A mi me tocó hace año y medio, de las peores experiencias que puedo contar. Después de 15 años mi amigo se había fracturado la cadera, estaba casi ciego, sordo, sin dientes... me hubiese cambiado por él. Estuve con él hasta el final... se durmió en mis brazos... no pude hacer más. ¿Quienes somos para decidir? Los que tenemos la opción de aliviarles una lenta agonía. Cuando ya no hay remedio, solo queda un camino que nosotros por suerte podemos acortar. Mucho ánimo.