Un siglo sostenible según la ONU (II)
El Panel ha identificado las actividades o recursos que contribuyen de forma desproporcionada al impacto sobre el medioambiente, incluyendo 1) los procesos de producción y elaboración; 2) las categorías de productos y consumo; 3) los materiales.
Según sus conclusiones, las prioridades para lograr un cambio revolucionario son las siguientes:
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Productos agrícolas: en especial aquellos que provienen de animales, cuya alimentación requiere más de la mitad de los cultivos del mundo. La producción agrícola implica el 70% del consumo total de agua potable y el 38% de la utilización de la tierra. La producción de alimentos es responsable del 19% de las emisiones de gases de efecto invernadero y del 60% de la contaminación por fósforo y nitrógeno, así como del 30% de la contaminación tóxica en Europa;
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Los consumidores de combustibles fósiles, en especial las compañías eléctricas y otras industrias de consumo intensivo de energía, el consumo doméstico de calefacción y el transporte. La producción de combustibles fósiles y su consumo son las principales causas de la degradación del medioambiente en el mundo. La extracción de fuentes alternativas de combustibles fósiles, tales como las arenas bituminosas, suponen peligros aún mayores para el medioambiente.
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Materiales, en especial los plásticos, el hierro, el acero y el aluminio, cuyo consumo está aumentando también en las economías emergentes, que aún no están saturadas. Y los requisitos energéticos para su extracción, que siguen aumentando a medida que disminuye la cantidad de estos recursos.
El Panel afirma que se puede lograr un aumento de la eficiencia para reducir el impacto de la agricultura, pero que el incremento de la población mundial que se espera para el año 2050 (50%) anulará estos avances.
Por este motivo, afirma el informe,
"solamente se puede lograr una reducción sustancial del impacto mediante un cambio mundial en la dieta, que evite el consumo de productos de procedencia animal".
El impacto medioambiental de los hogares en cifras:
El informe también se centra en la relación entre los hogares y las emisiones de gas de efecto invernadero como un asunto que debe abordarse.
En las economías de los países en vías de desarrollo, los alimentos y los hogares son los principales emisores de gas de efecto invernadero. Según diversos estudios nacionales, provenientes fundamentalmente de los países OCDE, se registra el siguiente
consumo energético doméstico:
- Hogares, incluyendo la energía utilizada en la construcción del hogar y los muebles, el uso recurrente de energía para el mantenimiento, la iluminación y el confort, y el aumento de la potencia de los productos electrónicos y eléctricos, tales como ordenadores: 35 a 52%.
- Movilidad, incluyendo la producción de los vehículos, la producción de combustibles y las operaciones:
- 15 a 30%.
- Alimentos: 10 a 20%.
- Ocio: 5 a 10%.
- Ropa: 3 a 5%.
Las emisiones totales provenientes del transporte aéreo siguen siendo reducidas en comparación con otras formas de transporte, pero podrían aumentar de forma rápida a medida que aumenta la prosperidad. Debido a que las emisiones procedentes de la aviación alcanzan las capas más altas y vulnerables de la atmósfera, sus impactos negativos podrían ser desproporcionadamente altos.
Un tercio de la huella de carbono media de los hogares norteamericanos se debe a las emisiones causadas en el exterior del país, en la producción de bienes que se importan al mercado estadounidense.
"Este informe nos envía un claro mensaje: no hay mejor momento que el presente para crear una economía eficiente en la utilización de los recursos", informa Janez Potocnik, Comisario Europeo por el Medioambiente. "Va a ser una tarea titánica, pero esencial para la futura prosperidad y la calidad de vida. En Europa, requerirá del diálogo efectivo con los Estados Miembros, donde se tienen que tomar las decisiones más importantes, en especial en áreas concernientes a reformas impositivas. Nunca se logrará el éxito si la comunidad empresarial no toma partido, donde, a pesar del número de excelentes ejemplos de liderazgo, aún hay demasiados que no han comprendido la urgencia de la necesidad del cambio".
El autor principal del informe, Edgar Hertwich, director del Programa de Ecología Industrial de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, afirma:
"El informe demuestra que la riqueza, tanto nacional como internacional, conlleva un aumento continuado de las emisiones de gases de efecto invernadero. Las emisiones asociadas con la movilidad y el consumo de productos manufacturados aumentan de forma más rápida a medida que aumenta la riqueza. Esta relación es patente incluso en nuestro consumo de alimentos y no se rompe por sí sola: la ruptura solamente puede ser el resultado de una acción política firme".
Angela Cropper, Directora Ejecutiva Deputada de la UNEP, afirma: "En el Día Mundial del Medioambiente, esperamos que los ciudadanos del mundo entero tomen conciencia de lo que hay detrás de los productos que adquirimos y del impacto que provocan, a menudo al otro lado del planeta. Nuestro objetivo es informar a las empresas, los políticos y los consumidores sobre el impacto medioambiental de nuestro consumo diario. Tener acceso a una mejor información es el comienzo de los esfuerzos para reducir nuestro impacto sobre la biodiversidad, el clima y la contaminación de forma inteligente y bien dirigida.
El desarrollo sostenible comienza por poner el énfasis en las tareas que resultan más eficaces a la hora de reducir el daño del ser humano a los ecosistemas. En ese sentido, este informe es de gran importancia para políticos y empresas. Para los individuos, refuerza el consejo ya conocido: se necesita pasar a la acción más allá del reciclaje, instalar sistemas eficientes de calefacción y enfriamiento, cambiar a una dieta más sostenible y utilizar el transporte público siempre que sea posible".
UNEP
http://www.ladyverd.com/articulo/141...gun_la_onu.htm