Vengo toda cargada de mal rollo por lo que me acaba de pasar.
Había una familia con un cachorrito de perro de un par de meses, "jugando". No le estaban despellejando vivo, ni le estaban arrancando los ojos, pero al animalillo no le gustaba el juego y podía hacerse daño. La cosa consistía en subirlo en uno de esos columpios que gira, atado al columpio. Entonces el perrito mareado se bajaba del columpio en marcha, pero como estaba atado, se enganchaba y se arrastraba con el columpio que seguía girando y que ellos seguían empujando.
Me acerqué y con toda la educación del mundo les hice ver que el animal estaba sufriendo y les pedí que dejaran de hacerlo. Bueno el diálogo que siguió fue algo completamente absurdo y desproporcionado, por lo que comprendo que mi intervención no resultó eficaz. Primero el hombre me dijo que el animal no sufría, que no le diera la tabarra y después dijo que llamaría a la policía porque le había molestado. Al preguntarle de qué modo le había molestado, él contestó que ya se inventaría algo, porque yo le caía mal y no le gustaba mi cara .
Evidentemente, ahí se ha quedado la cosa, hubiera sido absurdo por mi parte intentar dialogar con semejante ser. El hombre simuló una larguísima conversación telefónica con la policía y cuando me cansé de esperar que acabe de conversar extensamente me marché.
La cuestión es que no he ayudado al perro y además me he venido a casa cargada de malestar. Está claro que intervenir de este modo no es eficaz, los que tratan así a los animales son unos brutos y como brutos van a reaccionar; llamar a la policía antes de que despellejen al perro, tampoco, porque uno puede hacer con sus propiedades (objetos, animales o niños) lo que le plazca.
¿Qué hay que hacer? ¿Mirar hacia otro lado? Lo pregunto de verdad, quisiera saber si hay un modo de actuar que funcione.