A mi no me hace gracia ver la carne ni olerla, pero bueno.... intento tolerarlo y lo llevo bien. Eso sí, cuando pasan al punto de hablar de la carne en sí es cuando me pongo negra y salto (como estas navidades): "vamos a ver, demasiado tengo con estar oliendo la pobre pata del cerdo que tengo a 2cm, os importa dejar de hablar de corderos, etc" Estas navidades me tuve que levantar de la mesa y irme a la habitación, y lo peor de todo es que como estaba en mi pueblo y se oye todo siguieron hablando de carnicerías, chuletas.... Me pone de los nervios!!!!