabajo. "Ya no se cometen los abusos de hace 30 ó 40 años. Un Comité Ético, la Dirección del Hospital y la Agencia Española del Medicamento son los garantes de la seguridad". Y añade para no dejar dudas, "en 14 años no hemos tenido ningún problema".
Los ensayos los realizan entre la Fundación del Hospital y algún laboratorio. Francisco Abad no puede decir los nombres aunque desliza que hay más laboratorios españoles que extranjeros. No lo ven así las cobayas que afirman que la mayoría de los laboratorios son extranjeros, "eso es lo que pone en el papel que te dan para cobrar. Parece que somos las cobayas más baratas de Europa", afirma Manolo con una sonrisa en la boca.
http://www.informativos.telecinco.es/dn_67.htm
Aunque ninguno rehuye el tema, tienen visiones distintas de esta forma de conseguir dinero extra. Manolo lo ve como "un chollo" y bromea con el tema. Para Bosco se trata de algo "más serio" que "exige un esfuerzo" y que, por supuesto, tiene una recompensa.
La primera prueba fue hace ya algunos años, tuvo lugar en la Paz y de forma casual. Se enteraron de que necesitaban gente para un ensayo clínico y se apuntaron. Pasaron las pruebas médicas y se convirtieron por primera vez en "cobayas humanas".
Les dieron "un diurético, no recuerdo si por vena o en una pastilla", y estuvieron dos días ingresados en el centro. "Nos pasamos todo el tiempo meando", recuerdan. "Se trataba de comparar los efectos de un medicamento que estaba en el mercado y del genérico que querían sacar". Manolo estudió veterinaria y le resulta más sencillo averiguar qué tipo de pruebas les hacen. 550 euros para cada uno, "somos como una ONG", bromea, "gracias a nosotros mejoran los fármacos".
No es tan fácil
Para Bosco la historia no es tan divertida: "Las pruebas previas que te hacen son muy exigentes. No puedes ser fumador ni haber bebido en una semana ni por supuesto haber consumido ninguna droga, sólo les vale la gente sana". Después de hacer el ensayo, añade, "tienes que ir al hospital otros tres ó cuatro días para que te sigan sacando sangre. Tampoco pueden participar en otro ensayo en menos de tres meses. "Te sacas un dinerillo y sabes que estás colaborando a mejorar los tratamientos para la gente que de verdad está enferma".
"La última prueba que nos hicimos fue a principios de este año, fueron también algo más de 500 euros por cabeza, en el hospital de La Princesa", en Madrid. Aseguran que les dieron un "antipsicótico" y que estuvieron "dormiditos" todo el día.
Entre el experimento del "diurético" y el del "antipsicótico" participaron también en una prueba de "un antibiótico contra el Antrax llamado Ciprofloxacino". El pago fue el mismo: "Algo menos de 600 euros".
Sin riesgos
"Estamos muy tranquilos en cuanto a los riesgos, los ensayos están muy controlados, confiamos en los doctores que trabajan en los experimentos", afirman al unísono.
"El riesgo es el mismo que el de ir por la calle y que te pille un coche o te caiga una maceta en la cabeza", afirma Francisco Abad, responsable de la Unidad de Ensayos clínicos del Hospital de La Princesa. Abad confirma las pruebas de bioequivalencia: ensayos para comparar el efecto de un medicamento cuya patente caduca con un genérico de iguales prestaciones.
Este farmacólogo clínico ha trabajado en los ensayos en los que participaron Manolo y Bosco. Nos cuenta que en España hay varias unidades de este tipo: la mayoría en Barcelona y Madrid. Su visión es más científica que la de los participantes, pero se escuda en un acuerdo de confidencialidad con los laboratorios promotores para no soltar prenda. No pueden confirmar con qué medicamentos realizan las pruebas aunque explican con claridad el proceso.
Abad asegura que el mínimo de participantes por experimento es de 12 personas, "pero en algún ensayo ha habido hasta 36 voluntarios". Así es como los llaman: "voluntarios", personas como Bosco y Manolo, que cobraron más de 500 euros por cada prueba.
Los euros
Las tarifas no dependen del medicamento en pruebas, "son fijas, 150 euros por día ingresado y otros 15 por las extracciones de sangre posteriores". Lo que Manolo llama los "chupitos".
La forma de anunciar la necesidad de estos "voluntarios" no supone un gran problema. "Tenemos bases de datos y el boca a boca funciona muy bien", asegura el doctor. Otra forma de buscar participantes pueden ser los anuncios en la prensa aunque "un comité ético lo tiene que autorizar y nosotros no lo hemos hecho nunca".
Tras el proceso de selección, los participantes en el experimento reciben información "por escrito y de forma oral" acerca de la prueba a la que se someten aunque Abad admite que "algunos no recuerdan nada unos días después del ensayo".
Los participantes tienen un tiempo para decidir si desean continuar o abandonan el ensayo. Para el responsable del área de Ensayos del Hospital de la Princesa lo más importante es dejar clara la seriedad de su trabajo. "Ya no se cometen los abusos de hace 30 ó 40 años. Un Comité Ético, la Dirección del Hospital y la Agencia Española del Medicamento son los garantes de la seguridad". Y añade para no dejar dudas, "en 14 años no hemos tenido ningún problema".
Los ensayos los realizan entre la Fundación del Hospital y algún laboratorio. Francisco Abad no puede decir los nombres aunque desliza que hay más laboratorios españoles que extranjeros. No lo ven así las cobayas que afirman que la mayoría de los laboratorios son extranjeros, "eso es lo que pone en el papel que te dan para cobrar. Parece que somos las cobayas más baratas de Europa", afirma Manolo con una sonrisa en la boca.
http://www.informativos.telecinco.es/dn_67.htm