Maiden, pronto estaré para otra seguro
El caso esque no volveré a dejarme cazar
Nunca mais!
Maiden, pronto estaré para otra seguro
El caso esque no volveré a dejarme cazar
Nunca mais!
Me gustan las corridas de toros. Dentro de las vacas!
Un día arranco el ordenador, y el disco duro de los datos no se veía. Muchas cosas importantes ahí. Entre ellas algunas fotos de viajes, irrepetibles. Le dí unos toques suaves en funcionamiento, a ver si la aguja dejaba de hacer tac tac. Nada, así que los meneos cada vez fueron menos delicados, hasta que acabé por joderlo del todo. Si hubiera tenido paciencia, en otro ordenador quizás hubiera arrancado, o en la tienda me hubieran recuperado los datos.
Me lamento cada vez que lo recuerdo. Y han pasado casi 10 años.
Jolín Melodi, yo me acuerdo de los cabezazos que me daban unos cervatillos cuando les daba el biberón, no quiero ni pensar lo que debe de doler un topetazo intencionado del cornudo ese.
Los carneros son peligrosos.
We do not inherit the Earth from our ancestors: we borrow it from our children.
El optimismo de la acción es preferible al pesimismo del pensamiento. Proverbio Cree.
A mi hija mayor le ha tocado un profe de música en su clase rebotado de otro curso, que ya ha pasado por varios colegios y que acumula un montón de quejas y sanciones en el expediente por tratar mal a los niños (gritos, insultos, encierros en armarios, cosas así). En el cole no pueden hacer nada porque la plaza es suya. El inspector se lava las manos. Mi hija está acojonada con ese profesor, compañeros suyos tienen ansiedad antes de esa clase. No sabemos qué hacer los padres y madres, es una situación horrible.
Jajajaja Nessie...me ha hecho gracia como lo has llamado!
Doy fe de su peligrosidad, Crisha, doy fe.
Ains...
Walkiria se me ocurre que si hablais los padres y todos estais de acuerdo, no permitais que acudan a esa clase. Quizá así el director se quiera enterar.
No puede ser que un niño vaya con ansiedad o miedo a su colegio.
Me gustan las corridas de toros. Dentro de las vacas!
Peligrosos y traicioneros. En casa de mi abuela teníamos uno que de cara no, pero como te viera de espaldas te daba el frentazo. Más de una vez me llamó mi tío a voces que fuese a ayudarle a espantarlo, que el carnero lo tenía acorralado en cualquier esquina de un bancal... Que ahora con el recuerdo de la situación me parto, pero no, en el momento no era nada gracioso.