Con voluntad y constancia no hay problema en criar hijos vegetarianos.
En cuanto a mi trabajo en la granja ecológica, lo sobrellevé más o menos bien gracias a que tomé consciencia de que cada animal criado al aire libre en extensivo evita un animal enjaulado en esas terribles granjas factoría. Por eso a todas las personas que dicen no estar dispuestos a renunciar a la carne de ninguna manera, les animo a que, si tienen un mínimo de empatía, al menos la consuman de una manera un poco más responsable y no miren sólo el precio.