En el mundo occidental tenemos la creencia de que la leche es muy buena para la salud: tiene mucho calcio que ayuda a hacer fuertes los huesos y proteínas para crecer. Pero no todos los profesionales de la salud opinan lo mismo, ni tampoco en todos los países.
En los países orientales no existe la costumbre de beber leche, o al menos no ha existido de forma tradicional hasta que las multinacionales del sector empezaron a intentar convencerlos de lo contrario.
Recientemente se han iniciado un gran número de investigaciones para intentar conocer la causa de las enfermedades llamadas "occidentales": cardiovasculares, diabetes, hipertensión, cáncer, osteoporosis, etc, enfermedades que tienen una tasa muy reducida en los países asiáticos. Una de las teorías que se barajan apuntan a la leche como una de las causas. También se le atribuye el fragilizar el sistema respiratorio en los niños y provocar rinitis y asma.
Naturópatas, homeópatas y otros terapeutas de la medicina alternativa consideran que la leche y los derivados lácticos no son saludables. Numerosas investigaciones y estadísticas recientes de enfermedades cardiovasculares, cáncer, osteoporosis, etc lo confirman.
Según la naturopatía, existen multitud de razones para no tomar leche. A continuación expongo algunas de ellas:
Procesado Industrial
1.- El sentido común nos dice que la leche es para los lactantes y que en la naturaleza los animales adultos no maman y menos de hembras de otra especie. De hecho en cuanto se ordeña empieza a estropearse a una velocidad de vértigo. Así que las industrias lecheras someten a la leche a un conjunto de procesos industriales: pasteurización, homogeneización, congelación, esterelización, uperización, secado, asepsia, larga conservación, adición de pesticidas, adición de herbicidas, antibioterapia y otros procesos que destruyen la calidad de la leche. Al final ya no le quedan vitaminas ni las enzimas necesarias para digerirla.
Leche materna
2.- Las proteínas de la leche contienen información concerniendo el crecimiento de los órganos. La información que contiene la leche de vaca corresponde al crecimiento de un ternero, que debe pesar 500 Kg en seis meses. Esta información llega a un bebé que debe pesar de 7 a 8 Kg. Esta información inadecuada perturba el sistema hormonal de los niños y provoca un crecimiento desmesurado. Por ejemplo, la leche de vaca es mucho más rica en proteinas que la leche humana, y mucho más rica en minerales. Sin embargo es marcadamente deficiente en ácidos grasos esenciales, especialmente el ácido linoleico. Sí, es cierto que los niños que toman leche crecen más, ¿pero son más sanos por ello? Una pubertad anticipada, un envejecimiento anticipado, se crece más deprisa y se envejece más deprisa.
3.- Un estudio muestra que la leche materna en 14.000 mujeres estaban contaminadas con pesticidas. Además, parece que las fuentes de los pesticidas de estas mujeres eran la carne y los productos lácticos. Estos pesticidas se concentran en la grasa, y es por ello que se encuentran en estos productos.
4.- Hay docenas de estudios describiendo la aparición de alergia a la leche de vaca en niños alimentados exclusivamente de leche materna. Los componentes alergénicos de la leche aparecen en la leche materna de las madres que toman leche de vaca y se transmiten al hijo: “Cow's Milk as a Cause of Infantile Colic Breast-Fed Infants”. Lancet 2 (1978): 437; “Dietary Protein-Induced Colitis in Breast- Fed Infants”, J. Pediatr. I01 (1982): 906; “The Question of the Elimination of Foreign Protein in Women's Milk” , J. Immunology 19 (1930): 15
Grasa
5.- De los ácidos grasos de la leche, el 62% son ácidos grasos saturados, 30% ácidos grasos monoinsaturados y 4% ácidos grasos poliinsaturados (el resto son lípidos diversos). Tiene un 2.5% a 6,4% de ácidos grasos trans, y unos 360 mg de colesterol por 100 gr. Los ácidos grasos saturados provocan problemas de obesidad, diabetes, cardiovasculares e inflamatorios.
Antibióticos, hormonas y pesticidas
6.- Todos los animales mamíferos excretan toxinas a través de su leche. Ello incluye antibióticos, pesticidas y hormonas. La tasa de antibióticos en la leche es 100 veces más elevada ahora que hace algunos años, por lo que las autoridades sanitarias se han contentado en aumentar los límites autorizados.
7.- La leche contiene 59 hormonas diferentes: estrógenos, progesterona, prolactina, etc. En un kilo de queso se encuentran 20 veces la cantidad de hormonas que hay en un kilo de leche. Una hormona para aumentar el rendimiento de las vacas, el BST, provoca un aumento del IGF-1 en las vacas. Este factor acelera el crecimiento de las células, tanto las sanas como las agresivas del cáncer. Los cánceres de próstata y de pecho serían particularmente afectados. Es en Suiza, donde se bebe más leche, donde la tasa de cáncer es la más elevada de Europa. {Yu H. "Role of the insulin-like growth factor family in cancer development and progression."J Natl Cancer Inst. 2000 Sep 20; 92(18): 1472-89.} Como consecuencia, hay un incremento de la mastitis en las vacas entre un 50 y 70%. Ello requiere una terapia antibiótica, y los residuos de los antibióticos aparecen en la leche. Un antículo de Francia nos dice que cuando una vaca recibe penicilina, esa penicilina aparece en la leche de 4 a 7 ordeñadas. Los antibióticos, una vez en nuestro intestino, destruyen la flora intestinal y debilitan nuestro sistema inmunitario.
Pus
8.- Toda la leche de vaca contiene sangre. Las inspecciones sólo tratan de mantenerla bajo ciertos límites, En USA se permie que la leche contenga entre 1 y 1.5 millones de glóbulos blancos por mililitro. Los glóbulos blancos son los componentes del pus. Parece que las vacas tienen infecciones a menudo debido a la hormona del crecimiento para producir más leche. Este pus que se bebe con la leche provoca en los adolescentes acné.
Lactosa
9.- La lactasa, enzima encargada de digerir la lactosa o azúcar de la leche, desaparece en muchas personas después de los dos años. El 75% de la población mundial adulta padece una ausencia de lactasa. Esta proporción está cerca del 100% en los países asiáticos y africanos y entre el 10 y 40 % en los países occidentales. La concentración de la lactasa, además, disminuye con la edad.