Hoy todavía he comprado la rúcula, los aguacates (ni recuerdo cuándo comí el último) y los plátanos. La fruta suelo comer sola (1 solo tipo en 1 plato) y de lo demás me preparo las ensaladas eligiendo los ingredientes según las ganas actuales.
Estando fuera de casa me compro de vez en cuando una barrita crudivegana (las galletas crudiveganas deshidratadas me provocan muchísima sed y el chocolate crudo me desequilibra por su contenido alto de cacao entonces no me atraen).
Por la primera vez probé la barrita crudivegana con chía y avena verde. Esperaba algo bien asqueroso pero como me encantan las degustaciones, al fin me atreví a comprarla, jeje. Para mi sorpresa fue rica porque contenía también los dátiles y frutos secos. Gracias a chía la textura fue mucho más zumosa que la de otras barritas de frutos secos. Y gracias a la avena verde no fue tan extremadamente dulce. En total: quizás la mejor barrita crudivegana que jamás he probado.