Está claro. A nadie le gusta que le digan lo que tiene que hacer si no lo ha pedido previamente. Y a nadie le gusta observar cómo una injusticia sigue su marcha y los demás no reaccionan.
Los primeros necesitan tiempo para reflexionar sobre un asunto que hasta ahora pasaba inadvertido porque todo el mundo lo ve con normalidad. Los segundos, convencidos ya de ese asunto en particular y de que no todo lo que reluce es oro, en general... sienten la necesidad de denunciar con vehemencia la injusticia. Ese ímpetu a veces se les vuelve en contra.
Para las cuestiones morales que se están fraguando, chocan de frente estas dos situaciones personales. El peso de una educación recibida y de una sociedad que marca las pautas de comportamiento y las normaliza, sí debe llevarnos al relativismo separando las injusticias asumidas por todos y las que empiezan a emerger en las conciencias de las todavía minorías.
El ejemplo que pone abolicionista pertenece a una injusticia aceptada por todos que no necesita explicación. El sujeto dañino actúa caprichosamente, no por ignorancia.
No se trata de relativizar injusticias separando las malas de las menos malas. De lo que se trata es de elegir la forma de aproximarse, de comunicarse. Se relativizan estas formas, no el contenido.
Por eso hay que aplicarse un poco, ser más comprensivos (los unos con los otros) respetando los tiempos de reflexión, los apasionamientos y las circunstancias de cada cual (el contexto se relativiza... no el problema en sí).
Creo que los OVL ya han dado un primer paso, ya se han comprometido de alguna manera y tienen la información sobre el veganismo a la vuelta de la esquina. Tan sólo deben asumirla y decidir el momento adecuado si llegan a estar convencidos de la posibilidad de dar ese paso. No hace falta avasallarles.
Bien podrían venir ahora los frugívoros y avasallar a los veganos porque no repetan la vida vegetal. La vida por sí misma como atributo marco desde el que desplegar un sistema ético. Son tan minoría que apenas se oyen sus voces. Algunos veganos se sentirían ofendidos desde su marco ético configurado para los seres sintientes, como los omnívoros se sienten molestos desde su marco ético (normalizado) de el hombre como medida de todas las cosas.
Invitemos a los demás a pasearse por nuestro marco ético, es lo mejor que podemos hacer por quienes son agraviados desde nuestro sentir. Imponiéndo y llevando al enfrentamiento con tan sólo un gesto, ya estamos marcando distancias entre nosotros.
No todo el mundo es capaz de despertar a otras sensibilidades con un grito de alarma. Seguramente el desconcierto le pondrá de mal humor y borrará de su mente esa idea que ya asocia con un sentimiento negativo. Hay personas que necesitan un despertar lento y amable, que sea su curiosidad la que lleve las riendas de su destino. Normalmente es así.
Tan sólo observar los resultados, ¿Cuándo surge el malestar y el enfrentamiento? cuando nuestra verdad absoluta es la que cuenta y olvidamos que tan sólo es un paso más. No hay imperativos categóricos, hay círculos infinitos de moral. Circulos subjetivos porque nacen del sentir de un individuo. A ojos de la objetividad (algo que llamamos Dios), todo esto parecería un simple juego entretenido, pero tal vez aún haya más...
Dios mueve al jugador
el jugador mueve la pieza
¿Qué Dios por encima de Dios la trama empieza?