Bernat tiene dos años y todavía nos quedamos los dos (su papá y yo) a veces mirándolo en plan enamoramiento-total, mientras duerme, mientras juega, mientras come... Y flipamos con lo que dice, con lo que hace... y nos encanta nuestro hijo!!!
Creo que la maternidad es un estado permanente de enamoramiento...
(bueno, cuando tenga 15 años ya os lo diré...)