Mis gat@s, mis perros y yo no celebramos la Navidad. Hace tiempo sabemos que los días y las noches no tienen nombre propio.
Porque a ver, ¿quién tiene derecho a bautizar un determinado día del año (Navidad), o una noche (Noche Buena, Noche Vieja), o una semana (Navidades, Semana Santa), o meses (Pascua, Ramadán), o incluso ¡un año entero! (Año Santo Compostelano)?
¿Quién está autorizado a imponernos cómo tenemos que vivir durante un tiempo de nuestra vida?
¿Quién está detrás de esta gran campaña publicitaria, hipócrita y consumista?
¿Quién cuenta con el permiso para partir el año en dos?
Pero, ¿de verdad creemos que alguien puede obligarnos a contemplar esas ridículas imágenes de papás noeles colgados,
... a talar cientos de abetos, malgastar kilos de papel de envoltorio y arrojar toneladas de basura extra, a oir canciones de letras insulsas, a aguantar la borrachera del pariente,
... a gastar en un mes el mismo dinero que alguien gana en todo un año
... o a consentir una matanza sin piedad de cientos de animales no humanos, muchos de ellos recién nacidos, para llenar las colmadas barrigas de la mitad de la humanidad mientras sonríe bobaliconamente delante de la televisión?
Nada, que nos negamos a celebrar cosas así.
Que nos dejen, de verdad, vivir en paz.