Coloco este articulo, sobre la detencion de hamer, porque lo considero un hombre peligroso, dejar a los enfermos sin tratamiento medico tradicional y a expensas de sus teorias......a hecho muchisimo daño...conoci medicos que trabajaron con el y se largaron, en cuanto vieron, las barbaridades...no solo quitan la quimio y demas, sino hasta los calmantes...el enfermo debe sentir el dolor, para ser consciente del trauma, no se como calificar tal barbaridad, se escapa a mi comprension de la locura humana.
HAMER DETENIDO. AFORTUNADAMENTE
Fernando Frías Sánchez
Por Fernando L. Frías
La semana pasada la policía española, en cumplimiento de una "Euroorden",
procedió a la detención de Gerard Ryke Hamer para ponerlo a disposición de
las autoridades francesas.
Dicho así, no parece gran cosa como noticia. Todos los días la policía
detiene a delincuentes españoles o extranjeros, y en la inmensa mayoría de
los casos apenas merecen una mención en la sección de sucesos; mucho menos
una noticia destacada o, como en este caso, un artículo en un boletín
digital de difusión del pensamiento crítico. Pero es que Gerard Ryke Hamer
no es un delincuente cualquiera: es nada menos que el fundador de un nuevo
paradigma pseudomédico: la denominada (por Hamer y sus seguidores) "Nueva
Medicina".
El doctor Hamer... bueno, corrijamos: el señor Hamer. Lo de "doctor",
correspondiente a su titulación como médico, pero en 1986 fue inhabilitado
por un tribunal por dedicarse a prácticas pseudomédicas y poner en peligro
la vida de sus pacientes. Uno de los muchos episodios judiciales que
salpican la trayectoria de este charlatán que ahora parece encaminarse a
pasar una larga temporada alojado en régimen de pensión completa por cuenta
del Estado francés.
El señor Hamer, decíamos, siguió una carrera profesional poco relevante
hasta que a finales de los años 70 una serie de acontecimientos digna del
guión del culebrón más cutre trastocó su vida. Todo comenzó en 1978: en el
transcurso de una fiesta a bordo de un yate, el príncipe Amadeo de Saboya no
tuvo otra ocurrencia que disparar un rifle de cazar elefantes. No parece que
apuntase a nadie en concreto, pero el proyectil, tras uno o dos rebotes, fue
a impactar en uno de los hijos de Hamer, Dirk, que se encontraba en otro
barco. Dirk Hamer, que entonces tenía 19 años, murió cuatro meses después a
consecuencia de las heridas sufridas. Y esta tragedia no se quedó sola: poco
tiempo después, el todavía doctor Hamer era diagnosticado de un cáncer de
testículos, enfermedad a la que siguió la de su esposa, a la que se le
detectó un cáncer de pecho.
Según sus seguidores, aquella serie de incidentes fue lo que desencadenó la
intuición genial que llevó a Gerard Hamer a desarrollar sus teorías. Según
los más bondadosos de sus críticos, lo que desencadenó fue su definitivo
desequilibrio psíquico. Sea como fuere, en 1981 el doctor Hamer presentó
públicamente su "Ley de Hierro del cáncer", calificada como "piedra angular
de la Nueva Medicina".
La "Ley de Hierro" postula que el cáncer tiene su origen en un conflicto
psíquico o emocional que Hamer, en honor a su hijo, bautizó como "DHS" o
"Síndrome Dirk Hamer". El "DHS", localizado en el cerebro, provocaría como
respuesta del organismo un cáncer o una "enfermedad relacionada con el
cáncer". A partir de esta hipótesis, Hamer desarrolló otras cuatro "leyes
biológicas" igual o aún más disparatadas. Así, la "Segunda Ley Biológica"
establece que lo que conocemos como enfermedades no son tales, sino fases en
la evolución del proceso desencadenado por el "DHS": una primera fase se
correspondería al daño fisiológico provocado por el "DHS", y se manifestaría
como una "enfermedad fría" (es decir, alguna de las enfermedades en las que
los pacientes presentan hipotermia, especialmente en las extremidades), para
a continuación desencadenarse lo que la medicina identifica (erróneamente,
según Hamer) como "enfermedad caliente", en la que los pacientes manifiestan
temperatura alta en manos y pies e incluso fiebre, y que en realidad sería
simplemente la fase en la que el organismo cura los daños causados por el
"DHS". Una curación que, sorprendentemente, se realiza mediante la benéfica
labor de los microbios, dirigidos por el cerebro. Otras "Leyes" nos hablan
de la supuesta correlación entre la naturaleza del "DHS" y el lugar del
cerebro donde se implanta con el tipo de cáncer, o establecen que en
realidad las enfermedades son simplemente procesos biológicos saludables
mediante los cuales el organismo reacciona frente al dichoso "DHS".
Naturalmente, partiendo de estas premisas Hamer y sus seguidores no se
limitan a afirmar que para curar el cáncer lo que hay que tratar es el "DHS"
: dado que las enfermedades en sí son procesos saludables, cualquier intento
de curarlas sería en realidad perjudicial. La causa de que fallezcan tantos
enfermos de cáncer, según Hamer, no es la evolución del cáncer, sino los
tratamientos aplicados por la "medicina convencional", que por tanto deben
evitarse a toda costa.
