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Alimentación en niños veganos
Este texto aparece en la tercera edición del libro “Simply Vegan” (Sencillamente Vegano), de Debra Wasserman, y fue obtenido de la Unión Vegetariana Internacional (IVU)
Muchos miembros del Vegetarian Resource Group son testimonios reales del hecho de que los niños veganos pueden estar sanos, crecer normalmente, ser extremadamente activos y (creemos nosotros) ser más listos que la media. Por supuesto, requiere su tiempo y dedicación alimentar a los niños veganos. Pero ¿no lo requiere igualmente cualquier niño? Después de todo, los años que van desde el nacimiento hasta la adolescencia son los años en que se establecen los hábitos alimenticios, cuando el ritmo de crecimiento es alto, y en gran medida, cuando se determina el tamaño de los depósitos de nutrientes esenciales tales como el calcio y el hierro.
El primer alimento para un bebé vegano es la leche materna, idealmente. La lactancia transfiere al bebé muchos beneficios, como por ejemplo ciertas mejoras en el sistema inmunitario, protección frente a las infecciones, y un riesgo menor de alergias. Además, la leche materna está diseñada para el bebé humano y con toda probabilidad contiene sustancias necesarias para el crecimiento del bebé que ni siquiera se conocen todavía y que no están incluidas en las fórmulas artificiales.
Muchos libros de cuidado infantil incluyen secciones sobre técnicas y tiempos de lactancia, y sugerimos que se consulte alguno de ellos para obtener más información.
Hay que advertir que tales libros posiblemente no recomienden el vegetarianismo. Se equivocan. Prestando un poco de atención a los detalles, el vegetarianismo y la lactancia constituyen una buena combinación. De hecho, varios informes muestran que la leche de las mujeres vegetarianas contiene menos residuos de pesticidas que la leche de mujeres que consumen una dieta convencional (1,2).
Si escoges amamantar a tu hijo, asegúrate de leer la sección precedente sobre lactancia para confirmar que tu leche es adecuada para tu bebé. Dedica especial atención a la vitamina B-12. Si la dieta no contiene fuentes fiables de vitamina B-12, los bebés deberían recibir suplementos de 0’4 – 0’5 microgramos de vitamina B-12 por día.
Procura que tu bebé reciba por semana al menos 30 minutos de exposición al sol en pañales o 2 horas totalmente vestido con la cabeza descubierta, para mantener un nivel normal de vitamina D (3). Los bebés de tez oscura requieren mayor exposición al sol. Si la exposición al sol está limitada, debido a factores como un clima nublado, el invierno, o tener la tez oscura, los bebés que tan sólo se alimentan al pecho deberían recibir suplementos de vitamina D de al menos 5 microgramos (200 IU) por día (4). La deficiencia de vitamina D conduce a la anemia (huesos frágiles con deficiente mineralización). La leche humana contiene niveles muy bajos de vitamina D.
El contenido en hierro de la leche materna es generalmente bajo, independientemente de la calidad de la dieta de la madre. Sin embargo, el hierro que contiene la leche materna se absorbe con mucha facilidad. El hierro de la leche materna es suficiente para los primeros 4 a 6 meses o incluso más. Las recomendaciones indican aportar suplementos (1 mg/kg/día) a partir de los 4-6 meses para asegurar una ingestión adecuada de hierro. Los bebés amamantados puede que necesiten flúor suplementario después de los 6 meses si el consumo de agua es bajo y si un odontólogo o pediatra así lo prescribe.
Si por alguna razón escoges no amamantar o si estás utilizando una fórmula artificial para suplementar la lactancia, existen diversas fórmulas a base de soja. Estos productos sustentan un crecimiento y desarrollo normal (5). Las fórmulas a base de soja son utilizadas por las familias veganas como la mejor opción cuando la lactancia materna no es posible. En la actualidad todas las fórmulas de soja contienen vitamina D derivada de la lanolina (procedente de la lana de oveja). Algunas fórmulas a base de soja (como Parent’s Choice y otras marcas comerciales) pueden contener grasas de origen animal de modo que hay que consultar la etiqueta de la composición. Las fórmulas de soja se emplean exclusivamente durante los primeros seis meses. Pueden ser necesarios los suplementos de hierro a los 4-6 meses si la fórmula no está enriquecida con hierro.
