La humedad y el calor favorecen el desarrollo de los parásitos externos entre los que encontramos pulgas, garrapatas, piojos, ácaros, mosquitos y flebotomos.
Se deben extremar las medidas de seguridad contra estos organismos no solo para evitar sus molestas picaduras, sino porque transmiten enfermedades que también pueden afectar a las personas.
Uno de los casos más terribles es el de los flebotomos, cuya picadura puede transmitir la leishmaniosis.
Antes de salir de vacaciones, hay que preguntar al veterinario cuál es el producto antiparasitario más adecuado para proteger a la mascota. En el mercado hay una gran variedad de productos. Los champús antiparasitarios, por ejemplo, se utilizan igual que si fueran para una persona, aunque algunos se deben diluir previamente en agua.
Los sprays antiparasitarios se rocían sobre el animal en un lugar bien ventilado y su efecto dura un mes aproximadamente.
Las pipetas se aplican sobre la piel de la mascota en diferentes puntos. Algunas marcas son resistentes al agua, por lo que el animal puede bañarse sin ningún problema tras su aplicación; otras recomiendan esperar
un tiempo.
Al igual que los sprays su efecto protector dura un mes.
Los collares se colocan en el cuello, de modo que siempre estén en contacto con su piel.
Su efectividad puede durar entre tres y seis meses y algunos se pueden aplicar a cachorros de seis meses de edad.
Otros productos novedosos son los antiparasitarios orales, cuya efectividad es cada vez mayor.
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