Hamer y sus seguidores aseguran que sus ideas han sido empíricamente
comprobadas y validadas por numerosos estudios (aunque, por supuesto, nunca
citan ninguno verificable). Sin embargo, la práctica totalidad de la
profesión médica las considera un completo disparate y se resiste a
aplicarlas. ¿Por qué? Pues nada menos que porque existe una gran
conspiración para acabar con la Humanidad. Según Hamer y sus seguidores, los
judíos (dirigidos, curiosamente, por el Papa) han conseguido matar a más de
dos mil millones de personas con sus tratamientos a base de morfina,
quimioterapia y radiaciones. Los astutos judíos aplican la "Nueva Medicina"
a sus propios correligionarios en hospitales de Tel a Viv, pero en el resto
del mundo, proclaman los seguidores de Hamer, emplean terapias
"convencionales" con el objetivo de liquidar al resto de la Humanidad.
Con semejantes afirmaciones, no es extraño que las doctrinas de Hamer hayan
encontrado eco en sectores tan dispares -o quizá no tan dispares- como la
"New Age" y los movimientos neonazis. Elogios a la doctrina de Hamer pueden
encontrarse en publicaciones dedicadas a la astrología (que serviría para
diagnosticar la naturaleza del "DHS") y las "terapias alternativas" (que
muchas veces también intentan establecer una relación entre la enfermedad y
los estados anímicos), pero también en revistas y libros de grupos neonazis
y ultraderechistas. Las tesis de Hamer son citadas por los "disidentes" del
SIDA como apoyo a su tesis de que la enfermedad no tiene su causa en el VIH
(dado que para Hamer los "microbios" no son agentes de una enfermedad, sino
medios que el cerebro emplea para la curación del cuerpo), y las revistas de
lo paranormal se deshacen en elogios hacia sus visiones "alternativas" y su
"rebeldía contra el establishment científico y la medicina oficial".
Y sus pacientes, mientras tanto, corren el riesgo de morir. El caso más
famoso en que se vio implicado Hamer fue el de Olivia Pilhar, una niña a la
que se le detectó un cáncer cuando tenía seis años. Olivia empezó a ser
tratada con quimioterapia, pero sus padres, convencidos por el doctor Hamer,
se negaron a que prosiguiera el tratamiento y la confiaron a los "cuidados"
del charlatán. Ante el riesgo de muerte de la pequeña, los responsables del
hospital solicitaron una orden judicial para que prosiguiera el tratamiento
médico, pero durante el proceso los padres de Olivia se la trajeron a
España, donde siguió siendo "tratada" por un seguidor de Hamer.
Afortunadamente, la intervención de numerosos médicos austríacos y la
intercesión del propio Presidente de la República lograron repatriar a la
niña. Cuando Olivia ingresó de nuevo en el hospital, el enorme tumor
canceroso pesaba ya varios kilos. Por suerte, un enérgico tratamiento de
quimioterapia consiguió salvar su vida.
Sin embargo, el caso de Olivia fue una excepción. La inmensa mayoría de los
pacientes tratados con la "Nueva Medicina" acaban falleciendo víctimas del
cáncer, el SIDA y las restantes enfermedades que Hamer y sus secuaces se
niegan a tratar. Empezando por la propia esposa de Hamer, que falleció a
consecuencia de su cáncer de pecho en 1985. Esta circunstancia ha provocado
que en varios países del mundo se hayan abierto procesos judiciales contra
Hamer y sus seguidores; especialmente en Francia, donde la UNADFI (Unión
Nacional de Defensa de las Familias y del Individuo, una importante
asociación dedicada a la lucha contra las sectas destructivas) ha ejercitado
la acusación particular en varios juicios por ejercicio ilegal de la
medicina y negligencia profesional con resultado de muerte. La "Euroorden" a
consecuencia de la cual Hamer fue detenido la semana pasada tiene su origen
precisamente en uno de esos procedimientos, en el cual Hamer fue condenado a
tres años de prisión por complicidad en el ejercicio ilegal de la medicina.
Hamer ha cumplido ya condenas de prisión en Alemania, y probablemente le
esperen otras en Francia, Bélgica y otros países en los que tiene pendientes
numerosos juicios, que no se han celebrado porque el charlatán se negaba a
salir de España alegando, irónicamente, "problemas de salud".
Además de los juicios penales, Hamer y sus seguidores han sido objeto de la
atención de los Colegios e instituciones médicas de medio mundo, que por una
vez han dejado de lado su tradicional benevolencia hacia las terapias
"alternativas" dada la peligrosidad de la "Nueva Medicina". Las
inhabilitaciones a seguidores del doctor Hamer se cuentan por decenas. En
España, el caso más conocido es el de Vicente Herrera y Adell, inhabilitado
por el Colegio de Médicos de Barcelona a causa de haber aplicado el "método
Hamer" a una paciente que, naturalmente, falleció víctima de cáncer.
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