La leche de soja, la leche de arroz y otras elaboradas en casa no deberían ser utilizadas para sustituir la leche materna o las fórmulas infantiles comerciales durante el primer año. Estos alimentos no contienen la proporción adecuada de proteínas, grasas y carbohidratos, ni poseen suficiente cantidad de muchas vitaminas y minerales para las necesidades del primer año.
La alimentación adicional (alimentos además de la leche materna o la fórmula) puede comenzar a distintas edades en cada niño dependiendo de su ritmo de crecimiento y nivel de desarrollo pero generalmente se empieza a mediados del primer año. Algunos signos que señalan el momento de empezar a introducir alimentos sólidos son: la capacidad de mantenerse sentado sin apoyo, la desaparición del reflejo de expulsión de la lengua, el aumento del interés hacia los alimentos que comen los demás, y la habilidad para coger un alimento y llevárselo a la boca.
Introduce un alimento nuevo cada vez para permitir identificar cualquier posible fuente de alergias. Muchas personas emplean papilla de arroz enriquecida con hierro como primer alimento. Esta es una buena elección puesto que constituye una buena fuente de hierro y el arroz es el cereal que menos probabilidades tiene de causar respuestas alérgicas. La papilla puede ser mezclada con leche materna extraída o con fórmula de soja, hasta darle una consistencia suficientemente diluida. Las tomas al pecho o de leche de fórmula deberían proseguir como eran habituales. Empieza con una toma de cereales al día y avanza hasta 2 comidas al día, o desde 1/3 hasta 1/2 taza. La avena, la cebada, el maíz y otros cereales pueden ser molidos en una batidora y después cocidos hasta que queden muy finos y suaves. Estos cereales pueden ser introducidos uno por uno. Sin embargo, no contienen demasiado hierro, de modo que deberían seguir recibiendo suplementos de hierro.
Cuando ya acepta bien los cereales, se pueden introducir las frutas, los zumos de fruta y las verduras. Las frutas y las verduras deberían estar bien trituradas o aplastadas. El plátano triturado es un alimento que gusta especialmente a los bebés. Otras frutas son el aguacate triturado, la compota de manzana y las peras o los melocotones en conserva triturados. Las frutas cítricas y sus zumos son alérgenos frecuentes y no deben introducirse hasta cumplir el año. Las verduras dulces como las patatas, las zanahorias, los guisantes, los boniatos y las judías verdes deben estar bien cocidas y trituradas. No hay necesidad de añadir especias, azúcar o sal a los cereales, frutas y verduras. Los derivados de cereales como la pasta tierna o el arroz, los panes tiernos, los cereales de desayuno y las galletas pueden ser introducidas a medida que el niño adquiere experiencia en masticar. A la edad de 7-8 meses, se pueden introducir buenas fuentes de proteínas. Por ejemplo, alubias cocidas bien trituradas, tofú triturado y yogur de soja. Los niños deberían progresar desde los alimentos triturados o machacados hacia los fragmentos de alimentos tiernos. Las cremas o mantequillas de frutos secos y de semillas sobre el pan o las galletas pueden ser introducidas después del primer año.
Muchos padres deciden emplear alimentos infantiles preparados comercialmente. Existen productos para los niños veganos. Se recomienda la lectura cuidadosa de las etiquetas. Puesto que los productos comerciales contienen variedades limitadas para los bebés veganos más mayores, muchos padres optan por preparar su propia comida. Los alimentos deben estar lavados cuidadosamente, bien cocidos y triturados o machacados para una consistencia adecuada. Los alimentos preparados en casa pueden ser conservados en el frigorífico hasta 2 días o congelados en pequeñas cantidades para su uso posterior.
A los 10-12 meses, la mayoría de los niños estarán comiendo al menos las cantidades de alimentos que aparecen en la Tabla 17.
Ciertamente tiene sentido para los veganos seguir amamantando hasta el año o más, si es posible, porque la leche materna constituye una rica fuente de nutrientes. Los niños veganos al destetarse deberían pasar a una leche de soja enriquecida que contenga calcio, vitamina B-12 y vitamina D. Las leches de soja bajas en calorías y descremadas no deben usarse antes de los 2 años. Las leches de arroz no son recomendables como bebida principal para los bebés y los niños por ser demasiado pobres en proteínas y calorías.