Estoy de acuerdo en que es una buena medida y me alegro, pero también coincido en que si han dado ese paso no ha sido por conciencia medioambiental, sino (posiblemente) por obligación. Del mismo modo que la política de no regalar las bolsas es estrictamente económica (y, aun así, bienvenida sea la incitiativa), por mucho que se laven la cara.
Precisamente colgué en un post referente a este tema un artículo que da varios ejemplos de esta clase de publicidad verde llevada para grandes empresas.