Ésos sí que son los síntomas graves que hay que resolver. Hay una diferencia inmensa entre no tener el hambre en el contexto que dices y no tenerlo sintiéndose bien o hasta mejor que comiendo. Yo personalmente percibo como un paso adelante no tener el hambre por la mañana y tampoco por la noche. Así el cuerpo tiene la posibilidad de descansar de la digestión y usar esa energía para las cosas más importantes.