Recuerdo esto en particular, de cuando era pequeña. Cada dos por tres tenía unos episodios de toses horrorosas, me lo pasaba tan mal y acababa doliéndome tanto de toser sin parar (no podía ni hablar) que lloraba de agonía, y mis pobres padres no entendían qué pasaba (y los médicos tampoco, qué sorpresa - y no estaba resfriada ni nada, eran sólo las toses), y cuando lo que me daban los médicos no funcionaba, mis padres me daban zumo de limón con miel, y caldo de cebolla, pero nada de nada. Amígdalas... pues me las quitaron también bastante temprano por su enormidad y los problemas que me causaban.Oídos, garganta y sinusitis. En 1994 la revista Natural Health publicaba una serie de hallazgos que relacionan a la leche con el aumento de las infecciones de los oídos y la garganta. Los estudios demostraron que las amígdalas y las adenoides reducían su tamaño cuando se limitaba el consumo de leche.
Cuando dejé de tomar leche, sin saber lo mala que era para la salud, varios problemas de salud desaparecieron, incluyendo malestar de estómago e hinchazón, pero sobre todo el de los horribles episodios de toses.
¿¿Y cómo me gustaba a mí la leche con Cola Cao?? ¡¡Aaayyyy...!!