Ha sido leer esto y entrarme un escalofrío por la espalda. Cuando era pequeña entraban mucho en casa (en mi ex ciudad son muy corrientes, sobre todo en verano) y yo tenía pesadillas con que salían de la pared y cosas así. Qué mal lo pasaba...
Hace unos años tuvimos una plaga en la cocina. Fue horrible. A mi madre y a mí nos daba mucha pena porque veías cómo se agrupaban en familias, con sus crías y todo... pero claro, no puedes tenerlas ahí. Yo me mudé antes de que acabaran con ellas, pobres.
Sí que es curioso esto del asco hacia ellas. No me ha pasado jamás con ningún otro insecto, pero este me puede. Eso sí, desde niña siempre las he defendido para que no las matasen. (Ya prometía...)