Estos niños me traen bichos cada vez más grandes. Prmero me regalaron toda clase de viruses, luego me regalaron piojos y ahora... va y se me presentan con un/a gatito/a de un mes y medio más o menos. Que se lo han encontrado por ahí, no lo pueden tener y le están buscando hogar.
¿Pero como se les ocurre tentarme con un gatito? ¿No saben que no puedo decir que no?
Es un bichín tricolor, amigable, le gusta en bracitos y en unos minutos ya se ha tomado la confianza de morderme el dedo para jugar, pese a estar tan asustado. Come pienso y va a la caja solo. Salvo una legaña, parece completamente sano (aunque no se va a librar del veterinario).
El caso es que mañana me lo traigo a casa. Y mil problemas ya de entrada:
- el ockupa felino actual no quiere saber nada de convivir con gatos
- no sé si es hembra o macho (Sam no está esterilizado, porque era arriesgado hacerlo)
- tampoco sé si Sam está vacunado y la veterinaria optó por no hacerlo, dado el estado de sus riñones
En fin, que en menuda me he metido. Voy a probar todo el fin de semana a ver qué pasa entre estos dos y si consigo que se lleven bien, pues seremos uno más en casa.
Pienso para el viejito también será bueno tener a alguien más aquí. Sé que de entrada va a ser un estrés para él, pero si hacen migas yo creo que le irá bien un poco de compañía felina. Todavía no está tan viejo como para que le suponga inmensa molestia un pequeño terremoto (aunque sí que es muuuuuuuuuuuuy vago el viejito).
Cruzadme los dedos. Y si hay algún consejín extra para que Sam no se coma al pequeñajo... Es que me he enamorado un poco... ay...