Símbolo de la Exposición Universal.
La ciudad de Barcelona, quizás en el corazón de esta urbe, la Plaza de Catalunya, posee una interesante y curiosa historia de su introducción. Tal como refiere La Vanguardia (01/11/1987) y basado en testimonios personales y escritos, la colonización de las palomas en la Plaza Catalunya barcelonesa fue intencionadamente proyectada por Manuel Ribi Labarta, jefe de la Guardia Urbana, con motivo de Ia Exposición Universal de 1929. Don Manuel, que había conocido Ia presencia de palomas en plazas de otras grandes ciudades, pensó que la Plaza Catalunya mejoraría con la presencia de las aves: Habiendo advertido que las palomas acudían diariamente a las caballerizas de la Guardia Urbana (junto al parque de la Ciutadella) para alimentarse del grano que el oficial Félix Torrubia repartía a los caballos, observó que las aves sólo seguían al oficial cuando iba éste de uniforme y no lo hacían si iba de paisano. Siguiendo órdenes, el oficial, uniformado, inició un día el camino hacia la Plaza de Catalunya ya dejando, a su paso, el pienso para las palomas, que formaron un larga comitiva en pos del grano.
Una vez en la Plaza de Catalunya, el oficial cambió su informe por un traje de paisano, la gorra por un sombrero, y se fue. Allí quedaron las palomas que durante unos cuantos días fueron expresamente alimentadas por la Guardia Urbana para que se habituasen al lugar.
Desde entonces, allí siguen. Y durante todos estos años miles de niños y adultos, residentes o foráneos de Barcelona, han visitado este lugar con el principal objetivo de "verlas y darles de comer".