DOS LÁGRIMAS
Se levantó como siempre a las siete de la mañana, al ir a bajarse de la cama, sus zapatillas no estaban.
- Joder, es que ¿nunca van a estar mis zapatillas en su sitio? Mierda de perro que no deja nada, a este lo voy a enterar yo.
- Es sólo un cachorro, lo que quiere es jugar, y además dicen que le coje las zapatillas a su “dueño” en señal de cariño.
-¿Cariño? y la casa toda llena de pelos también ¿es de cariño?
-Pero cielo, es un cachorro, acaba de cumplir un año y está cambiando el pelo de cachorro por el de adulto.
Se levantó malhumorado y después de buscar sus zapatillas, se encaminó hacia su perro y le dio una patada, el pobre animal salió corriendo hacia la terraza sin saber porqué.
Durante todo el día estuvo pensando qué hacer con el dichoso perro, los niños lo adoraban, su mujer estaba encantada con el, pero ese perro cada dí¬a ocupaba más espacio en la casa, la tenía toda llena de babas y pelos, y encima no dejaba sus zapatillas y zapatos en paz.
De este sábado no pasa.
Llegó el sábado y cogió a "su perro" , lo metió en el coche, en el cual apenas si cabí¬a ya, y se marchó. Su mujer se extrañó mucho de aquello, vio el coche alejarse.
Durante más de una hora estuvo conduciendo hacia la sierra, se metió en unos carriles no muy aptos para turismos y llegó hasta la cima.
Abrió la puerta trasera y bajó al perro, el animal comenzó a correr y disfrutar de aquella salida repentina.
Lo llamó y le dio la orden ¡SIÉNTATE Y NO TE MUEVAS DE AQUÍ!
El animal así¬ lo hizo, se sentó y se quedó mirando a su "dueño"
Se subió al coche y miró al perro, este seguí¬a sentado y observando, arrancó y se fué alejando.
El perro seguí¬a mirando, y pensó : "ahora seguro que me llama para que salga corriendo detrás de él"
Pero no lo llamó, el vehí¬culo se perdió de su vista, aún no sabí¬a que estaba pasando, de pronto, se oyó un gran ruido, un estruendo que lo alarmó, pero seguí¬a allí¬ sentado, esperando.
Pensó que aquel ruido no era normal, que su "dueño" no lo asustarí¬a con ese ruido, pero que no podí¬a moverse, él le habí¬a dicho que se quedara sentado allí¬, pero no vení¬a... y aquél ruido...
Decidió ir a ver que habí¬a pasado, con cautela se fue acercando hacia la curva desde donde podrí¬a ver lo sucedido. Se quedó estupefacto, su coche, su coche estaba destrozado, la parte trasera estaba hundida contra una gran roca, y estaba ardiendo, su "dueño" estaba tumbado en el asiento con medio cuerpo fuera, sangraba.
Entonces pensó para si que qué gran "dueño" tení¬a, lo había dejado allí¬ fuera para evitarle morir, pues si el llega a ir en la parte trasera, seguramente estarí¬a muerto, su "dueño" le habí¬a salvado la vida, y ahora él estaba muerto por salvarle, que ingrata era la vida, él tení¬a cosas raras, algunas veces le pegaba, pero era para que hiciese bien las cosas, algunas veces le castigaba en la terraza, pero en el fondo era muy bueno, lo sacaba a pasear, lo cepillaba, él no podí¬a estar muerto, el que debí¬a estarlo era el.
Se acercó al coche despacio, y empezó a lamerle, entonces se dio cuenta que estaba aún vivo, respiraba, el fuego de la parte trasera se acercaba hacia alante, tení¬a que hacer algo, entonces empleó sus ochenta kilos y comenzó a tirar de él, afortunadamente, no llevaba el cinturón puesto, lo arrastró hasta quedar exhausto, lo suficientemente lejos como para que el fuego no lo alcanzara, pero no podí¬a llevárselo de allí, continuaba sangrando, algo tenía que hacer, pero ¿qué?.
Comenzó a correr por el mismo camino por donde llegó, a lo lejos vió una persona, seguro que el sabrí¬a que hacer, comenzó a ladrar y ladrar hasta que estuvo a su lado, pero esta persona empezó a tirarle piedras, ¡¡pero bueno!! , ¿no sabes que necesito tu ayuda?, siguió ladrando y dando saltos para llamarle la atención, aquel hombre dejó de lanzarle piedras y comenzó a seguirle, en poco tiempo llegaron junto a su "dueño"
Se despertó con la cabeza vendada y un collarí¬n puesto, tenía suero y cables por todos lados, estaba en un hospital.
Una enfermera se acercó a él:
-¿Cómo se encuentra?
-Me duelo todo.
-Hombre, tiene dos costillas rotas y un fuerte golpe en la cabeza.
-¿Qué ha pasado?
-Ha tenido un accidente de coche.
-Uff.
-La verdad que tiene que estar orgulloso de su perro, le ha salvado la vida, primero lo sacó del coche que estaba en llamas y después avisó para que fueran a rescatarlo,
¡Qué gran perro que tiene!
Perros como el suyo no se ven todos los días, es todo un héroe.
Dos lágrimas le brotaron de los ojos