Denuncian al Ministerio por intoxicar con mercurio a un niño de 3 años al vacunarlo
Via El Mundo |
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/0...244012506.html
* Más de 70 familias ya han denunciado sus casos ante la Audiencia Nacional
* Los fabricantes reconocen la existencia de 'trazas' de este elemento
Rafa Burgos | Ibi (Alicante)
Actualizado miércoles 03/06/2009 21:35 horas
* Disminuye el tamaño del texto
* Aumenta el tamaño del texto
Tiomersal o timerosal son los nombres del demonio en casa de Manuel García, sólo que en su caso el infierno no huele a azufre, sino a mercurio. O más bien, en el caso de su hijo Alejandro, que hoy cumple tres años y que a partir de los 18 meses presentó síntomas parecidos a los del autismo y unos niveles de arsénico y mercurio en el cuerpo sólo achacables al trabajo intensivo en una mina.
García, vecino de Ibi, relaciona esta intoxicación con las vacunas -con un lote que contenía timerosal, es decir, mercurio-, por lo que se ha sumado a la reclamación interpuesta en la Audiencia Nacional por más de 70 familias de toda España contra el Ministerio de Sanidad.
La reclamación la conduce el abogado Felipe Holgado desde su bufete de Ciudad Real, quien representa a las familias de niños afectados por "intoxicación mercurial" y agrupados en diversas asociaciones, como la sociación de Víctimas del Autismo (AVA), Mercuriados o Andeco.
Holgado señala que esta denuncia lleva "cuatro años de trabajo" y que comenzó a tramitarse "hace un año". Sin embargo, la tenacidad de su último afiliado es fundamental para reforzar los argumentos que relacionan la toxicidad de las vacunas con el síndrome de espectro autista.
Dos empresas farmacéuticas, Sanofi Pasteur y GlaxoSmithKline (GSK) han reconocido que los productos Pentavac y Engerix B portaban "no más de 40 nanogramos de tiomersal".
Primeros síntomas
Engerix B es la primera vacuna que se administró a Alejandro -y al 98% de los niños españoles-, nada más nacer y a los dos meses, y actúa contra la hepatitis B. Pentavac se le inoculó a los dos meses, a los 6 y a los 18, es decir, la última antes de que el niño presentara los síntomas que condujeron a diversos pediatras y neurólogos a diagnosticarle un síndrome de autismo.
Sin embargo, García sostiene que su hijo era completamente normal hasta los 18 meses, algo que demuestran las repetidas pruebas neuronales y genéticas que se le practicaron. Tras vacunarlo con el Pentavac, Alejandro dejó de hablar las pocas palabras que balbuceaba, se convirtió en un velocista sin control por los pasillos, comenzó a aletear las manos y perdió toda su capacidad de atención.
Todo parecía apuntar al autismo hasta que su padre, profesor de Secundaria en Alcoy, dio con Marcos Mazzuca, un médico que los síntomas de autismo con las vacunas y el timerosal.
Por recomendación de Mazzuca, García encargó el análisis de metales en orina y cabellos del niño. Y los resultados fueron concluyentes. Alejandro presenta 320 veces más arsénico y cinco más de mercurio de lo normal en su orina, así como una carga de mercurio doce veces mayor de lo recomendable en el cabello.