Conclusiones y consideraciones finales:
Uno de los principios fundamentales en Medicina Naturista, es que no existen enfermos, sino “personas” con características y necesidades diferentes, por lo que se hace imposible generalizar en algo tan personal como es el tema de la alimentación.
Por lo tanto, y siempre teniendo en cuenta las necesidades y condiciones personales, podemos tomar precauciones adicionales con los siguientes grupos de riesgo: en primer lugar, las mujeres embarazadas y los bebés amamantados por madres veganas, en segundo lugar los bebedores de alcohol, las mujeres que consumen anticonceptivos y personas que consumen habitualmente drogas farmacológicas (sobre todo antibióticos), en tercer lugar todas aquellas personas con trastornos gastrointestinales crónicos, o que hallan sido sometidas a una gastrectomía.
También las personas mayores de cincuenta años, que siguen hábitos alimenticios “convencionales”, como el estilo de vida convencional, y en especial los ancianos.
En lo personal, y al igual que otros autores e investigadores, pensamos que cuando una persona sigue una dieta para la cual esta adaptada constitucional y biológicamente (esto es vegana/vegetariana), llevando además una vida sana, acorde a los principios de la higiene natural, ESTO ES QUE CONSUMA UN ALTO PORCENTAJE DE ALIMENTOS CRUDOS, combina bien sus alimentos, sin cometer excesos, tiene una correcta función intestinal y es una persona físicamente activa y hace uso de los agentes naturales de salud, como el Sol, el aire, la tierra, etc. (dentro de las posibilidades de cada persona), es muy poco probable que desarrollen deficiencia de vitamina B12, siempre y cuando no tengan alterada y deteriorada su función intestinal, por todo lo dicho anteriormente.
Además, no lapidemos la capacidad que tiene el hígado de almacenar, entre otras, la vitamina B12, y que en nuestro organismo contamos con bacterias que sintetizan la B12, y que tan solo necesitamos 1 milgr. diario para cubrir las necesidades diarias.
Por otro lado, si la naturaleza puso cantidades pequeñísimas de vitamina B12 en la alimentación humana, significa que necesitamos muy poca, o que debemos confiar en que las bacterias la formarán en el intestino.
De hecho, hay en un total de 126 cepas de levaduras y bacterias que producen la vitamina B12; pensemos que si estos organismos pueden producirla “in Vitro”, también la harán y más efectivamente “en vivo”, que es su medio natural, y porque además, una de sus funciones metabólicas es producir la vitamina B12 (tengamos presente una ley fundamental de la biología, que es que un órgano que no se estimula, y no cumple su función, se atrofia).
Pero si, a pesar de todo lo expuesto, alguien decide tomar precauciones adicionales, recordemos que está la posibilidad de consumir alimentos enriquecidos con vitamina B12, la que eventualmente ayudará a reforzar la provisión de B12.
Por último, y al igual que el Dr. Navarro Richardson y otros autores e investigadores, si consideramos que si la vitamina B12 no estuviera presente en la dieta, y las bacterias no la produjeran en el intestino, entonces pensaríamos que no la necesita, o que la naturaleza cometió una gran equivocación, o que fue negligente en el cuidado una de sus criaturas mas perfectas. Pero la naturaleza no se ha olvidado del ser humano, aunque sí es el ser humano que por negligencia, indiferencia o estupidez, termina “arruinando” esta maravilla de la creación, que es el cuerpo humano.
Si se estudiaran los porcentajes de casos de anemia, se comprobaría que hay muchos más casos entre los omnívoros que entre los vegetarianos, y estos resultarían mucho mas sanos.