Los cambios químicos que ocurren en la semilla germinando activan una fábrica enzimática poderosa que no se supera nunca en cualquier estadio posterior del crecimiento. Esta rica concentración enzimática induce una actividad enzimática elevada en tu metabolismo conduciendo a una regeneración del torrente sanguíneo y los procesos digestivos.
El Dr. Francis Pottenger encontró que las legumbres y granos germinados contienen una proteína completa. En pruebas con ratas, los germinados mantuvieron la vida del ciclo reproductivo durante muchas generaciones, además prueban que pueden proporcionar adecuadamente todos los nutrientes necesarios para la reproducción y crecimiento saludables.
Una vez que la semilla ha germinado se elimina la propiedad inductora de moco de la mayoría de legumbres. Los germinados no causan gases.
La proteína cruda se convierte en aminoácidos esenciales, almidón, mientras que los brotes contienen solamente azúcar por lo que el cuerpo los asimila más fácilmente. Comes menos. Facilitar la digestión significa tener más fuerza vital corporal para otras actividades.
El contenido vitamínico de la semilla aumenta tremendamente cuando germina. Dependiendo de la semilla, el contenido vitamínico óptimo generalmente ocurre de 50 a 96 horas después de que comienza a germinar. Los germinados son una fuente especialmente buena de vitamina C, vitamina B y buena fuente de vitamina A y E.
El porcentaje de proteína en germinados está inversamente relacionado con el aumento de peso. La semilla de alfalfa es 1,5 a 30% de proteína. La semilla de alfalfa germinada aumenta, aproximadamente, un séptuplo del peso sobre la semilla, por lo que deberíamos esperar que su contenido proteico estuviera entre el 2 y 5%.