La “Pedagogía” Waldorf fue creada a partir de las ideas esotéricas y sobrenaturales de Steiner y son consecuentes con ellas. Es decir, no se trata de un método de enseñanza, ni surge del estudio de los procesos cognitivos del aprendizaje: es la adaptación de las bases de la antroposofía a un modo de adoctrinamiento mal llamado pedagogía. Steiner afirmaba que sus ideas provenían de la percepción espiritual, es decir, que eran revelaciones místicas. En este contexto, no se puede aplicar la “Pedagogía” Waldorf sin conocer y difundir la antroposofía y los escritos del líder.
La conferencia a la que asistí fue dictada por una señora que se presentó como “docente especialista en “Pedagogía” Waldorf”, y planteó de entrada la idea central del sistema. Según Steiner la evolución de todos los individuos está regulada por etapas definidas por septenios, lapsos de siete años. Cada septenio representa un momento de significado sobrenatural vinculado a “algo” que le ocurre a cada persona relacionado con el misticismo antroposófico del desarrollo del espíritu humano. Para que la “Pedagogía” Waldorf sea eficiente cada septenio debe estar precedido por la práctica antroposófica del septenio anterior. Por ello cada ciudad que genera una escuela Waldorf debe comenzar por un Jardín de Infantes.
La conferencista nos explicó cómo funciona nuestro organismo: el cuerpo está dividido en tres partes, la cabeza “dura por fuera y blanda por dentro” (el Sistema Nervioso Sensor), el tronco “blando por fuera y duro por dentro” (el Sistema Rítmico) y las piernas (El Sistema Motor). La constitución biológica humana, además está concebida en ideas esotéricas ya dejadas de lado por cualquier corriente de pensamiento racional. El cuerpo humano se compondría de cuatro cuerpos: el físico (vinculado con el Reino Mineral), el etéreo (dominado por la fuerza vital y relacionado con el Reino Vegetal), el astral (relacionado con los sentimientos y el Reino Animal), y el sustrato del yo. Todo esto dicho con tal aplomo que quien escuchaba no sabía si la señora realmente desconoce lo elemental de la anatomía o si se trata que la antroposofía alienta el desprecio por todo conocimiento de los últimos 400 años que no incluya a Steiner como autor.
Esta secuencia de sistema Sensor, Rítmico y Motor más los cuatro “cuerpos” son centrales para la enseñanza Waldorf ya que se aplican en ese orden en cada uno de los tres primeros septenios. En este contexto, resultó altamente llamativo que la conferencista afirmara que no se debe usar la “fuerza vital” de los chicos del segundo septenio (7 a 13 años) para que aprendan conceptos abstractos, y que la lecto escritura se debe iniciar después de los 7 años cuando se forma el cuerpo astral. Según la “Pedagogía” Waldorf recién en el tercer septenio, que inicia a los 14 años, las personas adquirimos pensamiento abstracto y podemos por ejemplo, comenzar a aprender matemática. Esto fue acompañado por exclamaciones de horror porque a los niños se les enseña matemática y a escribir a partir de los cinco o seis años, ya que durante todo el proceso, pero principalmente en el segundo septenio, la enseñanza sólo debe estar basada sobre la lectura (por el maestro) de mitos y leyendas.
El significado de “fuerza vital” en la conferencia no fue metafórico, sino en su más rancio significado mágico, ¿acaso no ves la fuerza vital en esta planta? me preguntó la conferencista señalando una maceta.
Uno de los pasajes más bizarros de la conferencia fue la afirmación que si no se siguen las etapas Sensor, Rítmico y Motor se ocasionan consecuencias en la salud. Por ejemplo (textual): si durante el segundo septenio (6 a 13 años) el niño recibe educación que carece de lecturas de mitos y que exige aprendizaje de conceptos abstractos (como el de la matemática) en la adolescencia repercute en adicciones al alcohol, a las drogas y el sexo. Además, según la conferencista, a los 42 años las consecuencias en la salud son artritis, atrosis y enfermedades cardíacas. Nuevamente todo afirmado con un desprecio absoluto a la medicina y a la etiología de las adicciones o de esas enfermedades: los escritos de Steiner están por encima de todo conocimiento, incluso el generado después de su muerte en 1925.
¿La Antroposofía es una secta?
El investigador Alfredo Silleta en su libro “La Nueva Era” incorpora a la antroposofía dentro de los movimientos esotéricos que antecedieron el desarrollo de las doctrinas New Age y vinculado a algunas sectas. Es difícil decir qué organización es o no es una secta. Lo cierto es que la Antroposofía es adoptada por muchos movimientos de comportamiento sectario, como el del Maestro Amor, y por estructuras racistas como la de los Niños Índigo.
Rudolf Steiner en vida se comportó como el gurú de una secta, reconociendo que era poseedor de poderes paranormales y que recibía sus ideas de revelaciones místicas. También es cierto que, como en las sectas, lo escrito por el líder no se cuestiona, ni aún para mejorarlo.
Las principales afirmaciones de la antroposofía jamás fueron demostradas o se encuadran en sistemas de creencias basados en la
fe y en la adoración al líder y carecen de vínculos con la realidad: los septenios como etapas del desarrollo, la conformación del cuerpo humano, la reencarnación, los ángeles de la guarda, la fuerza vital, etc.
Se trata de una
enseñanza conservadora que no alienta el conocimiento fuera de la antroposofía que permanece inalterada desde hace 90 años (Contarelli 2009). De hecho la antroposofía alienta el desprecio por todo lo que no provenga de los escritos del líder.
La orientación de esas escuelas se promociona como de una enseñanza totalizadora (en términos de Steiner), no fragmentada, que respeta los tiempos de aprendizaje (en términos de Steiner), que promueve aspectos artísticos (en términos de Steiner) y el respeto a la ecología (en términos de Steiner). Esos aspectos son incorporados por casi todas las escuelas estatales y privadas con la diferencia que no reconocen a Steiner como el origen de todo el conocimiento. Lo que no se expresa tan abiertamente es el currículo oculto de contenido antroposófico, lo cual en principio no tiene que generar alarma: cada quien cree lo que le parece y extracurricularmente enseña lo que sea (dentro de lo legal). Sin embargo habiendo niños en medio, que todavía no pueden elegir por sí mismos, es alarmante que se promueva abiertamente la no escolarización o las prácticas educativas basadas en conceptos ocultistas que retrasan el aprendizaje de numerosos temas, las cuales pueden generar desequilibrios en el desarrollo intelectual de los niños. Ni las escuelas confesionales más influyentes, las católicas, se atreven a esto.
Que la “Pedagogía” Waldorf en los términos planteados por los antropósofos no forme parte de los contenidos de ningún organismo oficial donde se forman docentes resulta, al menos, cuestionable acerca de su calidad como modo de enseñar o ¿todo el mundo está equivocado menos Steiner?