Las más baratas son estas
http://www.crianzanatural.com/prod/prod72.html, por 12 euros tienes un paquete de 5. Son las que usaba yo antes.
Si estás usando una copa no gastarás muchas compresas, ¿no? A lo mejor con las de tamaño salvaeslip tienes suficiente. Las de dibujitos son estas
http://porteonatural.wordpress.com/c...-menstruacion/.
La lejia no es necesaria, sobretodo si usas las de colores. Las mias, al ser tan claritas, a veces salian de la lavadora con alguna manchita color café, y por eso me acostumbré a ponerles un poco en el último remojo (tambien puedes lavar más a menudo, yo como vivo sola y tardo varios dias en poner la lavadora prefiero guardarlas y lavarlas todas juntas). Aunque no las laves con lejia no significa que no sea higienico. Puedes lavarlas con agua caliente, desinfectarlas con vinagre o con el vapor de la plancha... pero no es necesario. Las compresas desechables no vienen esterilizadas de fábrica, a saber cuanta gente las ha toqueteado antes de que te las pongas. Parece que por ser más blancas son más limpias, pero es al revés; llevan productos tóxicos que escuecen, por no hablar del sindrome del shock tóxico.
Lo normal es dejarlas en remojo con agua fria y un puñado de sal, para que la sangre no se pegue a la tela. Luego esa sangre la uso para regar mi huerto. Asi se cierra el ciclo: mi cuerpo alimenta las plantas, que luego me alimentan a mi.
Es algo sagrado. En las antiguas culturas matriarcales se hacia como ceremonia de fertilidad de la tierra, luego los hombres empezaron a oficiar las ceremonias y empezaron a sacrificar animales, porque no tenian sangre propia que ofrecer. Imaginad la autoestima de esas mujeres, que creian que la tierra daba fruto gracias a su sangre, en comparación con la mujer moderna, asediada por la publicidad que la bombardea: "¡Que nadie lo sepa!, ¡que no se note!, ¡que no huela!", como si fuera algo asqueroso que hay que esconder. Y cuando empiezas a usar algo no desechable te das cuenta de que la sangre no huele, ¡es la compresa!
No solo es por ecologia, por economia, por salud, por anticonsumismo, es por recuperar el orgullo de nuestro cuerpo de mujer.