Deja de comer pensamientos indigestos
Briconsejo del día:
Diles que salgan de tu cuerpo,
trasplantalos a una maceta,
y dales un poco de riego,*
sin olvidar el compost oloroso,
bien grande y bien hermoso.
(*Riego: eso que me falta a mí en la cabeza de vez en cuando, que tengo los pensamientos deshidratados, ¡ay pobrecicos!)
También existe lo que se conoce como la solución estratégica:
-Me duele aquí.
-Pues pongase allí.
Y si nada de esto funciona, no te pienso recomendar la solución que me dieron la última vez que afirmé que me dolía algo. Me dijeron: Si te duele, hay que amputar. (Y entonces mágicamente el dolor dió paso a la congoja...¡Mandarinas, deja de decir tonteridas y manda un abrazo, carajo!.)
Pues hale, este por tí y por todos los compañeros