Sentimos decepcionarle, pero el goji o baya del Tíbet no es el
elixir de la eterna juventud y no merece la pena pagar por él
un precio más alto que por cualquier otro fruto rojo.
Alarga la vida, reduce
el riesgo de cáncer,
refuerza el sistema
inmune, ayuda a perder
peso, mejora la respuesta
sexual... Con semejante
publicidad, no es raro que
se estén convirtiendo en un
gran éxito popular.
Lo cierto es que el Goji o
baya del Tíbet, el fruto de
una planta trepadora
original de esa región,
contiene abundantes
vitaminas y antioxidantes,
pero en un porcentaje
semejante al de otros frutos
del bosque como arándanos
o grosellas. Se trata de un
alimento como otros, no de
un medicamento. Si quiere
mantenerse en forma,
procure tomar sus cinco
raciones de fruta y verdura
diarias. Cuanto más
variadas y coloridas mejor
(sí, coloridas, porque los
diferentes colores indican
distintas vitaminas y
antioxidantes que hay que
incluir en nuestra dieta). El
goji puede tomarlo como
otra fruta más: tiene
antioxidantes y no le hará
daño, pero tampoco le
convertirá en Superman.